Por El Heraldo
Los hondureños que radican fuera del país enviaron US$3.600 millones en remesas, cifra equivalente a 86.400 millones de lempiras al cierre de septiembre.
El incremento registrado este año es de 9,9%, o sea US$323,8 millones, ya que en el mismo período en 2017 los envíos hacia el país sumaron US$3.276,7 millones.
El 79% de las remesas provienen de Estados Unidos, donde se estima que radican más de un millón de connacionales y de España se recibe el 7.9%.
Este año las remesas han seguido creciendo, representando el 18% del producto Interno Bruto (PIB) del país y el principal ingreso de divisas.
Se prevé que estos años el flujo de remesas siga en aumento por el nerviosismo que generan las políticas antiinmigrantes de Estados Unidos.
La economía hondureña tiene una fuerte dependencia de estos dólares que generan los compatriotas que emigran por falta de oportunidades en el país.
Las remesas reducen la gravedad de la pobreza y conducen a una mayor acumulación de capital humano; un mayor gasto en salud y educación; un mejor acceso a las tecnologías de la información y a los servicios financieros formales, de acuerdo con el Banco Mundial.
Los hondureños que radican fuera del país enviaron US$3.600 millones en remesas, cifra equivalente a 86.400 millones de lempiras al cierre de septiembre.
El incremento registrado este año es de 9,9%, o sea US$323,8 millones, ya que en el mismo período en 2017 los envíos hacia el país sumaron US$3.276,7 millones.
El 79% de las remesas provienen de Estados Unidos, donde se estima que radican más de un millón de connacionales y de España se recibe el 7.9%.
Este año las remesas han seguido creciendo, representando el 18% del producto Interno Bruto (PIB) del país y el principal ingreso de divisas.
Se prevé que estos años el flujo de remesas siga en aumento por el nerviosismo que generan las políticas antiinmigrantes de Estados Unidos.
La economía hondureña tiene una fuerte dependencia de estos dólares que generan los compatriotas que emigran por falta de oportunidades en el país.
Las remesas reducen la gravedad de la pobreza y conducen a una mayor acumulación de capital humano; un mayor gasto en salud y educación; un mejor acceso a las tecnologías de la información y a los servicios financieros formales, de acuerdo con el Banco Mundial.
