Centroamérica & Mundo

Honduras ante un panorma multipartidario en este 2014

Las elecciones generales que se vivieron en Honduras ya son historia, pero sus inéditos resultados, marcarán los próximos cuatro años de la vida política e institucional de este país.

2014-03-24

Las elecciones generales que se vivieron en Honduras ya son historia, pero sus inéditos resultados, marcarán los próximos cuatro años de la vida política e institucional de este país.

 

Por: Dardo Justino Rodríguez Masci - estrategiaynegocios.net

Por primera vez desde 1982, el partido que ganó la presidencia en Honduras no tiene mayoría parlamentaria propia, y por primera vez, existen cuatro bloques legislativos con un buen número de diputados, como para que las negociaciones se conviertan en el pan nuestro de cada día.

Tras un período post electoral con duras denuncias de fraude por parte de los partidos Libre y Anti Corrupción, ambos parecen  haber aceptado, tácita o explícitamente, que Juan Orlando Hernández (JOH) será el nuevo presidente.  Asume el próximo 27 de enero.

Manuel Zelaya ha reconocido el "triunfo cuestionado e ilegítimo" del candidato nacionalista. En tanto, el Partido Anti Corrupción (PAC), sólo muestra el daño hecho al ego de su jefe, el mediático Salvador Nasralla, pero tiene 13 diputados electos que no están dispuestos a llevar las cosas muy lejos si ello pone en riesgo sus bancas.

Así las cosas, de acuerdo a la Segunda Asamblea Extraordinaria del Partido Libertad y Refundación (Libre), el partido y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) se dividirán el trabajo opositor: Libre actuará en el Congreso, mediante sus 37 diputados, y en el marco de las demás instituciones, como las 31 alcaldías ganadas. En tanto, el FNRP será el encargado de sacar gente a las calles, apelando a la capacidad de movilización y a los objetivos sectoriales del sindicalismo y de las organizaciones ambientalistas, étnicas y campesinas, entre otras.

El partido golpeará duro contra el gobierno en cuanta ocasión se le presente, con o sin aliados. Centrarían sus acciones en DDHH, conflictos del campo, demandas ambientales,  críticas a las políticas de seguridad, pisos salariales y falta de empleo decente, entre otros.

Nueva Legislatura

Si bien el nuevo presidente logró en el último año, desde el Congreso, condicionar y controlar los aparatos superiores de la Justicia, sus 48 diputados no le dan mayoría propia en la nueva Legislatura, lo cual será un escollo para imponer sus políticas.

Por ello, sus principales colaboradores han efectivizado reuniones con líderes de los partidos Liberal y Anti Corrupción, pues JOH espera construir una mayoría legislativa que le facilite la gobernabilidad.

Sin embargo, no se han efectuado acercamientos con el Partido Libre, política e ideológicamente ubicado en las antípodas, con una perspectiva de oposición extrema e intransigente.

Empero, quien tiene las riendas del verdadero poder en el Congreso, es el Partido Liberal, cuyos 27 diputados pueden otorgar mayoría simple al oficialismo o a una entente opositora.

Es ésta una buena oportunidad de recuperación para el liberalismo, golpeado por la división desde el año 2009, y ahora desplazado electoralmente a una inédita tercera posición en el mapa político hondureño.

Aunque el nacionalismo espera concretar una alianza con los liberales, también apunta a los diputados del PAC. Con ambas bancadas, tendría una mayoría calificada, pero ninguno de ellos le hará fácil el camino. Todos quieren algo, y a veces ese algo es demasiado ambicioso como para otorgarlo, como la presidencia del Congreso Nacional.

Un problema serio: la seguridad

Las medidas adoptadas por el Congreso Nacional en la presente legislatura, encaminadas a erradicar la violencia, seguirán siendo el eje por el cual pasará la política de seguridad del nuevo gobierno.

La Policía Militar del Orden Público, duramente cuestionada por algunos sectores de la oposición, ya tiene presencia en las dos mayores ciudades del país, Tegucigalpa y San Pedro Sula, ambas con altísimos índices de violencia.

En tanto, el tan proclamado Cuerpo TIGRES, sigla con la cual se identifica a la Tropa de Inteligencia y Grupo de Respuesta Especial de Seguridad, todavía no ha salido a las calles, pero se descuenta que lo hará en cuanto la Policía Nacional responda claramente, a través de sus nuevos jefes, al gobierno entrante.

Ardua es la labor que le espera al nuevo gobierno. Ante todo, debe sanear las finanzas del Estado, para lo cual ya ha logrado que la actual legislatura modifique leyes que le permitirán achicar el aparato estatal, aumentar algunos impuestos, elevar los precios de los combustibles mediante una nueva aplicación impositiva, eliminar las exoneraciones, incluso para las entidades de bien público sin fines de lucro y prorrogar la vigencia del "tasón" (impuesto destinado a la seguridad), de cinco a diez años.

Por otra parte, los pequeños y medianos empresarios están sometidos al  capricho de los extorsionadores, que cobran impuestos de guerra y han determinado el cierre o la quiebra de numerosos comercios. Es una sangría ya imposible de soportar, para la cual urge una solución.

Además, será esencial bajar los índices de criminalidad, limitar la actividad del narcotráfico y demostrar voluntad política para depurar la Policía Nacional, un ente no sólo ineficaz, sino altamente corrompido por el crimen organizado y la impunidad.

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