Claves del día

Luces y sombras por una gran apuesta cripto en El Salvador

El Ejecutivo espera el despegue del bitcoin, mientras el soporte de la economía está en remesas y exportaciones. El país inicia el año con renovados temores sobre el perfil de riesgo y deuda, así como la posibilidad de no concretar un acuerdo con el FMI.

2022-02-26

Por José A. Barrera

El Salvador hizo historia en 2021 al convertirse en el primer país del mundo en adoptar al bitcoin como moneda de curso legal, una estrategia que puso a la economía en el foco mundial, tanto por la expectativa de éxito de la apuesta como la del riesgo de fracaso.

El tema marcó la agenda nacional desde junio del año pasado cuando el presidente Nayib Bukele reveló -en Miami- el interés de su administración por adoptar al criptoactivo. La aprobación exprés de la Ley Bitcoin y las reiteradas compras de "tokens" (hasta llegar a 1.801, con un valor estimado de US$60 millones) solo suben las expectativas por una estrategia que es vista por varios economistas como un experimento.

Lea más: La aventura del Bitcoin es otra distracción de Bukele

Lejos del efecto publicitario de los primeros meses desde la adopción de la ley (efectiva desde el 7 de septiembre de 2021), la economía es sostenida por dos pilares: la actividad exportadora y las remesas familiares, fuentes que cerraron el año en niveles récord.

"Lo que dinamizó la economía fueron las remesas familiares, con un crecimiento de 26,8 % anual, y las exportaciones, que crecieron 31,8 %, influenciadas por la política macroeconómica expansiva en Estados Unidos", sentencia álvaro Trigueros, director del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Javier Simán, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), respalda la que llama "una notable recuperación" impulsada por el desempeño sobresaliente de las exportaciones y por la extraordinaria solidaridad de los salvadoreños en el exterior que enviaron cuantiosas remesas. Aún no hay cifras finales del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021, pero la proyección oficial es del 10,3 %.

El economista Luis Membreño sostiene que el PIB cerró con "un efecto rebote", luego de la caída a cerca de -8 % en 2020. La tasa de 2021 será la mayor en unos 40 años. Membreño destaca que esto es reflejo del explosivo crecimiento de la economía en el segundo trimestre de 2021, el cual se prevé tendrá alguna influencia en 2022.

Las estimaciones de crecimiento para este año son superiores al promedio histórico -de entre el 2 % y 2,5 % en las últimas tres décadas-, tanto el Banco Central de Reserva (BCR), como multilaterales la fijan en una banda de entre el 3 % y 4,5 %, que se espera ayude a salir del bache de 2020, pero con el riesgo de caer en un ciclo de bajo desempeño.

Foto: Estrategia y Negocios



"La pandemia interrumpió diez años de crecimiento, pero El Salvador se está recuperando con rapidez. Una demanda externa vigorosa, remesas resilientes y la sólida gestión de la pandemia están respaldando una rápida reactivación", destaca el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la revisión que hizo de la economía de enero, donde también remarcó riesgos en la adopción del bitcoin y el manejo de la deuda.

Motor industrial

Junto a las remesas, el repunte de la industria dinamizó la economía y permitió lograr exportaciones récord. Eduardo Cader, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), destaca que la crisis obligó a las empresas a replantearse, adaptarse y aprovechar el momento. Sostiene que la industria -pese a la pandemia-, no se detuvo y sigue como el pilar más fuerte proveyendo bienes y servicios, generando empleo, exportaciones, inversiones y tributos.

El empresario destaca que al tercer trimestre de 2021 el crecimiento promedio del rubro fue del 13,4 %, apalancado por los sectores farmacéutico, alimentos y bebidas, agroindustria, plásticos y textil y confección.

De cara al 2022, Cader considera que hay retos que las empresas deberán sortear para seguir apuntalando la economía, pero considera que el crecimiento dependerá de factores internos y externos, como la crisis en la cadena de suministros, "que genera complicaciones mundiales como la aglomeración de buques en los puertos; aglomeraciones de furgones en fronteras terrestres, falta de contenedores para la carga, escasez de espacio en bodegas portuarias, y cortes de aprovisionamiento desde las fuentes habituales".

"De momento se espera una ralentización del crecimiento, pero no me atrevo a mencionar que la situación será la misma previo a la pandemia; se vive una nueva realidad y algunos valores podrían rondar por ahí, pero hay que tomar en cuenta factores como los mencionados anteriormente", dijo.

Trigueros, de Fusades, añade que la inversión extranjera directa, acumulada al tercer trimestre de 2021, alcanzó los US$408,5 millones, pero destaca que en el trimestre tres sólo ingresaron US$1,3 millones, por lo que parece haber una desaceleración, la cual podría confirmarse con el dato del cuarto trimestre.

"La mayor parte (de la inversión) ha sido en el sector financiero y la industria manufacturera. Al comparar con el resto de Centroamérica es una de las más bajas de la región. El desafío para El Salvador es grande, se necesita atraer valores cercanos a los US$2.000 millones al año. Estamos lejos de esta meta", sentencia.

Simán dijo que para hacer sostenible el desempeño económico y aumentar los flujos de inversión se requiere generar un ambiente de confianza y estabilidad, donde prime la institucionalidad y la seguridad jurídica, y que los diferentes agentes económicos -nacionales y extranjeros- tengan confianza de invertir, algo que por ahora se deteriora. Cader, de la ASI, refuerza que la pandemia también generó serios problemas en materia fiscal. El tema tiene pendientes tanto a empresarios como economistas que anticipan riesgos de corto y mediano plazo.

Foto: Estrategia y Negocios

Trigueros reitera que a noviembre de 2021 la deuda pública subió a US$23.569,7 millones, US$4,284,9 millones más que en diciembre 2019. "Según el último informe del FMI, la trayectoria de la deuda pública es insostenible", dijo, mientras advirtió sobre el aumento del riesgo medido por el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes que elabora JP Morgan Chase.

"El Salvador destaca por un acelerado incremento del riesgo país, que pasó de 5.38 puntos base el 30 de abril de 2021, a 15.55 el 25 de enero de 2022, colocándolo entre los peores de América Latina. Pero esto no es por la pandemia, pues a los otros países no les ha pasado lo mismo, sino que hay factores internos, como el deterioro de la democracia y la adopción del bitcoin como moneda de curso legal", recalca.

¿La deuda es una bomba de tiempo?

La sombra del impago se cierne sobre El Salvador con el vencimiento de una emisión por US$800 millones en enero 2023.

Moody’s advirtió que el país se queda sin margen para acudir a multilaterales, mientras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se aleja en la medida que el país abraza el proyecto del bitcoin, sobre el que recomienda desistir de su uso como moneda por su alta volatilidad.

Lea más: FMI: Alto costo de deuda frenará crecimiento de El Salvador

El país inició en 2020 las negociaciones para un acuerdo con el FMI por US$1.300 millones, pero entraron en pausa tras la adopción del bitcoin. Dicho financiamiento es clave para estabilizar las cuentas fiscales.

La administración Bukele reveló en noviembre que trabaja una emisión de "bonos bitcoin" por US$1.000 millones, los cuales se espera salgan en marzo, pero que requieren de nuevas leyes las cuales fueron enviadas a la Asamblea Legislativa en la última semana de febrero.

La apuesta incluye la construcción de Bitcoin City, una ciudad que se alimentaría con energía geotérmica y que busca atraer inversión cripto y respaldar la minería. El proyecto incluye beneficios fiscales.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE