En una entrevista con Country Focus, un espacio del FMI, el equipo técnico que realizó la revisión al Artículo IV de El Salvador destacó que uno de los desafíos más apremiantes de la economía salvadoreña es el costo de la deuda pública como relación del Producto Interno Bruto (PIB).
"A menos que se tomen medidas políticas decisivas, la deuda pública seguirá creciendo, demandando más recursos del presupuesto a medida que aumentan los costos de endeudamiento", señaló el equipo del FMI.
Debido al alto costo de la deuda, continuó explicando, se desplaza la inversión privada y limita los recursos para gastos sociales y de infraestructura.
El equipo del FMI, liderado por Alina Carare, explicó que el repunte de la economía de 2021 se debe a la fuerte caída en 2020. Un dinamismo que se debe a la demanda externa y manejo de la pandemia, aunque también es "un importante motor" la dinámica de Estados Unidos para el envío de remesas.
Pero ese rebote se agota y para 2022 se espera un crecimiento de 3.2 % mientras que en el mediano plazo El Salvador observaría tasas de alrededor del 2 % a medida se desvanezcan las políticas de estímulo en los Estados Unidos. "Esto está por debajo del promedio histórico y se debe a los altos costos de endeudamiento público", dijo.
Agregó que "los déficits presupuestarios persistentes y las políticas fiscales expansivas continuas, a pesar de la solidez de la economía, han dado como resultado una relación entre la deuda pública y el PIB que crece rápidamente".
Tanto el saldo de la deuda pública como el servicio de estos compromisos siguieron aumentando en 2021. Según el Banco Central de Reserva (BCR), en 2021 se tuvo que destinar US$1.303 millones solo para pago de intereses de deuda, el monto más alto desde 1991.
