La bajada de diez puestos en la tabla de posiciones en el índice de Competitividad Global 2015 - 2016 del Foro Económico Mundial (FEM, o WEF, por sus siglas en inglés) parece no haber sentado muy bien en el Gobierno de El Salvador, por lo que, a través de un comunicado, ha deslegitimado los resultados, al afirmar que tres cuartas partes del estudio se basan en percepciones de 100 empresas.
Según ese comunicado, "el reporte del FEM no indica el universo del cual se extrae la muestra de empresas, ni la metodología para su selección y mucho menos identifica a las empresas participantes por su nombre, su tamaño o si es nacional o extranjera (otros informes como el Doing Business, del Banco Mundial, si lo hacen). Esta falta de información imposibilita determinar si las empresas participantes efectivamente representan al sector productivo nacional y si, por lo tanto, sus opiniones pueden generalizarse para todo el país".
Hace un año no opinaban así
Cabe destacar que al año pasado, cuando el país ascendió un buen número puestos en el mismo listado, la opinión era bien diferente.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, decía hace ahora un año: "Es una buena noticia compartir con ustedes el hecho de que El Salvador haya subido 13 puntos en el índice de Competitividad Global, y que pasara de las posición 97 a la 84. Es un avance que nos dice que en los últimos años vamos por el buen camino en esta materia", como reflejaba la página web de presidencia de El Salvador.
En este informe, elaborado desde 1979 por el Foro Económico Mundial, se analizó las políticas y factores que determinan la productividad de las economías. Este año El Salvador se ubicó en el puesto 95 entre 140 naciones, diez posiciones más abajo de su puesto en el año anterior. Una posición similar a la de países como Serbia y Zambia.
Dentro de los aspectos positivos destacables del país que se mencionan en el informe están la buena calidad de su infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria, el alto nivel de penetración de la telefonía móvil, el baja inflación, el acceso al crédito y la disponibilidad de ancho de banda para el usuario. Sin embargo, hay aspectos negativos que afectan el desempeño competitivo del país.
Los costos asociados a los altos niveles de crimen y violencia, la mala calidad de la educación y la falta de un marco regulatorio eficiente son parte de los factores que contribuyeron al mal desempeño del país en el indicador. Así también, la falta de IED, la escasez de ingenieros y científicos, así como las barreras existentes el comercio y los engorrosos procedimientos aduaneros han generado una caída en la competitividad de El Salvador.
En todo caso, el Ministerio de Economía insiste en que "existe una aparente contradicción entre los resultados del ICG y los de los informes elaborados por otros organismos internacionales que, por el contrario, muestran un desempeño positivo de nuestro país".
Más enfrentamientos
En las últimas horas, el Gobierno salvadoreño también se ha enfrentado a las compañías de telefonía, por el impuesto de un 10% extra al sector, para financiar la seguridad en el país; y la rebaja en tarifas del 13% a la que van a obligar a las compañías, para que el costo no lo asuman los consumidores.
"El gobierno va a defender los intereses de la gente", enfatizó Eugenio Chicas, secretario de Comunicaciones de la Presidencia.
En respuesta, las telefónicas criticaron el discurso confrontativo de funcionarios clave del gobierno que adjudican 'falta de voluntad' a las empresas y oposición de éstas para colaborar con el proyecto de Ley de Contribución Especial para la Seguridad Ciudadana y Convivencia; y el incumplimiento a la Ley Especial contra el Delito de Extorsión.
Los operadores del servicio de telefonía móvil en El Salvador aclararon que no se oponen a disminución de tarifas y critican ataques de funcionarios del Gobierno que dañan su imagen ante opinión pública.
