Por revistaeyn.com
El mundo se enfrenta a una tormenta perfecta de retos complejos e interconectados: crisis ambiental, sanitaria, financiera, humanitaria y de refugiados, por nombrar algunas. En momentos así, se necesita más que nunca un liderazgo eficaz. Pero parece que nuestros líderes se han quedado cortos. De hecho, la escala y la intensidad de estos retos sólo han servido para poner de manifiesto los fallos de los modelos tradicionales de liderazgo.
Los rasgos y comportamientos de los líderes influyen profundamente en si las organizaciones y las sociedades se hunden o flotan en tiempos difíciles.
Pero piense en una causa que le preocupe, como la pobreza o el cambio climático: ¿Están abordando eficazmente los líderes la complejidad y las múltiples crisis a las que nos enfrentamos? ¿Podríamos estar fallando a nuestros líderes al prepararlos para el ideal equivocado de liderazgo?
Los retos polifacéticos requieren un modelo de liderazgo polifacético que vaya más allá de las cualidades tradicionales que suelen asociarse a los líderes.
Cada vez hay más pruebas de que un modelo de liderazgo integrado -la idea de que la integración de las características de liderazgo masculinas y femeninas está íntima y positivamente correlacionada con los resultados empresariales- podría ayudarnos a afrontar algunos de estos retos.
Los medios de comunicación destacan con frecuencia a las mujeres que lideran países y empresas durante las crisis, especialmente en la sanidad. Sin embargo, pocos exploran los enfoques y características aplicados conscientemente que crean esta "ventaja femenina."
Los datos de Leadership Circle, socio de investigación de Unlocking Eve, confirmaron los resultados. Un análisis de los perfiles de liderazgo de más de 130.000 líderes de 196 países incluidos en la base de datos mostró que los líderes con mejores resultados eran aquellos que combinaban habilidades centradas en las tareas con capacidades relacionales y orientadas a las personas.
La buena noticia es que todos los líderes pueden adoptar un estilo de liderazgo más equilibrado. Adoptando un enfoque que fomente la colaboración y la empatía, en lugar de uno centrado en el control, es posible perseguir una forma de liderazgo más integradora.
Este cambio de rumbo está abriendo las más altas esferas del liderazgo a quienes en el pasado han rehuido las tácticas de liderazgo agresivo.
