Por El Mundo
La recaudación de impuestos en El Salvador no alcanzó las metas para el primer semestre de este año.
Las arcas estatales recibieron $94 millones menos de lo esperado. Entre enero y junio de este año, los ingresos tributarios y contribuciones sumaron US$2.324,2 millones, y aunque aumentaron en $84.6 millones (3.6 %) con respecto al mismo periodo de 2015, no fue suficiente para alcanzar la cifra presupuestada.
Hacienda esperaba US$2.418,8 millones, pero la recaudación real se quedó corta en $94,6 millones, según estadísticas disponibles en el portal estatal Transparencia Fiscal.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuestionó la objetividad de las previsiones macroeconómicas que el Gobierno utiliza para elaborar el presupuesto de la nación, pues al ser demasiado optimistas dan pie a que se planifiquen ingresos más altos de lo que puede generar la economía salvadoreña.
Según analistas, el origen de la creciente deuda está en el ya recurrente afán de presentar un presupuesto equilibrado, que solo requiere de mayoría simple para aprobarse en la Asamblea Legislativa, y así reducir la posibilidad de que su aval se entrampe.
Las desviaciones en los ingresos y en los gastos - estas últimas ocasionadas por omitir o subestimar obligaciones- se convierten en brechas que, al final, deben cubrirse con deuda, generalmente con Letras del Tesoro Público (Letes), que ya alcanzaron un nivel insostenible para el Gobierno y urge su refinanciamiento.
La recaudación del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) muestra la mayor diferencia con la cifra presupuestada, principalmente por el IVA importador. El fisco recolectó US$122,8 millones menos de lo planificado, de los que US$83,5 millones correspondieron a las importaciones, y US$39,4 millones a las declaraciones.
La recaudación de impuestos en El Salvador no alcanzó las metas para el primer semestre de este año.
Las arcas estatales recibieron $94 millones menos de lo esperado. Entre enero y junio de este año, los ingresos tributarios y contribuciones sumaron US$2.324,2 millones, y aunque aumentaron en $84.6 millones (3.6 %) con respecto al mismo periodo de 2015, no fue suficiente para alcanzar la cifra presupuestada.
Hacienda esperaba US$2.418,8 millones, pero la recaudación real se quedó corta en $94,6 millones, según estadísticas disponibles en el portal estatal Transparencia Fiscal.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuestionó la objetividad de las previsiones macroeconómicas que el Gobierno utiliza para elaborar el presupuesto de la nación, pues al ser demasiado optimistas dan pie a que se planifiquen ingresos más altos de lo que puede generar la economía salvadoreña.
Según analistas, el origen de la creciente deuda está en el ya recurrente afán de presentar un presupuesto equilibrado, que solo requiere de mayoría simple para aprobarse en la Asamblea Legislativa, y así reducir la posibilidad de que su aval se entrampe.
Las desviaciones en los ingresos y en los gastos - estas últimas ocasionadas por omitir o subestimar obligaciones- se convierten en brechas que, al final, deben cubrirse con deuda, generalmente con Letras del Tesoro Público (Letes), que ya alcanzaron un nivel insostenible para el Gobierno y urge su refinanciamiento.
La recaudación del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) muestra la mayor diferencia con la cifra presupuestada, principalmente por el IVA importador. El fisco recolectó US$122,8 millones menos de lo planificado, de los que US$83,5 millones correspondieron a las importaciones, y US$39,4 millones a las declaraciones.
Hacienda esperaba recibir US$1.063,1 millones, en realidad ingresaron US$940,2 millones. La brecha en el Impuesto sobre la Renta (ISR), que junto al IVA es el tributo que más recursos aporta, fue de US$19,3 millones, de los que US$11 millones provinieron de las declaraciones. En total recaudaron US$1.039,8 millones.
La otra desviación importante se registró en el Impuesto a las Operaciones Financieras, que aportó US$42,6 millones, US$7.7 millones menos de lo esperado. También, se recolectaron $7.9 millones menos de lo presupuestado en ingresos financieros, tasas y derechos, ventas de bienes y servicios, y transferencias corrientes.
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