El estudio sobre hábitos de redes sociales entre adolescentes de 14 y 19 años, realizado por la consultora en Transformación Digital Findasense, muestra que este segmento de edad prefiere lo que les recomiendan sus amigos, antes que los influencers.
Las marcas en la región tienen muy poca información sobre lo que opina el que ya es uno de los targets más importantes de las empresas, apunta Rafael Fernández, socio y fundador de la agencia digital Findasense.
Con este estudio tratan de que las empresas comiencen a comprender los comportamientos de los jóvenes en la nueva ágora, las redes sociales, para así poder tomar decisiones de mercado dirigidas a los teens.
"Los adolescentes de entre 14 y 19 años pueden llegar a tener presencias digitales compuestas por entre 6 y hasta 10 perfiles abiertos, son capaces de utilizar cada uno de ellos con una finalidad específica y a la vez integrada con el resto", apunta el documento.
Costa Rica fue parte del estudio (de un total de siete países), que incluyó en el país centroamericano aa 100 adolescentes (25% de los teens de 14 a 16 años y 75% de 17 a 19 años, en una muestra donde 39% eran hombres y 61%, mujeres).
La ‘data’ local ayudará a las empresas a tomar decisiones, apuntan desde Findasense, ya que no es lo mismo aplicar recetas sobre estudios "que vienen de Londres", que hacerlo con el conocimiento específico de nuestros países.
"Explorar el comportamiento de los jóvenes en el entorno digital es clave para extraer insights específicos que los diferencian en cada una de las regiones, y disponer de información a la hora de plantear estrategias orientadas al segmento", señala Fernández.
Respecto a las principales conclusiones del informe, el documento destaca que la primera red social que revisan al despertar es Whatsapp (pese a no estar considerada como una red social, sino como un sistema de mensajería), y es su preferida para comunicarse con sus amigos; Facebook es la red social que más usan; tienen una positiva percepción de si mismos, más allá de lo que opinen las redes; usan Twitter para hacer catarsis y Snapchat para ligar; escuchan música en Spotify y recurren a Youtube como centro de entretenimiento; y acuden a Google antes que a la familia para informarse sobre lo que no conocen.
Además, aceptan a los influencers, pero no de forma desprevenida, sino que desconfían de ellos en cuanto les recomiendan una marca, por lo que prefieren acudir a sus amigos para informarse sobre productos y marcas.
