Nicaragua tiene una de las tasas más altas de informalidad de América Latina, según el estudio "Determinantes de la informalidad en Nicaragua", publicado en la "Revista de Economía y Finanzas", de noviembre de 2016, del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Los autores del estudio, Antonio Brenes Narváez y Freddy Cruz Rivera, concluyeron que la informalidad en el país, medida desde el punto de vista de la población ocupada que no cuenta con seguro social, asciende al 82 %.
Los investigadores se basaron en los datos de la Encuesta Continua de Hogares del IV Trimestre de 2012 (ECH IV-2012), para determinar la informalidad en el país.
El estudio revela que la informalidad es mayor en las microempresas, desde el punto de vista del tamaño de los negocios; en las mujeres, de acuerdo con el género; en los jóvenes y personas de edad avanzada, de acuerdo con la edad; en los sectores agropecuario, comercio e industria, desde el punto de vista de las actividades económicas; en el área rural y en los niveles educativos más bajos.
Los investigadores encontraron que el 71,1 % de la población ocupada trabaja en negocios que tienen de 1 a 5 trabajadores, es decir, son microempresas. Asimismo, que 75.7% lo hace en negocios que no llevan ningún tipo de registro contable, o sea, que son negocios informales.
Por otra parte, el estudio señaló que el 92,7 % de los ocupados en las zonas rurales eran informales (74,3 % en las zonas urbanas).
De acuerdo con los investigadores, la informalidad en la economía de un país implica una asignación deficiente de los recursos, baja productividad, poca innovación tecnológica, evasión de impuestos, un grado reducido de aportes a la seguridad social, entre otros costos.
La Encuesta de Empresas Sostenibles Nicaragua 2015, realizada por el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), enfatizó en que en el país las empresas "se caracterizan por un alto nivel de informalidad".
Infografía: El Nuevo Diario
"Apenas el 4,6 % de las empresas lleva contabilidad formal, mientras que el 58,6 % tiene alguna forma de contabilidad, ya sea anotando en un cuaderno o haciendo cuentas de manera espontánea sin tener nada escrito, y el restante 36,8 % no lleva cuentas del todo", reflejó esa encuesta
