Casi dos siglos han pasado desde que naciera el ideal de una Centroamérica unida, una idea que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, lleva dentro de sí y que está empujando para que pueda convertirse en realidad.
"Llegó el momento para una real integración centroamericana", afirmó Hernández en Costa Rica, aprovechando la buena relación existente entre los presidentes de los distintos países del Istmo.
"Otras regiones avanzan y avanzan" en la integración, dijo el presidente hondureño, mientras que Centroamérica da un paso adelante y otro hacia atrás.
Hernández está dispuesto a liderar un proceso que ha iniciado con la Unión Aduanera entre Honduras y Guatemala (será la primera en el continente americano), que entraría en vigor el próximo 1 de diciembre y se convertirá en el coloso económico de la región, al sumar un PIB combinado de US$72.780 millones, 46% del PIB y 40% del comercio centroamericano.
Los dos gobiernos están también impulsando la entrada de El Salvador a esta Unión Aduanera, y de conseguirlo, sumaría US$97.447 millones de PIB (el 62% del PIB centroamericano) y el 57% del total del intercambio comercial en la región.
Pero Juan Orlando Hernández aspira a más: a que Nicaragua, Costa Rica y Panamá se integren en este proceso. De conseguirlo, Centroamérica se convertiría en la séptima economía latinoamericana, por detrás de Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Perú. A su juicio, con 34 puertos marítimos, 20 aeropuertos internacionales y su ubicación geográfica, el Istmo lo tiene todo para convertirse en el "corredor logístico del mundo".
"Guatemala y Honduras trabajan a la misma velocidad para dar un remezón a la arquitectura de la integración. El resto países deberán unirse al proceso", comentó el mandatario hondureño, quien apostilló que "no queremos imponer una agenda regional, sino despertar interés y poner el tema en el tapete".
