Después de que el barril de Brent -de referencia en Europa- superase durante el mes de octubre por primera vez en más de un año los US$53 (el West Texas superó los US$51), el crudo ha sufrido una corrección de más del 9%, cotizando en torno a US$48, después de que durante las últimas semanas se hayan multiplicado las dudas sobre la capacidad de la OPEP para llegar a un acuerdo y recortar la producción.
De hecho, el lunes una nota enviada por Goldman a los inversores advertía de que las últimas noticias sobre los niveles de producción 'han reducido aún más las probabilidades de que un acuerdo de la organización se traduzca en una caída de los inventarios en la primera mitad de 2017'. Así, habrá que esperar a la reunión del 30 de noviembre en Viena para saber si la OPEP ratificará el preacuerdo alcanzado en Argelia el 30 de septiembre.
Así, el equipo de análisis de la entidad americana advertía de que 'la falta de acuerdo ha empujado hacia abajo de manera drástica los precios, con unos fundamentales débiles del mercado que garantizan que el barril cotizará en la parte baja de los US$40 si la OPEP no es capaz de brindar un pacto convincente'.
En cualquier caso, no es la primera vez que Goldman hace previsiones apocalípticas sobre el precio del crudo: si fue la primera casa de análisis en advertir que el petróleo podría irse hasta los US$40 -una previsión en la que acertó- también llegó a señalar en septiembre de 2015 que podría caer a los US$20. Además, ese mismo mes aseguró que los precios se mantendrán bajos los próximos 15 años. Así, la entidad se muestra más pesimista que el consenso recogido por Bloomberg, que prevé un Brent en US$54,4 en 2017.
