Claves del día

Los 'dreamers' corren para renovar documentaciones

Cruel. Absurda. Inviable. Insensata. Así describen varios jóvenes inmigrantes y activistas la decisión del gobierno, que deja a decenas de miles indocumentados, a la merced de las autoridades migratorias.

2017-10-07

Por AFP

'Amamos a los 'Dreamers'', dijo Donald Trump el mes pasado. Y cinco días después anunció que estos jóvenes que llegaron a Estados Unidos indocumentados cuando eran niños tendrían tiempo solo hasta este jueves para renovar por última vez sus papeles.

Cruel. Absurda. Inviable. Insensata. Así describen varios jóvenes inmigrantes y activistas la decisión del gobierno, que deja a decenas de miles indocumentados, a la merced de las autoridades migratorias.

María Valdez tiene 30 años, y llegó a Estados Unidos desde Paraguay a los seis años. Ha crecido y vivido toda su vida en Nueva York, donde trabaja como profesora en una escuela de cosmetología.

Las lágrimas caen por las mejillas de esta joven madre de cabello castaño en las oficinas de Make the Road New York (MRNY) en el barrio de Queens, una organización que defiende a inmigrantes latinos y adonde llegó un día antes de la fecha límite a buscar información.

Su peor temor: ser deportada y separada de su hijo de tres años.

'He estudiado toda mi vida aquí, trabajo aquí, tengo mi licencia de conducir aquí, tengo un niño aquí. Yo siento que este es mi país', dice en español, con la voz entrecortada. 'Mi vida está acá'.

Pero sus papeles vencen recién el 9 de agosto de 2018, por lo cual no podrá renovarlos ahora. Y si el Congreso no aprueba antes de esa fecha una ley que la proteja de la deportación, quedará indocumentada el 10 de agosto.

¿Podrá el Congreso aprobar en meses lo que no ha hecho en una década? Hace más de 15 años que el denominado 'Dream Act', un proyecto de ley para ofrecer a estos jóvenes una solución permanente, languidece en el Congreso.

En pequeñas protestas por todo el país, activistas y legisladores demócratas exigieron al Congreso la aprobación de la última versión del 'Dream Act', presentada en julio por un senador demócrata y otro republicano.

'¡Luchemos para aprobar un 'DREAM Act' limpio!', afirmó entre aplausos la senadora demócrata Kamala Harris en un acto frente al Capitolio.

Con 'limpio', Harris se refería a una ley que no esté atada a condicionantes como mayores medidas de control fronterizo o financiamiento del muro en la frontera sur del país como quiere Trump.


Eliminación gradual

El gobierno Trump anunció hace exactamente un mes que el 6 de marzo de 2018 comenzará a eliminar gradualmente el programa DACA, creado en 2012 por su antecesor Barack Obama, que permite actualmente a casi 700.000 jóvenes 'Dreamers' vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.

El DACA dura dos años y es renovable. Pero el gobierno determinó que los jóvenes cuyos permisos expiren entre el 5 de septiembre de 2017 y el 5 de marzo de 2018 -un total de 154.000 personas- serán los únicos que podrán renovarlos, una sola vez más.

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración ha recibido ya 106.000 pedidos de renovación de jóvenes de este grupo. Pero decenas de miles han quedado fuera por varias razones: no todos pueden pagar la tarifa de 495 dólares, o no se han enterado de que tienen que hacer el trámite, o no cuentan con los papeles necesarios.

'Los jóvenes están preocupados primero sobre los impactos inmediatos: perder sus empleos, cómo harán para renovar sus contratos de alquiler sin los papeles, cómo mantendrán a sus hijos', dice la abogada Yasmine Farhang, de MRNY, en su pequeño despacho donde atiende inmigrantes.

Organizaciones y 16 fiscales generales de varios estados demócratas como Nueva York han presentado una demanda contra la decisión de Trump, porque aseguran que es racista contra los mexicanos y latinos -los mayores beneficiarios del DACA- y por ende inconstitucional.

'Un caos'

'Nadie estaba preparado para esto. Trump ha sembrado el caos a través del país. La fecha del 5 de octubre es arbitraria y cruel', denunció en una reciente teleconferencia Erendira Rendon, una joven 'Dreamer' de 32 años que llegó a Estados Unidos desde México a los cuatro años y hoy reside en Chicago y trabaja en la organización comunitaria The Resurrection Project.

Un sinfín de donantes han desembolsado millones de dólares para ayudar a jóvenes de bajos ingresos con las tarifas de renovación. Organizaciones de inmigrantes de todo el país se han movilizado con talleres, clínicas y conferencias para ayudar a miles con los trámites.

Un juez federal de Brooklyn a cargo de dos demandas que buscan prorrogar el DACA aseguró la semana pasada que la decisión del gobierno de no extender el plazo del 5 de octubre es 'cruel'. 'Esto es francamente inaceptable para mí como un ser humano en Estados Unidos', sostuvo el juez Nicholas Garaufis.

Los 'dreamers' en fila hacia un limbo migratorio

Melissa García tenía tres años cuando cruzó la frontera de México a Estados Unidos en los brazos de su madre. Casi nada recuerda de aquella arriesgada travesía que la convirtió en indocumentada en el país que llama hogar.

Hoy es una de miles de 'dreamers' (soñadores) que podrían quedar en el limbo con la eliminación de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, del inglés), que le permitía trabajar legalmente, y que podría ser renovado por última vez el jueves.

'Con DACA puedo salir a la calle sin miedo a que me deporten' dijo la muchacha de 23 años, empleada de una tienda, preocupada por su futuro, ya que puede terminar en un limbo migratorio.

Su madre Leticia la trajo junto a su otro hijo que entonces tenía cinco y desde que cruzaron la cerca por el desierto de Sonora, se encargó de pintarles un mundo de normalidad.

'No sabían que no tenían papeles hasta que crecieron. Quería que fueran unos niños normales, quería algo mejor para ellos', dice esta mujer de 43 años, aún sin papeles, con una sonrisa conmovedora.

El gobierno anunció el 5 de septiembre el fin del DACA, dando seis meses para hacer una última renovación, aunque el plazo para consignar los recaudos termina este jueves.

'Para el 5 de marzo, [la autoridad migratoria debe tener] procesadas todas las aplicaciones', explicó Luis Pérez, director de Servicios Legales de la Coalición Pro Derechos Humanos del Inmigrante (CHIRLA) en Los ángeles, que presta asesoría gratuita en la materia.

Se procesarán renovaciones de permisos vencidos entre el 5 de septiembre y el 5 de marzo. Si vence el 6, no hay nada que hacer. Unos 150.000 pedidos de renovación deben ser analizados.

Otras organizaciones de defensa de los inmigrantes viene haciendo masivos operativos para asistir a los 'dreamers'.


'Miedo a perder todo'

Melissa hizo el papeleo la semana pasada, a través de CHIRLA. Llegó con Leticia de madrugada, pasadas las 3h00 locales (10h00 GMT), con su perrito chihuahua en un bolso.

A esa hora ya estaba en la fila Bryan Solís (20), un estudiante universitario que a través de DACA tuvo acceso a más créditos para pagar sus estudios y a un trabajo legal.

Cruzó también por el desierto con su mamá cuando tenía siete años. 'Esta marca fue una cortada que me hice con una púa del alambre de la cerca', dijo señalándose la frente.

Llevan a la fila sillas plegables, cobijas, café. Todos se sienten estadounidenses, a pesar de no tener los papeles.

'Pude construir una carrera, conseguir un buen trabajo aquí en Estados Unidos, el único país que conozco como mi hogar', destacó Pablo Gómez, que trabaja como asesor de hipotecas en el banco Wells Fargo.

'Tengo miedo a perder todo lo que he construido, rezo a Dios para que ésto se solucione', expresó por su parte Jesús Cervantes, representante de distribución de una compañía de neumáticos.

La decisión de Trump forzó al Congreso a reabrir el polémico debate de la reforma migratoria, que ya fracasó en 2001, 2006 y 2013.

'Estoy esperando por el 'Dream Act'', el proyecto que convertiría DACA en ley, 'para que yo y todo el mundo en la fila pueda saborear el 'sueño americano'', dijo llorosa Abby Garduque.

Un 'no' tajante generalmente es lo que se escucha tan pronto se les asoma la posibilidad de volver a sus países. Se palpa un temor generalizado a lo desconocido, a veces hasta un poco estereotipado.

El otro hijo de Leticia se casó con una estadounidense y ya está legal. Ahora espera que Melissa pueda regularizar su situación para estar tranquila.

'Así, si me tengo que ir, me voy contenta', expresó nada temerosa de una deportación.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE