Claves del día

Instrumentos para la prevención de violencia y crisis migratorias

La actual crisis migratoria en Europa es resultado de una realidad que también enfrentan los niños centroamericanos: los elevados riesgos y la falta de oportunidades al quedarse en casa. Eso, junto al sueño de alcanzar un futuro mejor, constituye una fuerza difícil de aplacar.

2015-04-30

Por J. Humberto López (*)

La atención mundial se concentra justamente por estos días en los cientos de refugiados del norte africano que intentan llegar a costas europeas. De hecho, la última tragedia en el Mediterráneo pudo haber cobrado ya casi 700 vidas.

Al mismo tiempo, no hay que olvidar que hace menos de un año fueron los niños centroamericanos los que ocupaban los titulares en sus arriesgados intentos por emigrar. Entre octubre de 2013 y agosto de 2014 alrededor de 66.000 niños centroamericanos fueron detenidos al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

Es cierto que son realidades muy distintas. Para llegar a Estados Unidos desde Centroamérica, no hace falta cruzar un océano. Pero los riesgos siguen siendo muy altos, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos hablando de niños.

Lo que es más, la actual crisis migratoria en Europa es resultado de una realidad que también enfrentan los niños centroamericanos: los elevados riesgos y la falta de oportunidades al quedarse en casa. Eso, junto al sueño de alcanzar un futuro mejor, constituye una fuerza difícil de aplacar.

Los niños centroamericanos no son refugiados de guerras declaradas. Pero las elevadas tasas de homicidio que enfrentan en sus países -las más altas del mundo- son razón suficiente para que sus padres crean justificada la arriesgada travesía de 1.500 kilómetros al norte.

Las altas cifras de violencia en el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) reflejan una compleja situación no menos difícil que las enfrentadas en países en guerra. De hecho, en la peor época de la guerra civil salvadoreña el número de muertos fue dos a tres veces menor que el número de muertos causados hoy por homicidios en dicho país. Tal vez lo más preocupante es que la mayoría de las víctimas y victimarios centroamericanos hoy en día son jóvenes de entre 14 y 29 años de edad y mayoritariamente de bajos recursos.

Lo que es alentador es que hemos aprendido mucho sobre la naturaleza de la violencia y el tipo de soluciones que funcionan. Hoy sabemos, por ejemplo, que enfocarse en la prevención del crimen y la violencia no solo es deseable sino económicamente efectivo. Según cálculos de la Universidad de Washington, ciertos programas con jóvenes en riesgo han logrado más de US$20 dólares de beneficio por cada dólar invertido.

El enfoque de prevención, junto con generación de oportunidades en sus lugares de origen, es un enfoque que apoyamos desde el Banco Mundial a través de diversos proyectos en los países del Triángulo Norte. Municipios Más Seguros en Honduras, Apoyo Temporal al Ingreso en El Salvador y el futuro proyecto de Infraestructura Urbana con la Mancomunidad del Sur en Guatemala, son algunos de ellos.

Este 30 de abril, audiencias en Washington D.C. podrán apreciar de primera mano el resultado de otro de estos proyectos. Se trata de una iniciativa que ya ha generado grandes beneficios para jóvenes salvadoreños que han encontrado en la música, un instrumento de prevención de violencia y, a la larga, un catalizador de esperanza por un futuro mejor dentro de su propio país.

Desarrollada por la Fundación Edytra en comunidades de San Salvador afectadas por la violencia, la iniciativa financió la creación de una academia de música, la formación y equipamiento de una orquesta sinfónica y un coro y la contratación de un equipo de profesores. Para muchos de los niños este proyecto les brindó su primer contacto con la música.

Con una donación de US$1 millón del Fondo Japonés de Desarrollo Social, administrado por el Banco Mundial, el proyecto le ha abierto las puertas a más de 500 niños y jóvenes que han integrado la Orquesta Juvenil Don Bosco. Desde 2012, la orquesta ha ofrecido recitales en San Salvador pero a finales de abril hará su debut en el Kennedy Center y el Banco Mundial de Washington D.C.

En sus interpretaciones, estos jóvenes darán evidencia de un modelo de prevención de violencia que mezcla arte, educación e innovación, en un proyecto que requirió una inversión relativamente pequeña, pero que ya ha devuelto grandes beneficios. Esta iniciativa ha reducido la deserción y ausentismo escolar de los participantes, ha apoyado en el desarrollo de sus talentos y habilidades y ha ayudado a disminuir significativamente comportamientos agresivos. Se trata de un modelo que seguramente podrá replicarse en otras partes para brindarles a niños y jóvenes en riesgo la oportunidad de soñar con un mejor futuro.

* Director del Banco Mundial para Centroamérica

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE