En los primeros días de abril Intel anunciaba reestructuraciones de sus operaciones internacionales que, de uno u otro modo, iban a afectar a lo que venía haciendo en Costa Rica.
Unos días más tarde, con medio país pensando en salir corriendo a la playa, en las vacaciones de la Semana Santa, Costa Rica se levantó con una de esas bombas que no tiene en su arsenal, pero que consternó a todos sus habitantes: Intel, la empresa que había transformado el tejido productivo tico, la que le hizo dar el paso hacia la modernización, anunciaba el cierre de su planta de manufactura y el despido escalonado de 1.500 trabajadores, que finalmente fueron 1.130.
En ese instante Intel contaba con aproximadamente 2.700 trabajadores en Costa Rica, con lo que la reestructuración impactaba a más de la mitad de la plantilla.
El golpe tras el traslado de la fabricación de chips a Vietnam y Malasia se ha dejado notar en las cifras macroeconómicas, desde exportaciones, hasta el PIB, ya que en un momento llegó a representar más del 6% del Producto Interno Bruto.
La multinacional tecnológica anunciaba a la vez que no se iba del país, sino que transformaba sus operaciones. Hoy, tras la salida de la manufactura, Intel-Costa Rica cuenta con 1.700 trabajadores (anuncian que serán 1.800 para junio) divididos entre su Centro de Servicios Globales y el Centro de Investigación y Desarrollo.
El citado Centro de Investigación y Desarrollo incluye el Mega Laboratorio, único en su especie en Intel. Se espera que funcione al 100% a mediados de este año, apuntan desde la empresa. Prestará servicios a los laboratorios de diseño y operaciones de manufactura de la Corporación, asegurándose que los productos son totalmente funcionales antes de ingresar a las plantas de producción.
"Durante el último año, el Mega Laboratorio ha avanzado según lo previsto en el plan inicial y ya se están validando varios de los productos que están siendo enviados a producción de alto volumen", indicó Timothy Scott, gerente de Relaciones Públicas de Intel Costa Rica.
En cuanto al Centro de Servicios Globales, se encarga de labores multifuncionales en Finanzas, Recursos Humanos, Mercadeo y Ventas, Calidad y Tecnologías de la Información, algunas con cobertura mundial y otras a nivel latinoamericano o para toda América.
Según Scott, la decisión de tener este Centro en Costa Rica responde a la capacidad comprobada del talento humano para asumir labores cada vez más complejas, ubicación geográfica, valor, estabilidad política y el régimen de incentivos, entre otras razones.
Scott enfatizó el compromiso de Intel con la meta de apoyar al país en la creación de una economía basada en el conocimiento, innovación y competitividad, tal y como lo indica el Plan Nacional de Desarrollo.
Precisamente esa es la herencia de Intel, que desde su instalación en 1998 hizo que empresas de alta tecnología volvieran los ojos al país. Desde su llegada, la transformación de la economía costarricense es innegable, y cada año se anuncia la llegada de un buen ramillete de empresas extranjeras que necesitan del capacitado recurso humano costarricense.
