El líder ecuatoriano Rafael Correa advirtió que habría sido un 'precedente nefasto' si se permitía que el activista por la independencia de Puerto Rico, Rubén Berríos, representara a Nicaragua en el encuentro privado que iba a marcar el cierre de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) este jueves en Costa Rica.
'Queremos mucho a Nicaragua, queremos mucho a Puerto Rico, queremos mucho a los independentistas puertorriqueños, pero se hubiera sentado un precedente nefasto. Con ese precedente en la Cumbre de las Américas (de Panamá) en abril, Estados Unidos podía ceder su espacio a Inglaterra para hablar de las Malvinas', advirtió Correa.
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, anfitrión de la cumbre, 'deploró' la actitud que impidió realizar el retiro, al afirmar que 'la intransigencia de la delegación de Nicaragua fue absoluta' luego de que varios países indicaron que no aceptarían la presencia de Berríos en la reunión.
'Frente a la imposibilidad de cambiar la posición de la delegación de Nicaragua, tuve que tomar la decisión de dar por terminado el retiro y pasar a la plenaria porque si no, íbamos a tener un incidente que generaría tensiones indebidas entre varias delegaciones de la cumbre', apuntó Solís.
En la víspera, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega permitió que Berríos hablara ante el plenario de la cumbre, lo que motivó una reprimenda de parte de Solís.
La declaración final de la cumbre de la CELAC incluyó una manifestación en la que reconoce el carácter latinoamericano de Puerto Rico y acoge el pronunciamiento del comité de descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en favor de la isla caribeña, una colonia de Estados Unidos.
Con la suspensión del retiro, se anticipó el cierre de la Cumbre.
