La situación en este país centroamericano está ingresando a una zona de alta turbulencia que se está cobrando una nueva víctima y ella es la credibilidad de la información del gobierno. Esta aseveración, lejos de ser una opinión surge del estricto análisis del devenir de los hechos y de los anuncios realizados a lo largo de la semana. Aquí el detalle:
* La nueva embestida de las organizaciones mareras contra la sociedad se desató en la madrugada del domingo al lunes cuando comenzaron los asesinatos a los trabajadores del transporte público. Dos hechos fundamentales se pueden leer a esta altura de los acontecimientos de lo entonces ocurrido:
1) el trabajo de inteligencia del gobierno fue nulo para detectar y prevenir este nuevo brote de furia pandillera; las empresas y sus empleados quedaron a merced de los violentos;
2) las organizaciones pandilleras pusieron desde el inicio su 'poder de comunicación' en acción tan efectivamente que los medios de prensa llegaron a titular el lunes que 'las pandillas decretaban un paro', dandole entidad de organización cuasi-legal.
Con todos los elementos a la luz pública como para tomar el control de la situación, el gobierno no pudo detener el desangre de nueve conductores de buses asesinados a lo largo del día lunes. Las pandillas demostraron hasta qué punto están dispuestas a llegar...¿por qué? ¿en demanda de qué?
* Como acción de respuesta, el gobierno trasladó a un par de cabecillas mareros a cárceles de máxima seguridad y detuvo a otros, asegurando que desde allí provenían las órdenes de ejecutar el paro. A esta altura cabría preguntar:
1) Si de allí provinieron las ordenes, ¿qué indagó el gobierno con estos elementos criminales respecto de sus demandas? La sociedad tiene derecho a saber a cuentas de qué un grupo criminal poderoso, pero minoritario decide salir a matar y convulsionar el país. ¿Por qué es importante conocer un informe público al respecto? Para poder creer a las autoridades cuando aseguran 'no negociaremos'.
2) ¿Qué es lo que no va negociar Sánchez Cerén? ¿Qué piden las maras? ¿Cómo puede estar segura la sociedad de salir a las calles si no se sabe qué buscan los que atacan y qué estrategia tiene el que defiende?
* Con la insistencia del discurso 'no negociaremos' y los batallones de élite en la calle cuidando al transporte, en la jornada de ayer comenzaron a circular versiones (con fuente de las propias empresas de transporte) que aseguraban que las maras estaban llamando a cada compañía para 'informar' que 'ya se podía salir a trabajar' ¿¿¿??? Sí, así como se lee. Otra vez, las preguntas se imponen:
1) ¿Qué tiene el gobierno para decir al respecto? ¿Cómo se entiende esta virtual decisión intempestiva de los criminales? ¿Por qué el Consejo de Seguridad que se reunió anoche -y siguió insistiendo en que 'no se negociará'- no dijo ni una palabra al respecto? o ¿es que prefieren dejar que las maras lleven el 'hilo conductor de las comunicaciones'?
2) ¿Cómo puede estar segura la sociedad de salir a las calles cuando el que 'levanta el paro' es el criminal y el Estado no dice una palabra al respecto?
* En medio de esta incertidumbre y vulnerabilidad (al menos comunicativa) del gobierno, el Presidente Salvador Sánchez Cerén se ausenta del país. Y lo peor (o desatinado): el gobierno intenta ocultar el viaje. Más efectivo hubiera sido que se transparente el viaje y sus motivos (lo que incluye información pública sobre el estado de salud del Jefe de Estado, un tema de seguridad nacional) y se informe a la ciudadanía quien queda al mando de Casa Presidencial, quién queda al mando de la gestión de crisis y cuáles son los pasos a dar en los siguientes días. Como nada de esto ocurre, vuelven las preguntas:
1) ¿Por qué cuando Sánchez Cerén se va del país, curiosamente las maras anuncian 'ya se puede volver a trabajar'? ¿Alguien de su gobierno o partido negoció algo?
2) ¿Por qué intentar distraer a la sociedad con el debate de si se debía o no hacer público el pasaje e itinerario del Jefe de Estado (hecho que se reveló a través de redes sociales)? Es más, como empleado de la ciudadanía que le paga el sueldo, el Jefe de Estado debería informar con detalle cuándo, por qué se ausenta y cuándo retomará funciones. En la interpretación del partido gobernante, la izquierda del FMLN, conocer el itinerario del Presidente pone en riesgo su seguridad.
3) Cabría preguntar: ¿quién corre hoy más riesgo: Sánchez Cerén en un vuelo internacional o un vecino de Mejicanos (una de las colonias de San Salvador) en un bus tratando de llegar a su trabajo en medio de las imprevisibles decisiones de las maras? ¿Por qué el FMLN parece no hacer empatía con la seguridad de la clase trabajadora?
4) Según el fiscal Luis Martínez, quienes hicieron público el pasaje del Presidente 'no comprenden el nivel de funcionario que somos y lo que representamos para el país'. ¿Comprenderá el señor fiscal el nivel de importancia de cada vida salvadoreña perdida en los últimos días y lo que representaban para el país? ¿Comprenderá el señor fiscal el nivel de dolor de las familias de los más de los 2.000 salvadoreños que ya murieron en el país en lo que va del año, en medio de esta guerra desatada en la que el gobierno sigue ausente? Para Martínez, el 'atropello' a los funcionarios tiene que acabar.
Curiosa coincidencia entre el fiscal Martínez y el conjunto de la sociedad salvadoreña: el atropello a la vida, la dignidad y el futuro de los salvadoreños tiene que acabar; pero, claro está, para que ello ocurra habría que saber ¿quién atiende en Casa Presidencial?
* Editora General de Estrategia & Negocios
