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Farmacéuticas: Suspender patentes no acelerará producción de vacunas contra COVID-19

Casi al mismo tiempo, representantes de la industria farmacéutica de todo el mundo afirmaban a la prensa que este no es el camino correcto, al tiempo que aseguraban que se comprometían a producir un máximo de vacunas en el menor tiempo posible.

2021-04-24

POR AFP

Suspender las patentes u obligar a las empresas a que compartan tecnología no acelerará la producción de vacunas anticovid-19 e incluso podría ralentizarla, advierten las compañías farmacéuticas.

Los partidarios de suspender temporalmente los derechos de propiedad intelectual estiman que esta es la mejor forma de multiplicar los centros de producción y de poner fin a la desigualdad de vacunas, que hace que los países ricos inmunicen a buena parte de su población y algunos Estados pobres accedan a muy pocas dosis.

El viernes, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa reiteró que las vacunas 'son un bien público'. Sudáfrica e India han presentado una propuesta sobre las patentes ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), y cuentan con el apoyo de muchos países, oenegés y personalidades.

'Luchemos juntos contra el nacionalismo de las vacunas y demostremos que proteger la propiedad intelectual no se hace en detrimento de vidas humanas', abogó Ramaphosa en un acto organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

- Otro camino -

Casi al mismo tiempo, representantes de la industria farmacéutica de todo el mundo afirmaban a la prensa que este no es el camino correcto, al tiempo que aseguraban que se comprometían a producir un máximo de vacunas en el menor tiempo posible.

Esto 'no nos daría las herramientas necesarias para producir más dosis de vacunas', dijo Thomas Cueni, presidente de la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (IFPMA).

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Recalcó que se han alcanzado 275 acuerdos de producción entre laboratorios, a veces entre rivales, para alcanzar el objetivo de 10.000 millones para finales de 2021.

Todos los fabricantes insisten en que el problema no es la propiedad intelectual, sino las barreras aduaneras o la escasez de ciertos ingredientes y herramientas, que pueden detener la producción.

- Es complicado -

'Fabricar vacunas no es solo un tema de patentes', recalcó Sai Prasad, presidente de Developing Countries Vaccine Manufacturers' Network, que reúne a los laboratorios de los países en desarrollo.

'Es un sector muy complejo, con ciencia complicada, procesos de fabricación muy complicados... tenemos que cuidar mucho a quién transferimos el conocimiento', explicó, debido sobre todo a los estándares de seguridad y calidad.

'No queremos hacer nada que pueda socavar la confianza en las vacunas', insistió Michelle McMurry-Heath, que preside la Biotechnology Innovation Organization (BIO), que agrupa a las empresas de biotecnología.

'Tenemos que reconocer que solo hay un puñado de laboratorios en el mundo que tienen la experiencia necesaria y tenemos que centrar nuestros esfuerzos en que puedan acceder a los ingredientes que necesitan para producir la mayor cantidad de dosis, lo más rápido posible', declaró.

A veces algo tan trivial como la penuria de bolsas de plástico o de filtros puede entorpecer el proceso. En otras ocasiones carecen de los lípidos que sirven para proteger el ARN mensajero de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna.

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Los fabricantes estiman que más de un centenar de ingredientes utilizados en la fabricación de vacunas son difíciles de conseguir actualmente.

- Efecto perverso -

Stéphane Bancel, el jefe de Moderna, advirtió de los efectos perversos que podría tener la transferencia de tecnología a los fabricantes con poca experiencia.

'Intentar repartir las escasas materias primas que tenemos actualmente entre un número mucho mayor de fabricantes que no tienen necesariamente la experiencia de producir vacunas amenaza los progresos que estamos en vías de lograr', explicó McMurry-Heath.

Moderna, que era una empresa relativamente modesta antes del covid-19, promete producir 1.000 millones de dosis de su vacuna y 1.400 millones el año que viene.

Dedicar recursos humanos a la transferencia de tecnología y conocimientos -unos procesos que llevan meses- prácticamente no tendría impacto en la producción de vacunas este año 'y frenaría nuestra capacidad de producir más en 2021'.

'Si ahora desviamos al pequeño equipo de ingenieros que tenemos para hacer estas transferencias', el impacto en 2021 'será inmenso', advirtió.

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