En poco más de medio año, la entidad bancaria Danske Bank ha conseguido atraer a 11.500 clientes que han contratado un servicio de inversión en el que las respuestas sobre inversión las da un robot. La mayor firma financiera de Dinamarca ahora espera que el proyecto ayude a expandir sus operaciones de gestión de patrimonio.
El robot se llama June. Está dirigido a clientes minoristas y pequeñas empresas que normalmente no tendrían los recursos financieros para contratar a un gestor patrimonial convencional para invertir sus ahorros.
Dinamarca tiene los tipos de interés en negativo (el país ha lleva con los tipos por debajo de cero desde 2012), más que en cualquier otro lugar en el mundo. El banco argumenta que tiene sentido redirigir los depósitos que ahora tienen una rentabilidad cercana a cero o incluso en tipos negativos.
Preguntas y perfil de riesgo
A los clientes que prueban June por primera vez se les pregunta cuánto desean invertir (el límite es de 1 millón de coronas, o aproximadamente 150.000 euros por persona). Luego necesitan elegir una categoría de riesgo. Si no están seguros, Danske ofrece una breve prueba con diferentes preguntas que permiten conocer el perfil del cliente.
A esto le siguen preguntas sobre el horizonte temporal de la inversión que prefiere el cliente, así como los ingresos, el gasto, los activos y los pasivos que tiene. Luego, June proporciona una recomendación sobre qué fondo de los cinco le conviene al cliente meter su dinero. Todo esto se calcula en función de un algoritmo, lo que permite que todo el proceso se lleve a cabo en unos 10 minutos.
'La idea de June es básicamente ayudar a democratizar la inversión', asegura Jakob Beck Thomsen, jefe de producto de Danske para June en Copenhague. También señala que 'más de la mitad de las personas que usan June tienen menos de 40 años. Normalmente, con nuestros servicios de inversión más convencionales, la edad promedio es superior a 60 años'.
A los clientes se les ofrece acceso a fondos cotizados en bolsa (ETF por sus siglas en inglés), con diferentes distribuciones de acciones y bonos, y diferentes exposiciones geográficos, dependiendo de su apetito por el riesgo.
