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Las mujeres con la necesidad de emprender pero con un camino lleno de obstáculos

La realidad de las empresas ticas es preocupante, en tanto la informalidad se traduce en el hecho de que solo un 15 % de estas microempresas logra exportar.

2024-03-08

Por Norma Lezcano - Revista Estrategia & Negocios

Más allá de la falta de inclusión financiera, las mujeres emprendedoras centroamericanas no consiguen impacto exponencial en sus negocios por la engorrosa tramitología que plantean los gobiernos y que alienta el operar en la informalidad.

El 31 % de las pymes de mujeres de Costa Rica que encuestó el estudio de We3A no registró formalmente su empresa; en El Salvador fue el 23 %, en Honduras, el 18 % y en Guatemala, el 13 %.

La realidad de las empresas ticas es preocupante, en tanto la informalidad se traduce en el hecho de que solo un 15 % de estas microempresas logra exportar.

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Si bien la informalidad es defendida por algunos sectores como una suerte de “economía popular solidaria”, lo cierto es que alimentar esa tendencia -ya sea por ineficiencia del Estado o por una tendencia ideológica- retrasará el objetivo de una autonomía real y sostenible de las mujeres. Simplemente, porque nunca llegarán a tener escalabilidad en sus ingresos.

Las pymes de mujeres que no están registradas formalmente muestran falta de estructuras empresariales, lo que obstaculiza su acceso a los servicios financieros, al crédito, a las cadenas de suministro globales, a la contratación pública y a la oportunidad de obtener una certificación de empresa propiedad de mujeres”, señala We3A.Promocionar y facilitar el despegue de las micro y pymes femeninas produce, además, un `efecto arrastre` en beneficio del conjunto de las mujeres con capacidades empleables.

Según revela We3A, la composición de la planilla de las pymes de mujeres salvadoreñas es de un 66% femenina; en el caso de las ticas llega al 71% y en las hondureñas trepa al 75%.

¿Y EL ACCESO AL CRÉDITO?

No habrá equidad de género -y menos aún autonomía- en tanto no se pongan sobre la mesa de discusión los temas neurales que hacen a la igualdad de acceso a los recursos disponibles.

Cepal advierte: “En un contexto global de creciente expansión de los mercados financieros, persisten condiciones desfavorables de acceso al crédito para mujeres”.

El organismo señala que “por cada 100 unidades de crédito que reciben los hombres, en Guatemala, las mujeres obtienen el 59% y en Costa Rica el 67%”.

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Pero, las discriminaciones no quedan allí: los datos correspondientes a Guatemala muestran también diferencias en las condiciones de crédito que se aplican a hombres y mujeres, al presentar tasas de interés promedio para las operaciones suscriptas por mujeres de un 21%, mientras que en el caso de los hombres fueron de un 19 %.

Y ello ocurre mientras la base de mujeres deudoras es 28 puntos porcentuales menor que la de hombres deudores. ¿Por qué las mujeres no lucen como un segmento atractivo para el sistema financiero, cuando su desempeño como cliente cumplidor es relevante? “El personal de las instituciones financieras puede estar condicionado por estereotipos de género en los procesos de evaluación de las solicitudes de crédito”, afirman los expertos de Cepal.

”Por ejemplo, puede existir falta de confianza en la capacidad de las mujeres de impulsar y gerenciar negocios exitosos, el estado civil, la fecundidad o la estructura del hogar también pueden constituir factores de discriminación para acceder al financiamiento”.

Para mitigar esta situación, ONU Mujeres lanzó el año pasado para Centroamérica el Programa EFI- Ecosistema Financiero Inclusivo.

El tema está en la agenda de los organismos internacionales. No parece que ocurra lo mismo en la cultura y estrategia de negocios de las instituciones financieras.

Los datos lo dicen: el monto total de crédito vigente de las mujeres es 33 puntos porcentuales menor que el monto acumulado por los hombres en el caso de Costa Rica y 41 puntos porcentuales menor en el caso de Guatemala.

Claro, así el emprendimento femenino las lleva de perder. Los datos del GEM (Global Entrepreneurship Monitor para Guatemala) indican que la mayoría de los emprendedores en ese país son hombres, y el nivel de emprendimiento femenino es de alrededor del 33 %.

Aún, remando contra corriente, el 29 % de las pymes de mujeres guatemaltecas encuestadas por We3A forman parte de las cadenas de suministro mundiales. “Su principal reto operativo es el acceso a productos financieros formales”, señala esta fuente.

Reorientar las finanzas hacia la economía real, cerraría brechas de género en el acceso y uso de los servicios financieros y evitaría el sobreendeudamiento de las mujeres, convirtiéndolas a largo plazo en sujeto de crédito de bajo riesgo. Sería un círculo virtuoso