Por Entrepreneur
El creador del iPhone siempre se preocupó de elegir a los mejores ejecutivos para que se encargaran de la ejecución de sus proyectos. Para el lanzamiento de las cadenas de tiendas Apple, Jobs reclutó al arquitecto I.M. Pei y a Mickey Drexler, de Gap para que formaran parte del consejo de administración de su empresa.
La obsesión de Jobs se traducía también en la cantidad de colaboradores. Estos grupos debían ser exactos, es decir, 50, 60 o 100, ya que no podía aprenderse más nombres de sus empleados. Si llegaba un nuevo trabajador debía dar de baja a otro.
Antes de estrenar un producto, Steve Jobs estudiaba muy bien los folletos comerciales de Apple y, para ello, se fijaba en su competencia directa. También se paseaba con sus productos por las instalaciones de la marca para buscar inspiración.
Los empleados de Jobs saben guardar información privilegiada. Incluso, la empresa está organizada en compartimentos cerrados para que ninguno de sus empleados sepa más de lo necesario. Es por eso que los productos de Apple generan tanta expectación entre los consumidores.
No cabe duda: Steve Jobs fue uno de los emprendedores más visionarios de todos los tiempos. Genio de la tecnología y los negocios, fundó junto con Steve Wozniak una de las empresas más exitosas. Apple es sinónimo de innovación, un ejemplo a seguir para las empresas tecnológicas... y para cualquier otro tipo de negocio.
¿Qué cualidades de Jobs guiaron su camino al éxito?