Empresas & Management

Julio Zelaya: Cómo inspirar a las personas a ser la mejor versión de sí mismas

Julio Zelaya es autor del libro La travesía: el poder de emprender, además es un referente en el tema de emprendimiento en Guatemala. Este 22 de febrero ofrecerá la conferencia 'Cómo ser el CEO de tu vida' en San Pedro Sula, Honduras. En este artículo, explica la importancia del proceso de aprendizaje y enseñanza en las personas.

2017-02-18

Por Julio Zelaya, PhD
Presidente, The Learning Group
Post Doctorado en Management y Marketing, Tulane University, USA
MBA, INCAE Business School, Costa Rica
jzelaya@thelearningroup.com

Nunca olvidaré la primera vez que escuché el himno universitario gaudeamus igitur («Alegrémonos pues») en una graduación. Escuchar los violines interpretar la melodía al ver a los graduandos acercarse a la plataforma principal y lucir sus atuendos ceremoniales fue una experiencia transformadora. Puedo recorrer esa escena y pensar "este momento está marcando la vida de estas personas". La graduación era únicamente un acto, pero significaba un antes y un después en la vida de cada alumno. Si usted conoce de mi o de la organización que represento, The Learning Group, habrá notado que creemos en inspirar a las personas a ser la mejor versión de sí mismas. Creemos en el aprendizaje, la educación y el emprendimiento. Creemos en la importancia de la educación y en cómo las conductas emprendedoras hacen que una persona logre su propósito. ¿Qué debería usted obtener al asistir a una universidad?

Tengo el privilegio de impartir docencia en universidades locales y extranjeras y dentro de universidades corporativas de las más importantes organizaciones de Latinoamérica y Estados Unidos. Hay algo que tienen cada vez en común los estudiantes que asisten: le colocan más importancia a obtener el título que al proceso en el que están participando. Veo estudiantes que llegan tarde y piden salir temprano. Observo alumnos más enfocados en cuándo terminarán los ciclos académicos. Esto me intriga. Me cuesta pensar en ejemplos de productos que estemos dispuestos a pagar por ellos y donde no deseemos consumirlos. ¿Porqué algo tan valioso como la educación no se aprecia?

Se ha perdido en muchos casos la mística de asistir a la universidad. Se ha disminuido el apasionante proceso de… vivir un proceso. Creo firmemente que la universidad pretende enseñarnos a aprender. Si logramos aprender a aprender habremos logrado su propósito. Participar en la universidad permite conocer a mentores, brinda herramientas de investigación, permite crear redes de contactos profesionales y de amistad y culmina con una celebración que es recordada con un cartón que certifica que hemos vivido este proceso.

Recientemente, dictaba clases a un grupo de estudiantes de doctorado y les mostraba cómo es posible comprar un título en la Web. Ya el Dr. John Bear de la Universidad de Michigan ha escrito al respecto en su obra Degree Mills: the billion dollar industry that has sold more than a million fake degrees (Fábricas de Diplomas: la industria de un billón de dólares que ha vendido más de un millón de títulos falsos), notando lo preocupante que exista un mercado dispuesto a pagar por obtener un cartón sin valor. Usted podría pensar "hay que regular", pero en realidad si hay demanda, hay oferta relacionada. La regulación no corrige el problema de fondo, sólo entorpece más el proceso natural del mercado. La premisa por supuesto es que los compradores aplican un proceso informado, racional, de toma de decisiones. La ignorancia de los estudiantes (espero que sea ignorancia y no franca decisión de comprar un título) que no investigan al respecto de los programas a los que se están "matriculando" hace que tomen decisiones basadas, en muchos casos, en engaños. Hay "universidades" que crean sus propias agencias acreditadoras para decir que son "acreditadas", otras que se amparan en el Convenio de La Haya del TLC para justificar que debe aceptarse en un país suscrito los títulos que vienen del extranjero. Son innumerables las artimañas que se pueden hacer para lograr engañar a los demás. Sin embargo, es imposible engañarse a sí mismo.

Sueño con universidades que preserven esa mística de celebrar el proceso de aprendizaje y enseñanza. Anhelo estudiantes que valoren el acceso a la educación y que disfruten de cada minuto de la experiencia. Tengo fe que nos daremos cuenta que el proceso es lo valioso y no el final. Aprender es un viaje en velero, donde hay que disfrutar el proceso mientras se llega al destino.

Seguro, la universidad es un medio para aprender. Por supuesto no es el único. Lo que sí tienen en común las personas exitosas, con o sin títulos universitarios, es que han aprendido a aprender.

¿Cuál es nuestro rol como maestros? Simple pero de mucho mayor compromiso: facilitar el SER humanos. Nos hemos convertido en HACER humanos. Nunca olvidaré las palabras de un mentor cuando le pregunté qué me recomendaba para ser un buen "maestro" y me dijo "el mensajero ES el mensaje". ¿Estamos dispuestos a modelar el mensaje que hablamos? Es una gran responsabilidad, pero por ello debe ser nuestro llamado, nunca nuestra profesión.

Inspire a otros y otras a ser hoy la mejor versión de sí mismas.

Si quiere asistir a la conferencia de Julio Zelaya en Honduras, inscríbase aquí.

Vea la charla: Mejor o único, del experto mentor guatemalteco:

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