Por AFP
'Aunque estamos decepcionados, nos conformaremos con el decreto' del presidente, dijo Broadcom en un comunicado.
La compañía ofrecía millones de dólares por esa compra, que iba a ser una de las más importante de la historia del sector.
Pero el presidente estadounidense se opuso en nombre de la seguridad nacional y para evitar que la compañía estadounidense, líder en la fabricación de procesadores para dispositivos móviles, pasara a manos extranjeras.
Qualcomm llevaba meses protestando contra las intenciones de compra de Broadcom y llevó el caso ante el el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS), una agencia gubernamental que tiene potestad para bloquear acuerdos de compra si afectan a la seguridad nacional.
Broadcom, un grupo con sede en Singapur pero que nació tras la compra de la firma estadounidense del mismo nombre, intentó en vano acallar las suspicacias prometiendo devolver su sede a Estados Unidos, un proyecto que sigue en marcha a pesar del fracaso de la operación.
La compra de Qualcomm, líder del 5G, habría debilitado el dominio estadounidense en esta tecnología de internet móvil ultrarápido y, según el CFIUS, habría facilitado el ascenso de compañías chinas como Huawei en este mercado vital para tecnologías como los coches conectados o la robótica.
'Aunque estamos decepcionados, nos conformaremos con el decreto' del presidente, dijo Broadcom en un comunicado.
La compañía ofrecía millones de dólares por esa compra, que iba a ser una de las más importante de la historia del sector.
Pero el presidente estadounidense se opuso en nombre de la seguridad nacional y para evitar que la compañía estadounidense, líder en la fabricación de procesadores para dispositivos móviles, pasara a manos extranjeras.
Qualcomm llevaba meses protestando contra las intenciones de compra de Broadcom y llevó el caso ante el el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS), una agencia gubernamental que tiene potestad para bloquear acuerdos de compra si afectan a la seguridad nacional.
Broadcom, un grupo con sede en Singapur pero que nació tras la compra de la firma estadounidense del mismo nombre, intentó en vano acallar las suspicacias prometiendo devolver su sede a Estados Unidos, un proyecto que sigue en marcha a pesar del fracaso de la operación.
La compra de Qualcomm, líder del 5G, habría debilitado el dominio estadounidense en esta tecnología de internet móvil ultrarápido y, según el CFIUS, habría facilitado el ascenso de compañías chinas como Huawei en este mercado vital para tecnologías como los coches conectados o la robótica.
