'En lo que va del año, al menos 111 menores de 18 años han sido asesinados (12 de ellas mujeres). La mayoría de estos homicidios (101) se cometieron contra adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años', señaló el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un comunicado con base en cifras de la Policía.
Unicef llamó al gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén a 'atender los principales problemas estructurales de inseguridad ciudadana' que afectan a los niños, adolescentes y a las familias de éstos.
Desde hace varios meses se registran en El Salvador un alza en el número de homicidios atribuidos a la delincuencia, principalmente la generada por las peligrosas pandillas que en marzo de 2012 declararon una tregua.
En ese momento, los homicidios se redujeron de un promedio de 14 a 5 diarios, pero poco después las cifras empezaron a retroceder a sus niveles anteriores hasta llegar a entre 11 y 13 homicidios diarios, según los registros oficiales.
Tales registros indican que entre enero y marzo pasado se produjeron 1.194 homicidios en el país, superando los 794 registrados en el mismo período de 2014.
De acuerdo con Unicef, ante la amenaza de la violencia, las familias salvadoreñas tienen escasas opciones, como 'ceder a las demandas de grupos delictivos'; migrar al extranjero o 'abandonar sus hogares y desplazarse' a otras zonas del país donde poder vivir.
Cualquiera de estas salidas, 'tiene efectos profundos en la estabilidad emocional e integridad física de las niñas, niños y adolescentes', advierte el organismo.
En muchos casos, los niños y adolescentes se ven forzados a dejar sus estudios ante el acoso de las pandillas en las escuelas.
Según el gobierno, unos 10.000 pandilleros se encuentran en las cárceles del país, pero en las calles hay alrededor 60.000 que están libres.
