Por El Mundo (El Salvador)
El saldo en Letras del Tesoro Público (Letes) está próximo a alcanzar niveles insostenibles y, según previsiones de analistas, obligará al Gobierno a negociar con la oposición la aprobación, en la Asamblea Legislativa, de una emisión de bonos para poder pagar esta deuda.
El martes pasado, el Ministerio de Hacienda subastó US$50 millones en Letes y mañana emitirá otros US$100 millones. Aunque será hasta el final del mes que se conozca cuánto exactamente obtuvo el Ejecutivo, si logra al menos los US$150 millones puestos a disposición del mercado, sería el monto más alto colocado durante enero, desde 2010.
Carlos Pérez, asesor de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), recordó que el saldo de la deuda en Letes cerró 2015 en US$793.903 millones y con las emisiones de los próximos meses podría superar los US$1,.000 millones. "Este saldo es insostenible para el fisco", indicó, un punto en el que coincidió Juan José Urbina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
Tanto Pérez como Urbina, así como Rommel Rodríguez, analista de la Funde, señalaron que ante esta situación, el Ejecutivo se verá obligado a negociar con el principal partido de oposición, ARENA, la emisión de bonos y así reestructurar de nuevo las Letes.
Las Letes son instrumentos de deuda con vencimientos inferiores a un año. Cuando alcanzan niveles inmanejables, generalmente entre los US$800 y US$900 millones, el Ejecutivo hace un "rollover": emite bonos, con plazos que van desde los 10 años, para pagarlas. Con esta operación, el Gobierno logra obtener más tiempo para honrar sus compromisos financieros.
"En el cortísimo plazo, el Ejecutivo tiene que negociar con la oposición en la Asamblea Legislativa para ratificar una nueva reestructuración por bonos de largo plazo, quizá por US$1.000 millones o más", indicó Pérez.
El año pasado, Hacienda estaba por realizar un nuevo "rollover". La Asamblea Legislativa le aprobó emitir US$900 millones, parte de ello para pagar Letes, pero la Sala de lo Constitucional admitió una demanda en contra de la forma en la que se avaló la emisión, suspendiendo temporalmente la operación. Dicha instancia aún no emite su fallo sobre el caso.
Presión en las finanzas
Una nueva reestructuración no será la única consecuencia de la acumulación acelerada de Letes, advirtió Carlos Pérez. El pago de intereses también continuará aumentando.
El asesor de la Funde señaló que en cada emisión, el Estado salvadoreño ha pagado una mayor tasa de interés. La tasa promedio ponderada de la colocación del martes pasado fue 73 puntos básicos (es decir, 0,73%) superior a la primera colocación de diciembre, cuando se situó en 4,50%. En la emisión del 12 de enero se pagó 5,23% y Pérez no descarta que la tasa de interés llegue al 6,5% en marzo.
Para los analistas consultados por Diario El Mundo, el alto endeudamiento con las Letes tiene su origen en una elaboración poco transparente del Presupuesto General de la Nación, una práctica que ya se volvió histórica.
Las proyecciones macroeconómicas no son realistas y conllevan a estimar ingresos más altos de los que en realidad se puede obtener, y también se subestiman gastos, como devoluciones de impuestos y subsidios.
Solo hasta noviembre pasado, la cifra más reciente disponible en el portal estatal Transparencia Fiscal, la recaudación de ingresos y contribuciones fue US$257,6 millones inferior a lo presupuestado; y esta brecha tuvo que financiarse con Letes, pues su emisión no requiere de la aprobación de la Asamblea.
"Creemos que está relacionado (…) a que no se está alcanzando las recaudaciones estimadas en el presupuesto", indicó Rommel Rodríguez, de Funde.
Por su parte, Waldo Jiménez, director de Asuntos Económicos de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), consideró que la deuda en Letes refleja un problema de solvencia, donde incluso el Gobierno puede no tener recursos para financiar su funcionamiento.
Es por ello que el uso de la reestructuración es ahora más recurrente. El "rollover" se utilizó por primera vez en el año 2000 y un segundo "rollover" se aplicó en 2009, seguido por un tercero en 2012. El cuarto fue el de 2014.
"El plazo en el que el Gobierno topaba su capacidad de emitir Letes, se va achicando. Antes era cada seis años, después cada cuatro y el último caso fue después de 15 o 16 meses", dijo.
El saldo en Letras del Tesoro Público (Letes) está próximo a alcanzar niveles insostenibles y, según previsiones de analistas, obligará al Gobierno a negociar con la oposición la aprobación, en la Asamblea Legislativa, de una emisión de bonos para poder pagar esta deuda.
El martes pasado, el Ministerio de Hacienda subastó US$50 millones en Letes y mañana emitirá otros US$100 millones. Aunque será hasta el final del mes que se conozca cuánto exactamente obtuvo el Ejecutivo, si logra al menos los US$150 millones puestos a disposición del mercado, sería el monto más alto colocado durante enero, desde 2010.
Carlos Pérez, asesor de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), recordó que el saldo de la deuda en Letes cerró 2015 en US$793.903 millones y con las emisiones de los próximos meses podría superar los US$1,.000 millones. "Este saldo es insostenible para el fisco", indicó, un punto en el que coincidió Juan José Urbina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
Tanto Pérez como Urbina, así como Rommel Rodríguez, analista de la Funde, señalaron que ante esta situación, el Ejecutivo se verá obligado a negociar con el principal partido de oposición, ARENA, la emisión de bonos y así reestructurar de nuevo las Letes.
Las Letes son instrumentos de deuda con vencimientos inferiores a un año. Cuando alcanzan niveles inmanejables, generalmente entre los US$800 y US$900 millones, el Ejecutivo hace un "rollover": emite bonos, con plazos que van desde los 10 años, para pagarlas. Con esta operación, el Gobierno logra obtener más tiempo para honrar sus compromisos financieros.
"En el cortísimo plazo, el Ejecutivo tiene que negociar con la oposición en la Asamblea Legislativa para ratificar una nueva reestructuración por bonos de largo plazo, quizá por US$1.000 millones o más", indicó Pérez.
El año pasado, Hacienda estaba por realizar un nuevo "rollover". La Asamblea Legislativa le aprobó emitir US$900 millones, parte de ello para pagar Letes, pero la Sala de lo Constitucional admitió una demanda en contra de la forma en la que se avaló la emisión, suspendiendo temporalmente la operación. Dicha instancia aún no emite su fallo sobre el caso.
Presión en las finanzas
Una nueva reestructuración no será la única consecuencia de la acumulación acelerada de Letes, advirtió Carlos Pérez. El pago de intereses también continuará aumentando.
El asesor de la Funde señaló que en cada emisión, el Estado salvadoreño ha pagado una mayor tasa de interés. La tasa promedio ponderada de la colocación del martes pasado fue 73 puntos básicos (es decir, 0,73%) superior a la primera colocación de diciembre, cuando se situó en 4,50%. En la emisión del 12 de enero se pagó 5,23% y Pérez no descarta que la tasa de interés llegue al 6,5% en marzo.
Para los analistas consultados por Diario El Mundo, el alto endeudamiento con las Letes tiene su origen en una elaboración poco transparente del Presupuesto General de la Nación, una práctica que ya se volvió histórica.
Las proyecciones macroeconómicas no son realistas y conllevan a estimar ingresos más altos de los que en realidad se puede obtener, y también se subestiman gastos, como devoluciones de impuestos y subsidios.
Solo hasta noviembre pasado, la cifra más reciente disponible en el portal estatal Transparencia Fiscal, la recaudación de ingresos y contribuciones fue US$257,6 millones inferior a lo presupuestado; y esta brecha tuvo que financiarse con Letes, pues su emisión no requiere de la aprobación de la Asamblea.
"Creemos que está relacionado (…) a que no se está alcanzando las recaudaciones estimadas en el presupuesto", indicó Rommel Rodríguez, de Funde.
Por su parte, Waldo Jiménez, director de Asuntos Económicos de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), consideró que la deuda en Letes refleja un problema de solvencia, donde incluso el Gobierno puede no tener recursos para financiar su funcionamiento.
Es por ello que el uso de la reestructuración es ahora más recurrente. El "rollover" se utilizó por primera vez en el año 2000 y un segundo "rollover" se aplicó en 2009, seguido por un tercero en 2012. El cuarto fue el de 2014.
"El plazo en el que el Gobierno topaba su capacidad de emitir Letes, se va achicando. Antes era cada seis años, después cada cuatro y el último caso fue después de 15 o 16 meses", dijo.
