Centroamérica & Mundo

Definir el valor de su startup

Este es el peldaño más difícil en la montaña del emprendedor.

2015-09-22

Por José Coto*

La información disponible en el mercado sobre inversiones en startups con capital de riesgo o capital semilla es realmente escasa, y las métricas estándar y robustas para los analistas, inversionistas e incluso los mismos emprendedores, es inexistente.

Sin embargo, esto no ha impedido establecer aproximaciones utilizadas como "reglas de dedo" por los participantes en el ecosistema de las inversiones tempranas.

Haciendo tangible lo intangible

Una de estas reglas dicta que, por ejemplo, en un portafolio de inversión de capital de riesgo conformado por diez startups, la mitad no logrará alcanzar el éxito, tres o cuatro restantes tendrán un rendimiento muy moderado que apenas alcanzará para cubrir las pérdidas de las anteriores y, finalmente, serán una o dos las que tendrán éxito exponencial y acelerado y generarán virtualmente todo el rendimiento a favor de los inversionistas.

Generalmente, la tasa interna de retorno (TIR) esperada de portafolios de esta naturaleza es superior al 25%. En este contexto, no es de sorprenderse que las rondas de análisis y selección de las startups por parte de los inversionistas sea un proceso cada vez más riguroso, competitivo y complejo desde el punto de vista técnico.

Ante estas circunstancias, los emprendedores, por su parte, han tenido que evolucionar y madurar sus ideas de negocio en muchos aspectos, desde la formulación misma, hasta la presentación en las rondas de inversión para poder brindar una visibilidad más concreta y atractiva del valor de su startup.

Pueden entonces establecerse al menos tres dilemas que deberán solventar los emprendedores para lograr que los inversionistas vean ese valor que desean darle a sus startups:

La valoración pre-money y el método utilizado

Consiste en el valor que se estima para la startup antes recibir la inversión en consideración. Este ejercicio es quizás uno de los más retadores por su complejidad y porque influirá fuertemente en las decisiones de inversión.

Este ejercicio supone un conflicto pues, por un lado, el inversionista buscará rendimientos altos que solo se darán si la valoración de la startup es baja. Por otra parte, el emprendedor buscará recibir la mayor cantidad de fondos a cambio de ceder la menor porción de capital posible, lo cual sucede si la valoración es alta.

Además, existe la discusión sobre cuál es el método más apropiado para valorar una startup. Pareciera haber consenso en que el descuento de flujos futuros es un método inexacto que modela altísimos niveles de incertidumbre y subjetividad.

Existen métodos más especializados como Lean Startup Valuation, método de Venture Capital, método de Dave Berkus, método de Scorecard, método de Suma de Factores de Riesgo, entre otros. Cada uno tiene sus fortalezas pero ninguno permite obtener un resultado con niveles altos de objetividad y exactitud.

Enfoque en el potencial versus enfoque en los riesgos

Otro dilema se plantea por la naturaleza misma de las inversiones de capital de riesgo y del hecho que muchas de ellas no están generando ingresos aún. En el mejor de los casos, algunas startups tendrán cierto grado de ventas pero difícilmente se encontrarán por encima del nivel de "break even".

Esta situación generalmente deriva en una brecha de percepción y enfoque entre emprendedores e inversionistas. Los primeros tenderán a ser muy optimistas e incluirán en sus valoración todo el potencial del negocio, traducido en proyecciones elevadas y no siempre probables.

Los segundos, por el contrario, adoptarán una posición más pesimista y tenderán a maximizar los riesgos, afectando negativamente el resultado de las valoraciones.

El proyecto de vida versus la estrategia de salida

Comúnmente el emprendedor desarrolla un vínculo emocional muy fuerte con su idea de negocio o startup, que no solo representa su actividad principal en la que invierte la mayor cantidad de su tiempo, sino también el negocio que lo define como persona y determina su estilo de vida.

Para el inversionista, por el contrario, la inversión es un ejercicio calculado que persigue un rendimiento económico tras una estrategia de salida planeada. Debe, entonces, estar completamente claro desde el inicio cuál será la estrategia que se perseguirá para materializar el retorno de la inversión estimado.

Estas estrategias, casi siempre basadas en crecimiento rápido, pueden ir desde distribuciones agresivas de dividendos, hasta la venta total o parcial de la empresa. Así, unido a la transparencia en las intenciones, deben definirse los mecanismos de control y de toma de decisiones estratégicas que regirán una vez realizada la inversión.

En este punto, una práctica muy común es la definición de medidas de protección para los inversionistas minoritarios, con el fin de evitar situaciones como la dilución o aislamiento que, desde una posición desventajosa, podrían afectar sus intereses.

Un camino prometedor pero empinado

En resumen, la frase que dice que el esfuerzo de valoración de una empresa es más un arte que una ciencia, cobra mayor significado y relevancia para el caso de las startups. Las inversiones en capital de riesgo conllevan inherentemente altos niveles de volatilidad e incertidumbre.

Lo más recomendable es utilizar múltiples métodos de análisis y valoración, para tomar decisiones e implementar mecanismos de diversificación, monitoreo y control con el objetivo de incrementar las probabilidades de éxito.

*Vicepresidente Ejecutivo

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