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APM Terminals, el puerto soñado por Costa Rica que ya es casi realidad

Una inversión de US$1.000 millones pretende poner a Costa Rica a la punta de la logística portuaria en América Latina. Según un reciente estudio, la puesta en marcha de la terminal podría aportar 147.000 empleos al país, por el auge de la producción.

2016-07-01

Por: Daniel Zueras

La Terminal de Contenedores de Moín (TCM) es un proyecto de gran calado para la economía tica, con una inversión de US$1.000 millones por parte del concesionario, la empresa holandesa APM Terminals que decidió apostar por Limón para un puerto que beneficiará a exportadores e importadores costarricenses, así como a Limón, la provincia más deprimida del país.

El salto en competitividad portuaria será enorme, pasando de la cola latinoamericana (hoy apenas supera a Honduras y Nicaragua en el índice de Conectividad Marítima, del Banco Mundial) a la cabeza regional (por delante de Panamá, Brasil y Colombia).

Enero de 2018 es la fecha anunciada para que comience sus operaciones y los barcos empiecen a atracar, a cargar y descargar sus mercancías y a aportar al desarrollo de Costa Rica.

Kenneth Waugh, director general de APM Terminals Moín apunta que "habrá un antes y un después" de la puesta en marcha en operaciones de este puerto, para la economía costarricense.

Waugh indica que, pese a las críticas iniciales de los exportadores por tener unas tarifas más elevadas que el puerto público, estas se han calmado tras presentarles el proyecto. "Sí son tarifas más elevadas, pero hay una considerable reducción de tiempo. Descargar un buque pasará de un promedio actual de tres a cuatro días, a un máximo de 22 horas y cuando tengamos mayor capacidad, podríamos hacerlo en ocho horas", dice Waugh, lo que rebaja los costos de los exportadores; así como un incremento en las normas de seguridad, algo que "da acceso preferente a mercados como el de EE.UU.".

Otro de los beneficios es su capacidad para albergar barcos de mayor calado. Hoy los mayores que recibe el país tienen una capacidad de 2.500 TEUs (unidad básica de contenedores), frente a los de 8.000 que podrá atender la primera fase de la TCM (en 2018), y los de 12.500 al finalizar la segunda fase.

Para que todo esto sea posible, que Costa Rica dé un salto en su competitividad en pocos años, el Estado ha tenido que concesionar la obra al gigante holandés (opera 70 puertos en 58 países de cuatro continentes).

Esta concesión ha sido otorgada por un periodo de 33 años: 3 de construcción y 30 de operación, la TCM pasará a manos del Estado costarricense en 2048.

La primera fase, la mayor, de 40 hectáreas y valorada en unos US$700 millones, estará concluida en enero de 2018, y tendrá dos puestos de atraque y una capacidad de hasta 10.000 contenedores en almacenamiento, y estará preparada para mover hasta 1,2 millones de TEUs, en base a la demanda actual del país.

Cuando se sobrepase ese límite, se dará la orden de inicio de la segunda fase, que podría ser en seis o siete años, según el ejecutivo de APM Terminals.

La tercera fase sería para manejar hasta 2,5 millones de TEUs, "es más difícil de pronosticar cuándo sería necesario", explica Waugh, pero sí es un compromiso dentro del contrato de concesión de que antes del año 30 de operación debe estar construido, así que "para nosotros, en el año 28, empieza porque empieza" y se entrega el activo en el año 30 al Gobierno de Costa Rica con las tres fases construidas.

La segunda y tercera fase contarán con una inversión aproximada de US$300 millones (la mitad para cada una), con una extensión de 20 hectáreas por fase, pudiendo llegar a un tercer y cuarto puesto de atraque.

¿Y Limón?

"El estudio de impacto socio-económico de QBIS, elaborado por Jensen y Westergaard (2015) estima que, en los ocho años a partir del inicio de las operaciones de la nueva TCM en el año 2018, la producción tica podría crecer en US$2.900 millones y se crearían 147.000 empleos en todo el país como resultado de la mayor actividad comercial, por la disminución del costo del flete y la mejora en los tiempos de exportación e importación de mercaderías", según un informe de la Academia Centroamericana sobre el impacto de la TCM presentado hace apenas unas semanas.

Pero si el país se va a ver beneficiado con el desembarco de APM Terminals, más aún lo hará Limón.

La provincia más deprimida del país se llevará un buen pellizco con el canon. El 7,5 % de los ingresos brutos de la APM Terminals Moín irán a parar a la Junta de Administración Portuaria y Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).

Eso significaría US$12,5 millones en el primer año de operación, que se incrementaría hasta los US$22,9 millones hacia el año 2025, acorde con el aumento esperado en la cantidad de contenedores.

"Si se suman todos los ingresos que se espera que reciba JAPDEVA por el canon por los primeros 30 años de operación de la TCM, el total superaría los US$1.100 millones", apunta el informe.

Será una importante fuente de empleo para el cantón central de Limón: el estudio estima que va a generar de manera directa o indirecta 2.120 empleos a partir de 2018, hasta llegar a 2.400 en 2025.

Y la nueva producción relacionada con la actividad del muelle está estimada en US$210 millones para 2018, y US$270 millones en 2025.

Para que todo esto funcione, es necesaria la implicación estatal. A finales de abril, la Contraloría General de la República refrendó el contrato para ampliar a cuatro carriles la ruta 32, que une Limón con San José, por US$465 millones.

Pero no es la única infraestructura necesaria. Un tramo de apenas 2,1 km que unirá la TCM con la 32, la ruta 257, se ha convertido en el principal dolor de cabeza para toda la operación. La inversión es grande, de US$78 millones, pero si no está lista cuando comience a operar el puerto, la multa al Estado (firmado en la concesión), será de US$11 millones a US$12 millones al mes.

También la ruta 4 (que entronca con la 32 y une al Caribe con el Norte del país) es fundamental, porque de ahí llega buena parte de la producción agropecuaria costarricense (y de Nicaragua), cuyo arreglo ha sido declarado prioridad.

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¿Qué tiene que ver una ciudad jordana, bañada por el Golfo de Aqaba, con Limón y su proyecto portuario?

Aqaba es una ciudad de poco menos de 100.000 habitantes que hasta no hace mucho tenía un alto nivel de desempleo. Pero las cosas han cambiado.

APM Terminals desembarcó allí con la construcción de una terminal portuaria y comenzó su desarrollo como corredor logístico y turístico.

Eso es algo que podría conseguir Limón.

"Hace falta un campeón en Limón" que tire del proyecto, asegura Kenneth Waugh, CEO de APM Terminals en Costa Rica. En Jordania, el rey nombró a una persona de su máxima confianza para sacar adelante el proyecto. "Hoy Aqaba es un modelo de desarrollo, que vale la pena replicar", apunta Waugh.

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