Centroamérica & Mundo

Andrea Bonilla, la tica que apuesta al ecoturismo de lujo con Cayuga Collection

Con Cayuga Collection, Andrea Bonilla y su socio Hans Pfister operan un total de 10 hoteles boutique y lodges de lujo sostenible en Costa Rica (8), Nicaragua (1) y Panamá (1).

2020-01-26

Por Daniel Zueras - estrategiaynegocios.net

La historia de Cayuga Collection arrancó en 1999, cuando comenzaron a trabajar con Lapa Ríos, un lodge costarricense de 17 habitaciones, pionero en ecoturismo, trabajo con la comunidad, y conservación. "Ahí se apalancó mi pasión por hotelería de lujo, combinado con la pasión por la gente, la comunidad, y el ambiente", cuenta Bonilla

Andrea conoció a su socio, el alemán Hans Pfister, cuando fue a estudiar hotelería en la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU). En NY, Pfister conoció a una tica, se casó y también vino a vivir a Costa Rica. Al coincidir los dos de vuelta en el país, decidieron montarla empresa, una iniciativa pionera en ese momento.

Los propietarios de Lapa Ríos contrataron a Cayuga para ayudarles a vender el hotel, pero se sintieron tan a gusto con el trabajo de Andrea y su socio operando el establecimiento que se quedaron con ellos por 20 años, hasta que en julio de 2019 decidieron por fin venderlo.

ESPECIAL E&N: Crecen las experiencias del Turismo Naranja en Centroamérica

Cayuga Collection opera hoteles pequeños, de no más de 50 habitaciones, pero no menos de 15. "Si es demasiado pequeño no nos puede pagar, debemos encontrar la fórmula del tamaño del hotel", aunque hay excepciones, como por ejemplo el hotel de superlujo Isla Palenque (en Panamá, cuyo coste es de más de US$2.000 por noche), una propiedad de 160 hectáreas con apenas ocho habitaciones y una casa.

Foto: Estrategia y Negocios

El último hotel que han entrado a administrar es el Aguas Claras (Costa Rica), en septiembre de 2019. Los diez hoteles suman un total de 450 empleados, Cayuga Collection, por su parte, tiene 24 trabajadores en nómina.

Uno de los retos más grandes para la compañía es encontrar dueños de hoteles que quieren tener un proyecto diferente. Algo boutique, de lujo, que no dañe el medio ambiente. Considera necesario tener valores similares con sus clientes, y ha rechazado múltiples ofertas para administrar hoteles, porque no encajan con el perfil que buscan. "Nos contactan constantemente, hasta de áfrica. Muchas veces tienen 100 habitaciones, 50 apartamentos… O a veces uno de seis habitaciones contarifa US$100. Encontrar el cliente intermedio es lo que cuesta, es un perfil muy determinado".

Andrea muestra su orgullo por ayudar en la medida de lo posible al desarrollo de sus empleados, y que el entorno en los que están presentes se desarrolle junto a ellos. "El compromiso es que todos los proyectos que hagamos distribuyan la riqueza a la comunidad en la que estamos. Queda ahí por trabajos directos, indirectos, proveedores locales… Es la contribución que se puede hace, en conjunto con la parte de educación que hacemos".

ESPECIAL E&N: Mario Castrellón, el chef detrás de Maito, la estrella de la cocina de Panamá

El impacto que tienen es grande, y se ejemplifica en el proyecto de Jícaro (Nicaragua), donde "vimos un impacto grande cuando entramos en Nicaragua, hace como 15 años a trabajar allí".

Desde Cayuga tratan de inspirar a las comunidades a las que van a creer en el modelo como tal: trabajar con la comunidad, cuidar el medio ambiente, reciclaje, respeto, querer crecer, aprender, tener orgullo por lo que cada localidad hace… "Si vemos Jícaro, se ve no solo en la comunidad alrededor (Granada), uno ve a la comunidad nicaragüense y cómo van encontrando en esteproyecto un modelo a seguir en hotelería".

En la parte de educación y crecimiento de los trabajadores, la copropietaria de Cayuga Collection cuenta que algunos de sus empleados han ido subiendo escalones desde abajo, hasta lo más alto. Por ejemplo, una persona que comenzó como chofer en la construcción, es hoy el gerente de un hotel; otro caso destacado es el de alguien de mantenimiento que se ha convertido en uno de sus mejores chefs.

Esa pasión por la mejora en base a los estudios se la inculcaron sus papás. Andrea creció en una finca de producción de mango y ganadera."Pese a la cultura ganadera, tenía una mamá muy verde. Siempre hubo un compromiso, sembrábamos árboles en peligro, no se permitía la caza en la finca… De ahí creció mi amor por la naturaleza. Mis padres eran personas muy filantrópicas, adelantados a su tiempo, ayudaban para los estudios a los demás, para que mejoraran".

Andrea Bonilla es una enamorada de Centroamérica. De su tierra y de su gente: "Es la gente, en general, la cultura. Somos todos muy diferentes, pero a la vez siento que hay un tema de hospitalidad, de querer enseñar, de orgullo del país, de lo que es cada país" Y es que esta tierra le inspira, "me encanta la naturaleza y lo que hay en ella, su historia, su cultura. Si pensamos desde el Norte, toda la parte indígena, lo que ha transmitido de cultura culinaria, medicinal, de uso de plantas como medicinas, todo me encanta, hasta las creencias religiosas mixtas. Y si vemos para el Sur, tenemos una riqueza increíble en naturaleza, playas, volcanes…"

ESPECIAL E&N: Nando Castillo, el impulsor del resurgimiento de la vieja Tegucigalpa

Sobre el ciudadano centroamericano apunta que es una persona "sumamente creativa, bastante educada en el sentido no literal, pero sí en valores, a nivel de respeto de ser humano. Es una persona abierta a aprender cosas nuevas, trabajadora, flexible, sin miedo al cambio. Somos personas alegres. El dicho de Nicaragua de ‘quién dijo miedo’ creo que lo hemos adoptado todos".

Foto: Estrategia y Negocios

A Andrea le gusta pensar que no hay límites, que nos los ponemos nosotros mismos. En Centroamérica, "tal vez lo que nos hace falta es adueñarnos de esa responsabilidad que es mi propio desarrollo. Muchas veces venimos de gobiernos o culturas paternalistas u opresivas. Me encantaría ver un centroamericano totalmente empoderado, responsable de todo lo que hace y confiando en uno mismo para llegar a donde quiera".

En lo que se refiere al sector hotelero en la región, apunta que estamos en un momento relativamente complicado. "Me encantaría operar un hotel en Guatemala, pero hablo con amigos en EE.UU. y les digo que me acompañen a Nicaragua y no quieren porque les da miedo. Preguntan por Guatemala, Honduras o El Salvador, por la inseguridad y no quieren ir. Centroamérica tiene mucho por recorrer en ese aspecto, y Costa Rica debe cuidarse muchisímo" también en materia de seguridad.

12 ejemplares al año por $75

SUSCRIBIRSE