Por CNET
Google está, otra vez, en la mira de las autoridades europeas. La comisionada de la competencia de la Unión Europea (UE) dijo el miércoles que estará acusando al gigante de búsquedas y software móvil de prácticas desleales de comercio al obligar a los fabricantes de teléfonos a instalar sus aplicaciones a cambio del acceso a la tienda Google Play.
La UE también sostiene que Google exige a los fabricantes que preinstalen su propio servicio de búsquedas y su navegador Chrome, lo cual les impide vender dispositivos que ejecuten versiones que compiten con Android, y da incentivos financieros a los fabricantes de teléfonos y operadoras que preinstalen exclusivamente las búsquedas de Google.
Los cargos, anunció la UE en una rueda de prensa en Bruselas, llegan después de una investigación formal de un año en Google y su dominio de Android.
'Creemos que el comportamiento de Google niega a los consumidores una gama más amplia de aplicaciones y servicios móviles y se sitúa en el camino de la innovación por otros jugadores, en violación de las normas antimonopolio de la UE', dijo Margrethe Vestager, quien supervisa la política de competencia de la UE, en un comunicado de objeción enviado a Google.
Google tiene 12 semanas para responder.
Los cargos podrían tener repercusiones importantes en el negocio de teléfonos de Google en Europa, obligando a dar más voz a los fabricantes de teléfonos sobre qué aplicaciones vienen preinstaladas en los teléfonos Android. Los teléfonos que funcionan con el software Android de Google vienen directamente de la caja con un conjunto definido de servicios de Google, incluyendo un navegador, búsqueda y mapas. En su declaración, la UE señaló su preocupación de que la empresa no dé acceso a la Play Store a los fabricantes de teléfonos que no hagan la búsqueda de Google el servicio de búsquedas predeterminado y Chrome el navegador por defecto.
Esto es particularmente preocupante para la Comisión Europea, ya que, dice, alrededor del 80% de los dispositivos móviles inteligentes en Europa se ejecutan en Android. Ese dominio y las prácticas de concesión de licencias de Google limitan efectivamente la capacidad de los rivales para competir.
'Es una de mis prioridades asegurar que los consumidores disfruten de una amplia gama de plataformas, productos y servicios', dijo Vestager en una conferencia de prensa el miércoles. 'Android ha ayudado a fomentar un ecosistema notable -- y, sobre todo, sostenible -- basado en el software de código abierto y la innovación abierta', dijo Kent Walker, vicepresidente principal de la compañía y consejero general, en una entrada de blog. 'Esperamos con interés trabajar con la Comisión Europea para demostrar que Android es bueno para la competencia y bueno para los consumidores'.
Este no es el primer caso antimonopolio que Google ha enfrentado en Europa. Ya ha recibido la orden de establecer cómo aparecerán sus propios servicios de compras en los resultados de búsqueda después de que otra investigación antimonopolio concluyera que Google daba a sus propios servicios un tratamiento preferencial. Google ha luchado y resistido y ese caso está todavía en curso.
Google está, otra vez, en la mira de las autoridades europeas. La comisionada de la competencia de la Unión Europea (UE) dijo el miércoles que estará acusando al gigante de búsquedas y software móvil de prácticas desleales de comercio al obligar a los fabricantes de teléfonos a instalar sus aplicaciones a cambio del acceso a la tienda Google Play.
La UE también sostiene que Google exige a los fabricantes que preinstalen su propio servicio de búsquedas y su navegador Chrome, lo cual les impide vender dispositivos que ejecuten versiones que compiten con Android, y da incentivos financieros a los fabricantes de teléfonos y operadoras que preinstalen exclusivamente las búsquedas de Google.
Los cargos, anunció la UE en una rueda de prensa en Bruselas, llegan después de una investigación formal de un año en Google y su dominio de Android.
'Creemos que el comportamiento de Google niega a los consumidores una gama más amplia de aplicaciones y servicios móviles y se sitúa en el camino de la innovación por otros jugadores, en violación de las normas antimonopolio de la UE', dijo Margrethe Vestager, quien supervisa la política de competencia de la UE, en un comunicado de objeción enviado a Google.
Google tiene 12 semanas para responder.
Los cargos podrían tener repercusiones importantes en el negocio de teléfonos de Google en Europa, obligando a dar más voz a los fabricantes de teléfonos sobre qué aplicaciones vienen preinstaladas en los teléfonos Android. Los teléfonos que funcionan con el software Android de Google vienen directamente de la caja con un conjunto definido de servicios de Google, incluyendo un navegador, búsqueda y mapas. En su declaración, la UE señaló su preocupación de que la empresa no dé acceso a la Play Store a los fabricantes de teléfonos que no hagan la búsqueda de Google el servicio de búsquedas predeterminado y Chrome el navegador por defecto.
Esto es particularmente preocupante para la Comisión Europea, ya que, dice, alrededor del 80% de los dispositivos móviles inteligentes en Europa se ejecutan en Android. Ese dominio y las prácticas de concesión de licencias de Google limitan efectivamente la capacidad de los rivales para competir.
'Es una de mis prioridades asegurar que los consumidores disfruten de una amplia gama de plataformas, productos y servicios', dijo Vestager en una conferencia de prensa el miércoles. 'Android ha ayudado a fomentar un ecosistema notable -- y, sobre todo, sostenible -- basado en el software de código abierto y la innovación abierta', dijo Kent Walker, vicepresidente principal de la compañía y consejero general, en una entrada de blog. 'Esperamos con interés trabajar con la Comisión Europea para demostrar que Android es bueno para la competencia y bueno para los consumidores'.
Este no es el primer caso antimonopolio que Google ha enfrentado en Europa. Ya ha recibido la orden de establecer cómo aparecerán sus propios servicios de compras en los resultados de búsqueda después de que otra investigación antimonopolio concluyera que Google daba a sus propios servicios un tratamiento preferencial. Google ha luchado y resistido y ese caso está todavía en curso.
