El 12 de diciembre pasado, desde E&N anticipábamos que el sistema de recaudación de impuestos de Guatemala podría entrar en un torbellino de insospechadas consecuencias en los próximos días, y que a pesar de que la autoridad encargada del sistema tributario guatemalteco -la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT)- es un ente autónomo, el propio presidente de la República, Otto Pérez Molina, está instalado en el centro de esta historia. Pues, hoy comenzaron a registrarse esas señales.
Otto Pérez Molina destituyó al jefe de la SAT, Carlos Muñoz, sin especificar las razones ni haber nombrado al sucesor.
La secretaria de Comunicación Social de la Presidencia, Karla Herrera, dijo que la decisión fue considerada por el mandatario "desde el año pasado", y que la causa principal de la destitución fue 'el incumplimiento en las metas de recaudación".
Según el vocero presidencial, Jorge Ortega, la decisión de remover a Muñoz fue adoptada por el mandatario en las últimas horas del 5 de enero.
Muñoz asumió la titularidad de la SAT el 23 de abril de 2013 con el compromiso de fortalecer la recaudación tributaria en el país centroamericano, pero fracasó ese año y también en 2014.
De acuerdo con los registros oficiales, la brecha fiscal fue de alrededor de US$329,3 millones en cada año.
Ortega dijo que en los próximos días el Presidente podría anunciar al sustituto de Muñoz luego de analizar perfiles de candidatos.
Previo a esta decisión, el primer mandatario chapín había tomado la decisión de sustituir a cuatro de los directores de la SAT, que se venían oponiendo desde el mes de junio de 2014 a que se habilite una licitación pública para contratar una empresa privada que "ayudaría" a la SAT a lograr las metas fiscales.
El propio presidente Otto Pérez sería quien impulsa tal iniciativa, y tan comprometido está con ella que produjo entonces un hecho histórico: destituyó a los miembros del directorio que se oponían al negocio, intromisión que jamás había ocurrido en la SAT, desde su creación en 1998. Ahora, apuntó directamente a la cabeza de la autoridad tributaria.
El presunto negocio que el presidente Pérez Molina habilitaría a la empresa que se contrate tiene un número: US$35 millones. Este es el monto que contempla la comisión que se pagaría por una asesoría orientada a superar la meta de recaudación. Es precisamente a lo que se oponían los directores de la SAT. Se trata, de alrededor del 30% de la recaudación que exceda la meta.
Hasta el momento, la única empresa que trascendió estaría detrás de ese negocio es la cuestionada firma argentina Kolektor, cuyo presidente, Hermann Karsten, debió ser separado del cargo por supuestos hechos de corrupción en la provincia de Córdoba, Argentina, donde
tiene un contrato con la Dirección General de Rentas, ente recaudador de esa provincia argentina.
El Ejecutivo guatemalteco y la empresa Kolektor vienen negociando desde el 2012. Según investigación de la prensa local, Karsten visitó Guatemala tres veces durante 2014. "En total se tiene información que indica que, desde 2012, hubo 13 viajes a Guatemala, entre Karsten y Luis María Balbuena, gerente de sistemas de Kolektor", afirmó el diputado Carlos Barreda, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), en una investigación que presentó en junio de este año.
