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Nicaragua, Guatemala y el fantasma de la crisis que rodea a América Latina  

Según un estudio anual realizado por Transparencia Internacional, Guatemala ocupa la posición 143 de 180 países con los más altos índices de corrupción a nivel mundial y es el cuarto más corrupto en la región.

2018-09-03

Por France24

América Latina atraviesa un periodo complejo. La luchas internas de tipo social y económico que actualmente padecen varias naciones, aupadas a la grave crisis que atraviesan algunos países vecinos tienen al populismo completamente libre y sin límite alguno ante la falta de acción y de liderazgo regional.

En Managua, el presidente Daniel Ortega dio por terminada la labor de la misión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) el pasado 31 de agosto, tras conocer un informe que realizó la entidad sobre la represión gubernamental contra los manifestantes en medio de la grave crisis sociopolítica que enfrenta el país hace más de cuatro meses.

Ortega acusó a la Comisión de ser un organismo 'ciego' y 'parcializad'. 'Nosotros no estamos de acuerdo con esa interpretación, pues el acuerdo hablaba de contribuir a la paz y a la seguridad', dijo Guillermo Fernández, jefe de la misión de la ONU en Nicaragua. En un intento por aliviar la presión de los organismos internacionales y en una clara prueba de autoritarismo, el presidente se está aislando cada vez más; como intentando cerrar puertas y ventanas para que el mundo no dimensione la tragedia en su país.

'El presidente de Nicaragua se convirtió en el monstruo que siempre quiso combatir'

'Desde que llegó al país, Ortega empezó a crear un proyecto totalitario en el que fue acaparando poderes y alteró el orden constitucional, porque reinterpretó la Constitución, para reelegirse', señaló el periodista nicaragüense Anibal Toruño.

Básicamente 'se ha dispuesto a eternizarse en el poder como la dictadura en Cuba o el régimen de Nicolás Maduro', comentó el exembajador de Colombia en Nicaragua Edgar Genie. Las manifestaciones en Nicaragua se han vuelto violentas. Según el último informe de la CIDH, desde el pasado 18 de abril que iniciaron las marchas han muerto 322 personas, 23 de los fallecidos han sido niños.

Lo curioso, es que Ortega fue integrante del frente sandinista que derrocó al régimen de Anastasio Somoza en 1979. Para ese entonces el joven líder creía en que los valores de la democracia eran el camino. "El presidente de Nicaragua se convirtió en el monstruo que siempre quiso combatir, en un dictador", dijo a France 24 el internacionalista italiano Francesco Mancuso.

Daniel Ortega, no es el único que con aire desafiante envía un mensaje difícil de interpretar para la comunidad internacional y agudiza las tensiones en la región. El presidente de Guatemala Jimmy Morales, siguiendo la línea de Ortega, decidió no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), organismo que ha emprendido una vigorosa lucha contra la corrupción en el país.

'El de Jimmy Morales es un Gobierno errático'

Que la Cicig deba abandonar pronto Guatemala no es una sorpresa, lo que parece haber desconcertado a los analistas es el momento en el que el presidente lo anuncia. 'Está desesperado', dice Jordán Rodas, procurador de los Derechos Humanos de la República de Guatemala, pues 'siente que la justicia está avanzando pero no necesariamente en el sentido que ellos quisieran'.

El mandatario tiene un proceso de desafuero en su contra promovido por la Fiscalía y la Cicig, que lidera el jurista colombiano Iván Velázquez. Allí lo acusan de financiamiento electoral ilícito cuando era secretario general del partido que lo llevó al poder. La incomodidad del jefe de Estado es notoria.

Hace un año, el mismo Morales se enfrentó a Velásquez a quien amenazó con expulsar del país por adelantar esas investigaciones. El presidente no tolera las acciones que ha emprendido la entidad en su lucha contra la corrupción de la que no se ha escapado ni siquiera él.

'Morales se dedicaba a la comedia en medios de televisión abierta y con esa escasa formación llegó al poder', el suyo, dice Rodas, 'es un Gobierno errático'.

Según un estudio anual realizado por Transparencia Internacional, Guatemala ocupa la posición 143 de 180 países con los más altos índices de corrupción a nivel mundial y es el cuarto más corrupto en la región.

'La expulsión de la Cicig lo único que haría sería confirmar la trágica moda de América Latina y de estos presidentes de preferir disolver el Estado de Derecho y acabar con las instituciones que lo defienden en vez de rendir cuenta a la justicia', aseguró a este medio la exrelatora especial para la CIDH, Catalina Botero.

Por otro lado, hay voces que se toman en serio este tipo de movidas en contra de los organismos internacionales, que quedan a merced de la autodeterminación. "Si la comunidad internacional no sigue generando presión esto puede desestabilizar la paz internacional", dice Genie.

Venezuela y la crisis humanitaria que afecta a toda la región

Nadie podría haber imaginado hace unos años que los venezolanos tendrían dificultades para comprar alimentos y medicinas; lo básico para vivir y que por ello hayan emprendido un éxodo que agrupa, según la Organización Internacional para las Migraciones y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a 2,3 millones de personas diseminadas por todo el mundo.

Las últimas reformas del Gobierno del presidente Nicolás Maduro, como quitarle cinco ceros al Bolívar, la creación del Petro (criptomoneda), la utilización del carné de la patria para recibir el aumento de salario o el pago de pensiones "no tienen sentido, son un desastre y agudizan los problemas, porque el Gobierno toma medidas económicas con fines políticos para controlarlo todo", opina Miguel Velarde, economista y asesor político, residente en Caracas.

Y en las dos primeras semanas de este plan no ahuyentan la cifra del Fondo Monetario Internacional que calculó una inflación de hasta 1.000.000 % para 2018.

La crisis política, social y económica que vive el país se ha convertido rápidamente en una grave crisis humanitaria que afecta a toda la región y que nadie sabe cómo atajar. Ni siquiera dentro de Venezuela, donde la oposición está fragmentada y los pocos intentos por llamar la atención no llegan a afectar de ninguna forma al gobierno de Maduro.

'No hay palabras para describir lo que está pasando, las imágenes de las personas comiendo de la basura, de los bebés que no tienen medicamentos o de los que se van a pie escapando de la crisis lo dice todo', expresó Valverde.

¿Puede Estados Unidos ser determinante para resolver las tensiones en América Latina?

La realidad de la región es tan compleja como los desafíos que enfrenta. 'Uno de los problemas del análisis de la crisis en Venezuela o Nicaragua tiene que ver con la matriz mediática que se impone, donde se plantea la negación de la crisis y se explica todo a través de razones geopolíticas y estrategias de Estados unidos, que es por demás, una agenda peligrosa', explicó el PHD y profesor de la Universidad Nacional de Colombia Víctor de CurreaLugo.

La situación de Venezuela, Nicaragua o Guatemala deben resolverla esas mismas naciones, piensa el analista.

Sin embargo, el exembajador Genie tiene otra lectura, para él, la posición de Estados Unidos frente a Nicaragua 'ha sido beligerante dentro de las reuniones de la OEA y su presión ha jugado un papel fundamental para lograr una salida'.

Pero algunos expertos argumentan que, para Estados Unidos, de México hacia el sur la región volvió a tomar la forma de 'patio trasero' en la administración Trump, aunque Washington no ha dejado de estar para respaldar causas que además protejan sus propios intereses.

Por parte de Trump hay que destacar una absoluta falta de interés, dice el internacionalista italiano Mancuso. 'él no toma decisiones. Solo cuando el cuadro está bastante claro interviene, pero eso no es lo que hace un presidente y en particular el de una súper potencia'.

Para el procurador Rodas, 'todo debe ser un equilibrio', aunque advierte que Estados Unidos "tiene los canales suficientes' para incidir en la política latinoamericana y provocar un cambio.

Hasta el momento, Estados Unidos no ha tenido una agenda particularmente centrada en América Latina y todo apunta a que no la va a tener. Mientras llegan soluciones en medio de un ambiente de indiferencia, la crisis migratoria sigue haciendo estragos, las violaciones a los DD.HH. no paran y la corrupción permanece intacta. Regresan los aires totalitarios de algunas naciones que, se creía, ya lo habían superado.

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