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Ministro de Seguridad hondureño rechaza vínculos con narcotráfico

El ministro de Seguridad de Honduras, Julián Pacheco, rechazó este martes las acusaciones de colaboración con el narcotráfico hechas el lunes por un capo hondureño en una corte de Nueva York.

2017-03-07

Por: AFP

Un exjefe del cartel hondureño Los Cachiros que confesó haber matado a 78 personas, Devis Rivera, dijo el lunes ante la justicia estadounidense que el expresidente Porfirio Lobo (2010-2014) y el actual ministro de Seguridad, Julián Pacheco, colaboraron activamente con el narcotráfico.

'Se rechazan categóricamente los señalamientos hechos por el señor Davis Leonel Rivera Maradiaga, quien se entregó a la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) ante la captura inminente (por parte) de las autoridades hondureñas', afirmó la Secretaría de Seguridad de Honduras en un comunicado.

El ex líder de Los Cachiros testificó a pedido del gobierno estadounidense en el marco del caso contra Fabio Lobo, hijo del expresidente y acusado de conspirar para enviar cocaína a Estados Unidos.

Protección al cartel

Rivera dijo a la jueza Lorna Schofield que a pedido de Fabio Lobo, el general Pacheco -que fue asesor de seguridad del gobierno Lobo- ayudaba a otorgar protección a los integrantes del cartel y a la cocaína que llegaba por avión desde Colombia a Honduras, era transportada luego hacia Guatemala. La droga se dirigía luego a México y finalmente a Estados Unidos.

También dijo que Fabio Lobo le reclamó en una oportunidad más dinero para pagar sobornos al general Pacheco.

Por su ayuda al proveer seguridad a Los Cachiros en una oportunidad en 2013, cuando recibieron un cargamento de entre 1.000 y 1.050 kilos de cocaína, Devis Rivera dijo que pagó a Fabio Lobo US$50.000.

Pero Lobo 'no estaba muy contento' y 'me dijo si le podía dar un poquito más porque tenía que pagarle al jefe', o sea 'al general Pacheco', dijo Rivera.

Aseguró asimismo que en una reunión con líderes del cartel enseguida tras su elección, el expresidente Lobo les dijo que si tenían algún problema con la protección del cartel que pidieran a Juan Gómez -un testaferro de Los Cachiros que fue asesinado en enero de 2015- que se lo comunicara a su hijo, y que éste 'hablaría con Pacheco Tinoco' para solucionarlo.

Inmediatamente después, Rivera dijo que escuchó a Fabio Lobo hablar por teléfono brevemente con Pacheco para agendar una reunión entre ambos con este fin.

'¿Con quién hablaba?', preguntó el fiscal Emil Bové al exjefe de Los Cachiros. 'Con el general Pacheco Tinoco. Juan Gómez me dijo que (Fabio Lobo) hablaba con Tinoco', respondió el testigo.

'Mal intencionadas'

Las aseveraciones 'mal intencionadas y sin fundamento alguno lo que buscan es mermar las acciones concretas que realiza el Estado de Honduras contra el crimen organizado, con la finalidad de debilitar nuestros entes operadores de justicia', dijo el ministerio de Seguridad en su comunicado.

Para el ministro de Seguridad, Rivera solo busca que la justicia estadounidense le otorgue una reducción de su condena.

'Este tipo de ataques provenientes de cabecillas de estructuras criminales no nos amedrentan', subrayó.

Tras entregarse a la DEA en 2015 y declararse culpable de narcotráfico, homicidio, lavado de dinero y otros delitos, Rivera enfrenta una pena mínima de cadena perpetua más 30 años. La jueza Schofield puede reducirla debido a su colaboración con el gobierno si así lo desea.

Rivera aseguró asimismo que el cartel pagó dos sobornos por un total de aproximadamente medio millón de dólares a Porfirio Lobo en 2009, cuando se postulaba como candidato a presidente. Y tras la elección a su hijo, a cambio de protección para el cartel, contratos gubernamentales destinados a lavar dinero del narcotráfico y la promesa de no extraditarlos a Estados Unidos.

'Porfirio Lobo Sosa nunca ha recibido ningún dinero de delincuentes ni ha sostenido ninguna reunión particular con ellos', dijo el lunes de noche el expresidente, quien vive en Honduras, en un comunicado enviado por email a la AFP.

Fabio Lobo enfrenta una pena mínima de 10 años de cárcel y una máxima de cadena perpetua.

Por delitos vinculados al narcotráfico, una docena de hondureños han sido extraditados a Estados Unidos desde 2014, cinco policías se entregaron voluntariamente en Honduras a autoridades estadounidenses y otros diez acusados viajaron para entregarse.

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