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Aumento de la desigualdad ralentiza crecimiento del PIB mundial

Desigualdad excesiva no solo supone un riesgo para la convivencia sino que es también un problema macroeconómico, advierten FMI y OCDE; y atribuyeN al desempleo y al bajo poder sindical el aumento de la brecha.

desigualdad excesiva no solo supone un riesgo para la convivencia sino que es también un problema macroeconómico.

2015-06-15

Por: elpais.com

Cuanto más concentrada está riqueza en pocas manos, menor es el crecimiento de un país. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado este lunes un informe en el que advierte de que el aumento de la brecha social en un país supone un freno para el crecimiento económico, en línea con lo planteado por la OCDE el pasado mes de mayo. En datos, si el 20% de la población más favorecida aumenta un punto porcentual la cuota de ingresos que acumulan, el aumento del PIB de un país es un 0,08% más bajo en los cinco años siguientes. En cambio, cuando el 20% más bajo de un país gana un punto del pastel de los ingresos un país, el crecimiento es un 0,38% mayor.

Esta relación entre distribución de la riqueza y dinamismo económico persiste si, en lugar de mirar ese 20%, se lleva a segundos y terceros quintiles de la escala social, lo que sería ya la clase media. La defensa de la clase media como valor en sí y como motor de un país se ha puesto sobre la mesa tras la gran tormenta financiera global. El presidente de EE UU, Barack Obama, lo ha condierado 'el reto que caracteriza nuestro tiempo'.

Foto: Estrategia y Negocios

Pobreza y desigualdad no son lo mismo, aunque haya sido la Gran Recesión la que ha elevado las diferencias a niveles récord en los países ricos. Por eso hay quien no ve en la desigualdad un problema en sí mismo. Por ejemplo, Martin Feldstein, de la Universidad de Harvard, siempre advierte de que las políticas públicas debe centrarse en reducir la pobreza, no tanto la brecha social.

El experto plantea un ejercicio de imaginación: si pájaro mágico entrega a cada persona US$1.000, ello no reduciría ninguna desigualdad, pero no deja de ser una mejora para todos que no recae a expensas de nadie. Es más, señala que esos US$1.000 significan más para el pobre que para el rico, con lo que su situación avanza más en términos relativos.

Las organizaciones internacionales muestran cada vez más preocupación por las desigualdades. Lo que FMI y OCDE plantean es que la desigualdad excesiva no solo supone un riesgo para la convivencia sino que es también un problema macroeconómico.

Foto: Estrategia y Negocios



Y hay más argumentos para tratar la desigualdad como un problema en sí mismo, más allá de la pobreza, desde el punto de vista social. Por ejemplo, Michael J. Sandel, profesor de Política y Justicia también en Harvard, advierte en cambio de que "si la brecha entre ricos y pobres se vuelve muy grande, aunque nadie pase hambre, las personas empiezan a vivir vidas cada vez más separadas, en distintos barrios, distintos medios de transporte, distintos médicos, dejan de convivir en los espacios públicos... No es bueno para la democracia. La democracia no requiere igualdad perfecta, pero si la gente vive en esferas cada vez más separadas, el sentido de ciudadanía y de bien común es más difícil de sostener".

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