La compañía dirigida por Tim Cook tiene invertidos US$850 millones en plantas de producción de electricidad, tanto en EEUU como en otros 22 países. Según se supo en marzo, el 93% de ellas son de tecnologías renovables.
El grueso de la generación de esas centrales sirve para alimentar sus propias instalaciones -de un modo virtual generalmente, porque no están junto a los puntos de consumo- y Apple ha justificado su interés por vender energía en que no está de acuerdo en tener que colocar sus excedentes sobre lo autoconsumido a un precio menor que el de los mercados mayoristas.
De momento, la autorización para vender su energía la aprovechará en Nevada, donde tiene 70 MW, y en California, donde tiene otros 130 MW.