Claves del día

Devaluación del yuan pone el mundo a los pies de China

El gigante se ha despertado de su profundo y sabroso sueño económico. Luego de vivir varios años obteniendo resultados muy positivos a crecimiento interanual de su Producto Interno Bruto (PIB), la imponente China se ha dado cuenta que el motor económico está perdiendo velocidad.

2015-08-13

Por: Daniel Suchar Zomer*

Para el pasado mes de Julio, las exportaciones chinas -pilar fundamental del PIB de dicha nación- registraron caídas por debajo del -8,3% comparado con el mismo mes del año anterior. Y para poder contrarrestar esta debacle estrepitosa y poder seguir con la senda creciente de su economía (proyectada para finales del 2015 en un +7% en PIB ); el Gobierno de Pekín ha decidido realizar una "corrección puntual" del valor del Yuan frente a la moneda norteamericana, ubicándola en 6,11 yuanes por dólar.

A lo largo de la historia el Banco Central de China (PBoC) ha protegido en un ±2% la posible devaluación de su moneda, y aunque el gobierno chino ha declarado en varias ocasiones que no existe una devaluación como tal, solo en una semana logro sobrepasar el 3,5% de devaluación; prendiendo todas las alarmas del comercio mundial.

Y es que si desde el punto de vista de reactivación del sector de exportaciones, una Política Monetaria adecuada estaría enfocada en abaratar los costos de dicho sector, incentivando el mismo para poder recuperar el terreno perdido con un Yuan "más caro". Pero también es importante saber que las consecuencias internas del país se verán reflejadas en un encarecimiento de los productos importados, aunque no son tan relevantes en la canasta básica del habitante chino común. Lo que sí puede verse afectado es todas aquellas empresas que tengan sus deudas en dólares, que les será más costoso poder pagar sus obligaciones.

Pero para el resto del mundo, la cosa se pone "más interesante". El proveedor mundial por sus características ganadas a lo largo de los años, representa para la mayoría de los países, su principal socio comercial. Europa, Estados Unidos, América Latina e inclusive, el mismo continente asiático, tienen los ojos bien abiertos del desempeño de la tasa de cambio real de la moneda china.

En primer lugar, se podría liberar una "guerra de divisas"; motivando a otros países, más que todo, emergentes, a realizar el mismo "giro monetario" para abaratar sus propias monedas y no quedar fuera de los mercados internacionales a la hora de colocar sus precios. Por otro lado, la tan anunciada subida de tasas de interés por la Reserva Federal de los Estados Unidos podría ser retrasada esperando a que China se recupere y sea menos dañino el ajuste de dichas tasas en el mercado monetario mundial.

Como segunda consecuencia de la inestabilidad "puntual" del yuan; las bolsas de valores ponen freno a sus interacciones internacionales esperando a saber, a ciencia cierta, que ocurrirá en corto plazo con las decisiones de Pekín y sus consecuencias más cercanas. Estas podrían ser como pérdidas en papeles financieros como los swaps realizados por Argentina o una apreciación mundial del dólar americano; fortaleciéndolo aun más pero encareciendo automáticamente aquellos bienes y servicios cotizados en la moneda del Tío Sam.

Por otro lado, las materias primas sufren nuevamente una baja en sus cotizaciones, pues el gigante asiático es el principal comprador de ellas. Al encarecerse el dólar frente al yuan; los chinos empiezan a ver los mercados internacionales muchos más caros pues necesitan más dinero local para obtener divisa extranjera y así pagar, dichos "commodities".

A nivel geopolítico, la devaluación podría acrecentar las tensiones entre EE.UU. y China. Además, también podría complicar los esfuerzos de Beijing para conseguir que el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluya al yuan entre las monedas de las que hace un seguimiento, esfuerzos encaminados a que el yuan consiga mayor aceptación en el extranjero.

Pero el mundo globalizado podría rendirle pleitesía de forma grata y orgullosa al Gobierno de Xi Jinping; pues al devaluar la moneda; las petroleras y refinerías chinas necesitan más yuanes para comprar la misma cantidad de petróleo que hace días atrás. Hay que recordar, que China es el segundo consumidor a nivel mundial de petróleo, con una media de unos 11 millones de barriles al día, sólo por detrás de EEUU (18 millones de barriles al día).

Lo anterior quiere decir que la cotización del barril de petróleo West Texas (petróleo de referencia en USA) podría caer a los US$30 o US$40 por barril antes de los esperado, siempre y cuando China prosiga con la devaluación del yen. Lo que haría que los países importadores de petróleo apoyen la maniobra monetaria de Pekín, acarreando el abaratamiento de los precios del crudo y por ende, de sus derivados.

Y en estos momentos en que los últimos cálculos del FMI han descrito que la economía mundial tiene un crecimiento del +3,3%; podría verse afectado positivamente este desarrollo pues los costos de los productos en general podrían abaratarse y por ende, impulsar un poco más el consumo de los mismos. Cabe recordar que la gran mayoría de bienes y servicios involucran indirectamente costes asociados a algún derivado del crudo.

Una caída de los precios del "oro negro" también podría desenmascarar a aquellos países mono-dependientes de este producto (Irán, Venezuela, Ecuador, entre otros) que están utilizando el flujo del capital petrolero para mantener gastos públicos exorbitantes, políticas monetarias restrictivas, tasas de cambios irreales y sobre todo, estrategias sin ningún sentido social, sino más bien populistas, empobreciendo a sus habitantes sin reactivar el aparato productivo de sus países.

Esta artimaña china de la devaluación del yuan estará afectando a todos los países del mundo. Pequeñas, medianas o grandes economías poseen un cordón umbilical con el gigante asiático por ser el más grande proveedor del orbe terrestre. Por lo tanto, esta situación "cambiaria" no solo podría mover los ojos del mundo hacia el continente oriental, sino también el Gobierno de Xi Jinping tendrá (mal que bien) a todo el planeta a sus pies.

*Analista Económico. Profesor Universitario.

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