El Consejo de Estado de China ha revelado este martes su plan económico para la próxima década con el objetivo prioritario de consolidar al gigante asiático como una potencia manufacturera, según ha informado la agencia de noticias oficial Xinhua.
El primer ministro, Li Keqiang, ha dado luz verde al plan económico elaborado en los últimos meses por el Consejo de Estado para señalar el camino hacia 2025, que ha sido bautizado con el significativo nombre de 'Made in China'.
Esta 'hoja de ruta' fija como meta hace de China una potencia manufacturera sin rival. Aunque Pekín ya es la fábrica del mundo, el régimen comunista teme que la pujante clase media provoque un cambio social que lleve a una deslocalización industrial hacia países más pobres de la región.
En un objetivo más a largo plazo, el Gobierno de Xi Jinping pretende situar a China en la cúspide de la industria manufacturera mundial hacia 2049, coincidiendo con el primer siglo de la creación de la República Popular.
Para ello, el Consejo de Estado ha ordenado promover la innovación tecnológica, desarrollar el tejido industrial, reformar las instituciones, facilitar la financiación y relanzar las empresas chinas hacia el mercado internacional.
En concreto, ha señalado diez sectores clave de desarrollo: las industrias aeronáutica, ferroviaria, automovilística, oceanográfica, energética, sanitaria y agraria, así como las tecnologías de la información y la robótica.
