Claves del día

Venezuela y Cuba focalizan atención de la Cumbre  

Venezuela concentró la atención previa a la instalación oficial de la VII Cumbre de las Américas, con la Declaración de Panamá, que ayer firmaron 26 líderes de América y España para denunciar la gravedad de la crisis política y social que se vive en el país dirigido por Nicolás Maduro.

2015-04-10

Por El Colombiano

"El silencio o la pasividad ya no son opción para nadie", dijo el expresidente de México Felipe Calderón, citado por AP, en relación a la declaración.
El documento, que ya tiene en sus manos el saliente secretario general de la Organización de Estados Americanos José Miguel Insulza, aboga por la liberación inmediata de los presos políticos, entre ellos Leopoldo López y los alcaldes de Caracas, Antonio Ledezma, y de San Cristóbal, Daniel Ceballos.
"Es manifiesta la ausencia de independencia de la justicia, la persecución judicial de quienes manifiestan y se expresan políticamente disidentes frente al señalado gobierno, la presencia reiterada de actos de tortura por funcionarios del Estado, la existencia de grupo para estatales armados y de apoyo al mismo gobierno, y el ambiente de total impunidad", sostiene la declaratoria.
El texto lleva la rúbrica de óscar Arias, Rafael ángel Calderón, Laura Chinchilla, Luis Alberto Monge y Miguel ángel Rodríguez, de Costa Rica; José María Aznar y Felipe González, de España; Nicolás Barletta y Mireya Moscoso, de Panamá; Belisario Betancur, Andrés Pastrana y álvaro Uribe, de Colombia; Armando Calderón y Alfredo Cristiani, de El Salvador; Felipe Calderón y Vicente Fox, de México; Eduardo Duhalde, de Argentina; Lucio Gutiérrez y Osvaldo Hurtado, de Ecuador; Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, de Uruguay; Sebastián Piñera, de Chile; Jorge Quiroga, de Bolivia; Alejandro Toledo, de Perú, y Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay.
La postura de los exgobernantes contrasta con el criticado silencio que han guardado frente a la crisis de Venezuela los actuales presidentes de esos mismos países cuyas voces se unieron para denunciar también la "hegemonía comunicacional de Estado", relacionada con la expedición de leyes de control de contenidos de la información y el aumento de sanciones penales por delitos de desacato, que promueven la censura y la autocensura de la prensa.

Por fuera de la agenda

Ni la crisis venezolana, ni ningún conflicto entre gobiernos aparecen en la agenda de la VII Cumbre de las Américas, pero el escenario político es aprovechado por todos para presionar la balanza de la opinión internacional hacia algún lado. El miércoles, simpatizantes al gobierno de Nicolás Maduro y opositores se manifestaron en las calles, obligando a policías panameños a poner orden, según AP.
El líder venezolano, por su parte, planea entregar hoy al presidente estadounidense Barack Obama una lista con diez millones de firmas de venezolanos que rechazan las sanciones ejecutivas impuestas por la Casa Blanca y la declaratoria sobre que la nación petrolera es una amenaza a la seguridad de la potencia del norte.
Sin embargo, Maduro sufrió ayer un revés, al no conseguir un acuerdo para que en la declaración de la Cumbre se incluyera un preámbulo de condena contra las medidas ejecutivas del gobierno de EEUU.
La canciller y vicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo, dijo a Efe que los acuerdos de la Cumbre serán entregados a los organismos internacionales implicados y no serán plasmados en un documento público por la falta de consenso, por matices políticos, en el preámbulo de la declaración final.
Ayer, justamente, el presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó a Efe que ni su país ni el continente deben "mantener silencio" ante la situación en Venezuela, una nación que, a su juicio, se enfrenta actualmente a "retos enormes" y con cuyo Gobierno Washington sigue abierto al "diálogo directo".

El respiro para otros

Más allá de la preocupación por lo que ocurre con Maduro, los escándalos, las crisis económicas y las manifestaciones que traen a cuesta algunos de los 35 jefes de Estado de la región podrían enrarecer aún más el clima de la cumbre, pues muchos de los implicados intentarán alentar aún más el debate sobre Venezuela.
Algunos, como la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, se contentarían con dejar que los demás atrajeran la atención para no recibir más cuestionamientos sobre el escándalo a gran escala de corrupción con las petroleras o la desaparición de 43 estudiantes sin resolver.
Otros aliados de Venezuela, como el jefe de Gobierno ecuatoriano, Rafael Correa; el boliviano, Evo Morales; o el nicaragüense, Daniel Ortega; seguirán los pasos de su aliado venezolano, con consecuencias preocupantes para el desarrollo de la cumbre. "Esto jugaría en contra de una cumbre tranquila e ilustrada, ya que tradicionalmente el mejor medio de desviar la atención de los asuntos políticos internos es confrontar con E.U.", explica Eric Farnsworth, vicepresidente del foro Consejo de las Américas, citado por AFP. "Es lo que generalmente hacen muchos jefes de Estado y, considerando que actualmente se encuentran en situaciones internas delicadas, la ocasión es perfecta para aferrarse al tema (de Venezuela), aunque no crean totalmente en ello", concluye el experto.

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