<strong>Desde marzo pasado, Giammattei decret&oacute; estado de calamidad y adopt&oacute; varias medidas restrictivas para evitar la propagaci&oacute;n de la covid-19, que han golpeado duramente a los negocios locales.</strong>Entre las disposiciones est&aacute;n la prohibici&oacute;n de circulaci&oacute;n del transporte p&uacute;blico, el cierre de los grandes centros comerciales y un toque de queda que va de la tarde a la madrugada del d&iacute;a siguiente, aunque el fin de semana pasado el encierro fue total, situaci&oacute;n similar ordenada para este s&aacute;bado y domingo.Giammattei ha defendido esas resoluciones al se&ntilde;alar que la vida debe prevalecer sobre lo econ&oacute;mico. Este lunes declar&oacute; a una radio local que es 'rid&iacute;culo' el pedido de reabrir la econom&iacute;a.<strong>La manifestaci&oacute;n motorizada lleg&oacute; al Palacio Nacional en el centro capitalino, pese a que su paso fue bloqueado inicialmente por polic&iacute;as antidisturbios.</strong>Desde que se report&oacute; el primer contagio en Guatemala, el pasado 13 de marzo, el pa&iacute;s centroamericano suma 4.145 casos, entre ellos 68 muertos y 493 personas recuperadas. 16 millones m&aacute;s de ni&ntilde;os latinos y del Caribe ser&aacute;n pobres al final de 2020El incremento, un 22% m&aacute;s de los que hab&iacute;a el a&ntilde;o pasado (unos 72 millones), supondr&iacute;a que casi la mitad de los ni&ntilde;os de la regi&oacute;n (46%) formar&aacute;n parte de hogares que sobreviven con escasos recursos, indicaron en un comunicado conjunto.<strong>Por AFP </strong>Unos <strong>16 millones m&aacute;s de ni&ntilde;os latinoamericanos</strong> y caribe&ntilde;os vivir&aacute;n en la pobreza cuando termine 2020 si no se adoptan medidas urgentes para atajar la debacle econ&oacute;mica por la pandemia, advirtieron el jueves <strong>Unicef y Save The Children</strong>.El incremento, un <strong>22% m&aacute;s de los que hab&iacute;a el a&ntilde;o pasado</strong> (unos 72 millones), supondr&iacute;a que casi la mitad de los ni&ntilde;os de la regi&oacute;n (46%) formar&aacute;n parte de hogares que sobreviven con escasos recursos, indicaron en un comunicado conjunto.'Este abrumador aumento devolver&iacute;a a <strong>Am&eacute;rica Latina y el Caribe</strong> a niveles similares a los de hace casi 10 a&ntilde;os y revertir&iacute;a significativamente los avances en la lucha contra la pobreza infantil registrados en la mayor parte de la <strong>regi&oacute;n durante el siglo XXI</strong>', dijo M&oacute;nica Rubio, asesora de pol&iacute;ticas sociales de Unicef para la regi&oacute;n, citada en el comunicado.<strong>Los infantes de Am&eacute;rica Latina y el Caribe sufrir&aacute;n los efectos econ&oacute;micos m&aacute;s severos de la epidemia, por detr&aacute;s de algunos pa&iacute;ses europeos y de Asia Central, seg&uacute;n el estudio basado en proyecciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional</strong> y datos demogr&aacute;ficos en un centenar de pa&iacute;ses.Adem&aacute;s, la crisis generada por la pandemia ampliar&aacute; a&uacute;n m&aacute;s la brecha existente entre los ni&ntilde;os de familias pobres y ricas, lamentaron la Unicef y Save The Children.<strong>La CEPAL dijo que, como consecuencia de la pandemia, la regi&oacute;n experimentar&aacute; la peor contracci&oacute;n econ&oacute;mica desde 1930, de 5,3%.</strong>Am&eacute;rica del Sur ver&aacute; crecer en casi 30% los ni&ntilde;os que vivir&aacute;n en hogares pobres, cerca de 11 millones m&aacute;s que el a&ntilde;o pasado.En el Caribe el incremento alcanzar&aacute; 19% (1 mill&oacute;n m&aacute;s), mientras que en Am&eacute;rica Central y M&eacute;xico podr&iacute;a ubicarse en torno al 13%, unos 4 millones m&aacute;s.<strong>Unicef y Save The Children </strong>exhortaron a que se ampl&iacute;en 'r&aacute;pidamente y a gran escala' los programas de protecci&oacute;n social, incluidas las ayudas en efectivo, los comedores escolares y cualquier otro beneficio que alcance a los ni&ntilde;os.Adem&aacute;s urgieron a sentar las bases para que los pa&iacute;ses afronten futuras crisis a un menos costo social.Una p&eacute;rdida inmediata de ingresos significa que las familias tienen menos posibilidades de acceder a alimentaci&oacute;n suficiente, atenci&oacute;n m&eacute;dica o educaci&oacute;n para sus hijos, seg&uacute;n ambos entes.<strong>A m&aacute;s largo plazo, crecen los riesgos de que los ni&ntilde;os sean sometidos a trabajo infantil y sufran violencia o problemas de salud mental.</strong>'¿Permitiremos que los ni&ntilde;os paguen la factura de la COVID-19?', se pregunt&oacute; Rubio. 'Cada vez est&aacute; m&aacute;s claro que las consecuencias de esta privaci&oacute;n econ&oacute;mica en los ni&ntilde;os pueden ser duraderas o incluso irreversibles'.</div>