Finanzas

La cartera de IFC sumó US$2.600 millones en Centroamérica

Entre los sectores priorizados están: infraestructura y energía renovable, mercados financieros, de capitales y proyectos con gobiernos locales

2018-12-10

Por Roberto Fonseca L.

La cartera en Centroamérica de la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés), entidad del Grupo Banco Mundial, cerró el año fiscal 2018 con US$2.600 millones, de los cuales, el 61,5% se invirtieron en Panamá, Costa Rica y Honduras, confirmó Luc Grillet, Gerente Senior de IFC para Centroamérica y El Caribe.

En una entrevista exclusiva a E&N, Grillet explicó que el monto de US$2.600 millones incluye movilizaciones, es decir, fondos que IFC canaliza de otros inversores tales como fondos de pensión, fondos soberanos y bancos comerciales.

"Nuestro objetivo es promover el desarrollo sostenible y responsable del sector privado, que es el principal generador de empleos. También mejorar el entorno empresarial, aumentar la competitividad, fomentar inversiones en infraestructura y contribuir a la prosperidad para reducir la pobreza", indicó Grillet.

IFC -una organización miembro del Grupo Banco Mundial -es la principal institución internacional de desarrollo dedicada al sector privado en mercados emergentes. Trabaja en colaboración con más de 2.000 empresas en todo el mundo, utiliza su capital, experiencia e influencia para crear oportunidades donde más se necesitan.

En el año fiscal 2018, el cual finalizó el 30 de junio, el financiamiento de IFC a largo plazo en países en desarrollo ascendió a más de US$23.000 millones, aprovechando el poder del sector privado para terminar con la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida. De esa partida, alrededor de US$5.000 millones se invirtieron en América Latina y El Caribe. Con un 22% de las inversiones totales de IFC, la región representa el mayor portafolio regional.

Infraestructura y energía
De la cartera de inversiones de US$2.600 millones en Centroamérica, un monto total de US$1.400 millones corresponden al sector de infraestructura y energía, en el que IFC también trabaja con gobiernos para ayudar a estructurar alianzas público-privadas como mecanismo para atraer inversiones privadas.

"Apoyamos y seguiremos apoyando el sector de la energía renovable y también el uso responsable del Gas Natural Licuado (GNL), como combustible para la generación de energía eléctrica limpia, reemplazando así la generación con combustibles fósiles más contaminantes", explicó Grillet a E&N.

Entre los proyectos del sector de infraestructura y energía que IFC ha apoyado están AES Colón y el parque eólico Penonomé, ambos en Panamá. En el primero otorgaron US$150 millones para la instalación pionera de Gas Natural Licuado (GNL) establecida en Centroamérica, y en el segundo, cerraron un acuerdo por US$300 millones de financiamiento para apoyar el parque eólico más grande de la región.

"Nuestro objetivo es ayudar a los países a diversificar su matriz energética, no tener que depender de los combustibles fósiles contaminantes, y por otra parte ayudar a combatir el cambio climático, mitigando los gases de efecto invernadero", indicó Grillet.

En enero de este año , IFC también completó un paquete de financiamiento de US$80 millones para la construcción y operación de un nuevo parque eólico de 50 megavatios, para ayudar a diversificar la matriz energética de República Dominicana y aliviar su dependencia de combustibles fósiles importados.

Se trata de Parques Eólicos del Caribe (Pecasa), el que se construye en la zona de Motecristi, una de las pobres del país caribeño. Concluirá en 2019 y será uno de los proyectos de energía renovable más grandes de República Dominicana. El parque tendrá la capacidad de proveer energía a más de 151.000 hogares. Su impacto medio ambiental: la reducción de los gases de efecto invernadero en alrededor de 91.000 toneladas de CO2 por año, lo que equivaldría a sacar 20.000 autos de la carretera.

Mercados financieros

De los US$2.600 millones invertidos en la región, el 41,9% de esos recursos (US$1.100 millones) se canalizaron a un segundo sector clave para IFC Centroamérica y El Caribe: los mercados financieros.

"Nos interesa apoyar la inclusión financiera, el acceso al financiamiento. Todavía la penetración bancaria en toda Centroamérica sigue siendo un desafío, pese a que ha mejorado. Vamos entonces a continuar apoyando masivamente el acceso financiero para micro emprendedores, mujeres emprendedoras, Pymes y para el sector de viviendas de costo bajo y medio", afirmó el Gerente Senior de IFC para Centroamérica y El Caribe.

Entre las inversiones en este sector están un financiamiento de hasta US$115 millones para el Banco LAFISE Bancentro de Nicaragua, para ampliar el acceso a préstamos para pequeños y medianos emprendedores y aumentar los créditos hipotecarios.

Recientemente, IFC emitió un bono con calificación triple A en el mercado nacional de Costa Rica recaudando US$10 millones, los cuales financiarán viviendas para familias de ingresos bajos y mediano.

Asimismo, el otorgamiento de un préstamo de US$10 millones a la Fundación Génesis Empresarial de Guatemala, para financiar a emprendedores y Pymes.

Retos de la urbanización
Grillet recordó que América Latina ya es la segunda región más urbanizada del mundo, al pasar de una tasa de urbanización del 62% en 1980 al 81% en 2017. Si esta tendencia continúa, en 20 años, el 90% de la población de la región vivirá en ciudades.

Por ello, indicó que IFC trabaja con las autoridades municipales y de gobierno para ayudar a hacerlas más sostenibles y competitivas y crear las condiciones para atraer inversión privada, bajo el esquema de alianzas público-privadas. Los temas incluyen transporte, infraestructura local, manejo de residuos y gestión financiera de municipios para crear condiciones propicias para inversión. Actualmente, IFC trabaja en toda la región con ciudades tan diversas como Buenos Aires, Bogotá, Lima, Tegucigalpa y San José.

Grillet puntualizó que en Centroamérica hay dos retos importantes en el tema de urbanización: la movilidad urbana y agua y saneamiento. En el primero, valoró que la población necesita formas dignas para movilizarse de su casa al trabajo y viceversa y, en ese sentido, el transporte público no ha podido cumplir con la demanda, ni con la calidad del servicio requerido.

En cuanto al segundo reto, aseguró que ciudades como Gran San Salvador, que registra unos 2 millones de habitantes, hay recolección de aguas negras, pero sin tratamiento apropiado.

"Todas las aguas negras de San Salvador se botan al río sin tratamiento, eso representa un desafío en varias dimensiones: salud, cambio climático y contaminación de los recursos hídricos por la infiltración a los acuíferos. Por tanto, es un sector que estamos viendo con interés particular en El Salvador, pero también en Costa Rica y Panamá", afirmó.

Otras inversiones

Luc Grillet, Gerente Senior de IFC para Centroamérica y El Caribe, reveló que en El Salvador están en la última fase de preparar un paquete de financiamiento para un gran proyecto de generación eléctrica, en base a Gas Natural Licuado en la costa del Pacífico, en la zona de Acajutla.

También indicó que están trabajando con la Municipalidad de Tegucigalpa en un proyecto que ayudará a estructurar la gestión financiera del distrito de manera tal que se facilite la atracción de inversión privada para infraestructura local.

Con el gobierno costarricense, presidido por Carlos Alvarado, están colaborando en asesorarlo y acompañarlo en proyectos en el sector de saneamiento de aguas negras y también de movilidad urbana, bajo el concepto de APP. Asimismo, buscan identificar proyectos que ayuden a impulsar un desarrollo sostenible en la costa Caribe de Costa Rica, donde reside una población vulnerable.

En el caso de Nicaragua, están enfocados en apoyar a sus clientes del sector privado -agroindustria, energía renovable y sector financiero - para ayudar a mitigar la crisis política, social y económica que vive el país desde abril pasado.

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