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Al fin, se dan la mano

Las medianas, pequeñas y microempresas, finalmente, están en el radar del sector financiero en Latinoamérica. Es más, ahora este segmento es fuente de grandes oportunidades. Así quedó reflejado en el Foromic 2011.

2014-02-21

Las medianas, pequeñas y microempresas, finalmente, están en el radar del sector financiero en Latinoamérica. Es más, ahora este segmento es fuente de grandes oportunidades. Así quedó reflejado en el XIV Foro Interamericano de la Microempresa (Foromic 2011).

Por: Arturo Castro - Estrategia & Negocios

En Centroamérica, la atención de la demanda de financiamiento de las unidades económicas micro, pequeñas y medianas nunca estuvo en el top de la agenda estratégica de la industria financiera privada y, con escaso impacto, fue considerada por los gobiernos y organismos financieros internacionales.

Las Pymes son un factor relevante de contribución al PIB y al empleo de la región. Según datos de Cepal, generan más de 20% promedio del PIB y en algunos países dicha contribución se sitúa en 50%. En términos de empleo, las estimaciones indican que estas empresas ocupan a un colectivo que supone entre el 20% y 25% de la población económicamente activa (PEA).

Si las Pyme y microempresas centroamericanas no han logrado aún el dinamismo que este tipo de unidades productivas tienen en Europa, por caso, es por las dificultades de acceso al financiamiento y a la profesionalización integral de su gestión. Se estima que no más de un 20% del crédito disponible en el sistema financiero regional va orientado al sector.

Sin embargo, esta realidad podría empezar a cambiar.

Los indicios que invitan al optimismo se hicieron visibles en el XIV Foro Interamericano de la Microempresa (Foromic), llevado a cabo en San José, Costa Rica, en octubre pasado, donde líderes de la industria de microfinanzas en América Latina y el Caribe debatieron formas para aumentar el acceso al financiamiento para sectores desatendidos, particularmente en áreas rurales.

Durante la actividad, organizada por el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) y los Ministerios de Economía y de Hacienda de Costa Rica, los expertos discutieron también como desarrollar servicios y productos adaptados a las necesidades de las poblaciones de bajos ingresos, micro, pequeñas y medianas empresas, especialmente aquellas encabezadas por mujeres.

'Tenemos que encontrar mejores formas de ayudar a las mujeres a alcanzar su pleno potencial como empresarias y líderes de la comunidad', dijo Nancy Lee, gerente general del Fomin, durante el encuentro. 'Sabemos que esto es un problema complejo. Pero en FOMIN estamos comprometidos a enfrentar estos retos de distintas formas', enfatizó.

Superando el estado de invisibilidad que viene padeciendo históricamente la microempresa, en Foromic, este sector recibió promesas contundentes de parte de los protagonistas de la banca.

En particular, el desarrollo de productos financieros innovadores que apoyen el crecimiento de las empresas encabezadas por mujeres, así como la mejora de los servicios financieros y oportunidades de negocio para los agricultores y micro y pequeñas empresas en las zonas rurales fueron considerados como 'temas clave para la creación de un crecimiento económico sostenible en la región'.

'Si vamos a fomentar la creación y desarrollo de empresas pequeñas y de crecimiento, como algunos las llaman, necesitamos apoyar mejor a los empresarios que necesitan de productos más allá de lo que la industria microfinanciera puede ofrecer y que todavía no se ajustan al perfil típico de negocios dirigidos por los bancos comerciales', reconoció Lee.

Este reconocimiento de parte del BID de la importancia de voltear hacia el sector microempresario se produce en momentos en los que la industria de microfinanzas en América Latina y el Caribe está en expansión, gracias a la creación de instituciones fuertes, sólidos sistemas de regulación, y operaciones enfocadas en el cliente.

Según el Fomin, la industria creció un 23 % en 2010, a su mayor ritmo en cuatro años, alcanzando una cartera de US$15.200 millones. La industria agregó 2 millones de clientes nuevos en 2010, atendiendo a un total de 12,5 millones de clientes.

Sin duda, el sector Pyme y microempresario tiene un enorme potencial, y este podría incrementarse a partir de un mayor apoyo a las empresas del segmento a efectos de que mejoren su gestión para aumentar su productividad y reducir sus márgenes de riesgos.

Si algo quedó claro en Foromic 2011 es que el crédito debe empezar a fluir hacia nuevos mercados inexplotados, con herramientas financieras innovadoras pero también con gran responsabilidad de parte de bancos y empresas tomadoras del crédito disponible.

Precisamente, un tema muy relevante durante el evento fue la necesidad del compromiso con una industria financiera responsable y transparente, así como la importancia de ser precavido ante desafíos tales como el sobreendeudamiento.

Como parte de la fuerte apuesta que el BID está haciendo al sector microempresario rural, durante el Foromic se anunció que el Fomin proporcionará cerca de US$7 millones en financiamiento para tres proyectos a fin de aumentar y mejorar la oferta de servicios microfinancieros a los microempresarios y pequeños agricultores en zonas rurales de Honduras, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua.

El factor Pyme

Si bien las microempresas rurales y los emprendimientos liderados por mujeres tuvieron atención central en Foromic 2011, las 'eternas rezagadas' de la economía centroamericana, las pymes, también fueron objeto de importantes análisis.

'Las micro, pequeñas y medianas empresas, por ser una importante fuente de puestos de trabajo, y de crecimiento innovador a largo plazo, tienen el potencial de convertirse en un motor de crecimiento inclusivo y sostenible', dijo el presidente del BID, Alberto Moreno, al inaugurar el foro.

'Las pymes centroamericanas podrían crecer y exportar más si se lograra una mayor integración regional'. Esa fue una de las conclusiones a las que un grupo de expertos llegó en el panel 'La integración regional como oportunidad de desarrollo de las pymes'. Los expertos coincidieron en que los procesos de integración regionales y la apertura de mercados presentan oportunidades de crecimiento para las pequeñas y medianas empresas, ya que facilitan la expansión de su mercado natural.

'Creo que si las pymes no se ven beneficiadas con ocasión de los procesos de integración, estos tendrán muy limitado impacto, porque el objetivo último es el desarrollo económico y, en latitudes donde el 90% del parque empresarial son pymes, no vemos cómo podemos dejar de lado a un actor tan importante', afirmó Jaime Granados, del Departamento de Integración del BID.

Granados dijo además que la integración regional, entendida como la profundización de lazos comerciales, infraestructurales y físicos con los vecinos inmediatos, ofrece muchas oportunidades.

'Las pymes están llamadas a aprovechar esas oportunidades en nuestro contexto inmediato, por razones de afinidad regional, institucional, cultural, de gustos y preferencias del consumidor, por razones de geografía, inmediatez territorial que es sumamente importante, pues no hay que hacer esfuerzos tan grandes de exportación, como puede implicar exportar a grandes mercados alrededor del mundo. Hay definitivamente una brecha comercial que cerrar ahí', afirmó el experto del BID.

Granados manifestó que los países centroamericanos han estado muy orientados hacia la exportación a la Unión Europea y Estados Unidos, dejando de lado su circunscripción inmediata, la cual presenta oportunidades importantes, que se vieron claramente ilustradas con ocasión de las crisis globales.

'Las exportaciones de América Latina y el Caribe pasaron de US$119 millones, en 1980, a cerca de US$900 millones en el 2010, según datos de Cepal. Pero cada vez es más notoria la disminución de la participación de países desarrollados como compradores de bienes en América Latina y, cada vez es más importante el intercambio entre las economías latinoamericanas y las economías emergentes', afirmó el viceministro de Economía Industria y Comercio de Costa Rica, Luis álvarez.

Según el funcionario, esta situación presenta un gran desafío en función de la participación de las micro y pequeñas empresas y obliga a los gobiernos a hacer un cambio, desde la perspectiva de los negocios, pensando en generar empleo, fomentar el emprendimiento y fortalecer el desarrollo de las naciones.

Con álvarez coincidió la empresaria Ilse Hoffmaister, de la compañía Industrias Mafam, productora de snacks saludables. Su fábrica de bizcochos de queso y de galletas de coco experimentó una profunda transformación, producto de la firma del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés).

'En el momento que decidimos prepararnos para la internacionalización, no solo lo vimos como una oportunidad de crecimiento, sino como una estrategia de supervivencia: o hacíamos un cambio o podíamos morir en los siguientes años', señaló Hoffmaister.

Por esa razón, cambiaron su marca a una en otro idioma NutriSnacks y se dedicaron a la producción de alimentos saludables, tomando en cuenta los gustos y preferencias de un consumidor cada vez 'más global'.

'Empezamos a ver cómo el mercado local se iba a transformar en un mercado global, donde iban a ingresar muchos productos de otros países y fuimos cambiando nuestra visión del mercado, de los consumidores, nuestra forma de comunicarnos con ellos y todos estos cambios implicaron capacitarnos para la innovación, investigar, variar la tecnología, certificar nuestra planta a ISO 22000 para asegurar la calidad e inocuidad de nuestros alimentos', añadió la empresaria.

Ocho años después de ese proceso, la empresa tiene otra cartera de productos que representa más del 50% de sus ventas. 'Ahora nos ponemos a reflexionar que si no hubiéramos hecho todos esos cambios, posiblemente ya no estaríamos en el mercado. Por supuesto, ahora es la gran oportunidad de seguir creciendo a escala internacional', dijo Hoffmaister.

De acuerdo con Carlos Alberto dos Santos, del Servicio Brasileño de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa (Sebrae), la experiencia en Brasil demuestra que la integración es positiva para las pymes, las cuales tienen, en este contexto de crecimiento y de gran dinamismo, un reto y un desafío nuevo.

'Quizás, más que una oportunidad, es una necesidad, porque estos procesos dinámicos de integración regionales están pasando en muchas regiones, en muchas fronteras de nuestra América y las pymes tienen participación, sea directo el flujo de comercio (importación-exportación) o de forma indirecta, en cadenas de valor y cadenas productivas', afirmó el experto.

Según dos Santos, aunque pocas empresas consiguen internacionalizarse, como lo logró Industrias Mafam, existe un gran espacio para su participación y crecimiento a través de las cadenas de valor. 'Ahí sí hay oportunidades para muchas empresas, incluso los microempresarios, porque no hay una economía separada de la otra', afirmó el experto.

'Hay que pensar en el mercado más allá de la frontera. Este es un reto difícil, porque tenemos dificultades en el proceso de integración, dificultades de integración física: carreteras, puertos, aeropuertos y todo el tema del transporte. Tenemos también dificultades en la integración económica desde el punto de vista de tratados, acuerdos y mercados comunes', afirmó dos Santos.

De acuerdo con Gustavo Camacho, vicepresidente de Desarrollo Comercial y Nuevos Negocios de la Operación Centroamericana de Walmart de México y Centroamérica, la falta de agilización de trámites ha hecho que se pierdan oportunidades de negocio, lo cual, unido a problemas de acceso a los mercados, formalización de sus actividades, financiamiento oportuno y la falta de capacitación, constituyen los principales desafíos que enfrentan las pymes.

'Creo que si logramos realmente que formalicemos a más compañías, que les ayudemos a agilizar los trámites, que tengan acceso a nuestros mercados, financiamiento y capacitación, vamos a hacer la diferencia y eso nos toca a todos', concluyó el ejecutivo.

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