En el pulso que Apple y el FBI han mantenido durante meses por el iPhone de uno de los terroristas de San Bernardino (California) estaba en juego 'la privacidad de los usuarios', que insistía en proteger el gigante tecnológico, y la investigación que está llevando a cabo la policía federal norteamericana sobre el atentado en el que murieron 14 personas y veinte más resultaron heridas.
Libertad frente a seguridad volvían a enfrentarse en una disputa en la que Apple se ha mantenido firme hasta el último momento. La compañía de la manzana se había negado a colaborar con el FBI, pese a que existía una orden judicial que la obligaba a desbloquear el smartphone del terrorista, al no estar dispuesta 'a poner en peligro la información privada de millones de nuestros clientes', según afirmó en repetidas ocasiones Tim Cook, director ejecutivo de la firma del iPhone.
Apple recibió el apoyo de otros nombres propios del sector. Entre ellos, el de Mark Zuckerberg, máximo responsable de Facebook, quien aprovechó la jornada inaugural del Mobile World Congress -celebrado recientemente en Barcelona- para preguntarse en voz alta si 'desencriptando los móviles se soluciona el problema del terrorismo'. 'Empatizamos con Apple en su no al FBI', sentenció.
Finalmente, el FBI consiguió la semana pasada acceder a la totalidad de la información que se almacenaba en el iPhone de la discordia por la puerta de atrás, contratando los servicios de Cellebrite, una compañía de origen israelí especializada en análisis forenses y en extracción de datos que pertenece al grupo japonés Sun Corporation.
Desde el pasado 21 de marzo, las acciones de esta compañía nipona se han revalorizado más de un 40% en el mercado de renta variable, lo que supone elevar en cerca de US$70 millones su capitalización.
Un incremento que ha venido acompañado de un inusitado volumen de negociación en la firma cotizada. No en vano, si antes de hacerse público el anuncio por parte del FBI, se movía de media en el mercado 5 millones de acciones de la compañía cada día, ahora se negocian cerca de 78 millones, es decir, un 1,300% más.
UFED, la herramienta que necesitaba el FBI
La apuesta de esta pequeña compañía japonesa por los dispositivos móviles es creciente. Tanto que ya representa cerca del 50% de su negocio. Casi la mitad de sus ingresos proceden de este campo desplazando al que hasta hace unos años era su principal fuente de negocio, el Pachinko, un juego con mucho éxito en Japón que es muy parecido al clásico pinball.
Y es que, desde que en 2007 se hizo con la israelí Cellebrite, el porcentaje de sus ingresos procedentes de este negocio se ha disparado. De hecho, durante los últimos 3 años, la parte del negocio relacionada con la telefonía móvil ha crecido a un ritmo del 40% interanual.
Cellebrite es hoy una colaboradora habitual de fuerzas de seguridad y ejércitos en investigaciones antiterroristas. Más de 100 países han requerido en los últimos años los servicios de UFED (universal forensic extraction device, en inglés), la heramienta que la propia compañía describe como 'una solución forense móvil de alta tecnología que extrae, decodifica y analiza datos de dispositivos inteligentes, para su uso en aplicación de la ley'.
