Por Emprendedores.es
Un CEO al que le doblan la edad, que le da cien vueltas en conocimientos tecnológicos pero que, en otras áreas, se fían a pies juntillas de su experiencia profesional, describen el panorama de muchos equipos empresariales surgidos en el seno las startups. Son muchos quienes defienden la diversidad de generaciones en una plantilla. Uno es Carlos Pérez, director sectorial de Adecco, quien afirmaba recientemente: "Supone que, a la infinidad de diferencias individuales que conviven en una organización, se suman las diferencias propias de cada grupo de edad. Si estas diferencias se saben encauzar hacia la colaboración y el respeto, conseguirán sacar lo mejor de cada uno".
También Carme Castro, coach y socia fundadora de la consultora de recursos humanos Kainova, entiende que la relación intergeneracional en el trabajo puede resultar muy positiva. Advierte, sin embargo, de algunas situaciones atípicas que pueden aflorar en el seno de estas organizaciones. "A veces, lo que sucede en estos ambientes multigeneracionales, es que el directivo joven ve reflejado, de forma inconsciente, en los empleados de mayor edad la figura del padre, el tío o el hermano mayor, para bien o para mal. Lo mismo puede ocurrir a la inversa, cuando los mayores se atribuyen el papel de mentores o facilitadores. Todo dependerá de la madurez de las personas, un concepto que no va siempre ligado a la edad", aclara la coach.
Más joven y, además, mujer
María Badía, es una de las emprendedoras que se ve en esta situación. Impulsora de la plataforma online de crowdlending Grow.ly, asumió el cargo de CEO a los 23 años. Debajo, en el organigrama, figuran otros 5 profesionales, de los cuales 2 son prejubilados de banca. "La parte que más me cuesta es la de gestionar a las personas, porque tengo a profesionales con mucho talento, más inteligentes que yo en determinadas áreas y encima mayores, pero también es bueno porque aprendo de ellos y me dan mucha confianza", reconocía Badía en un encuentro organizado por la revista Emprendedores en el Centro de Innovación del BBVA.
Coincide Carme Castro en señalar que, la gestión de los recursos humanos, es una de las áreas que más difíciles parecen resultar a estos directivos nóveles. "Gestionar personas es un tema complicado a cualquier edad. Si a una decisión hostil, añadimos la falta de experiencia o madurez humana, lógica de la edad, lo normal es que puedan surgir situaciones de conflicto", advierte la coach.
Flexibilidad del organigrama
Por su parte, Javier Martín, CEO de Aluxion Labs, empresa de desarrollo de aplicaciones, prefiere quitar hierro al asunto. CEO desde los 20 años (ahora tiene 23) sostiene la democratización de las nuevas organizaciones empresariales, donde el liderazgo deja de estar vinculado a la imposición y la toma de decisiones se consulta a los profesionales. "Las startups han democratizado mucho las organizaciones empresariales y han flexibilizado el organigrama", manifiesta. La compañía cuenta con una plantilla de 21 personas "con perfiles que van desde los 24-25 años hasta seniors de 33-34. Hemos contratado a profesionales para cubrir áreas de conocimiento a las que nosotros no llegábamos y estamos encantados de contar con ellos", dice.
También a Adrián Barriuso le toca ejercer de CEO con 22 años en http://waitlesscompany.com/, cuyo equipo lo integran no sólo profesionales de distintas nacionalidades sino también de rango académico muy alto. "En nuestro equipo la relación es respetuosa y cordial, debatimos todo y actuamos con absoluta transparencia, pero alguien tiene que tomar y comunicar las decisiones, y eso me toca hacerlo a mí. Es algo que no me molesta porque considero que, cuando las cosas se razonan y se dicen con educación, no tienen por qué molestar".
Un CEO al que le doblan la edad, que le da cien vueltas en conocimientos tecnológicos pero que, en otras áreas, se fían a pies juntillas de su experiencia profesional, describen el panorama de muchos equipos empresariales surgidos en el seno las startups. Son muchos quienes defienden la diversidad de generaciones en una plantilla. Uno es Carlos Pérez, director sectorial de Adecco, quien afirmaba recientemente: "Supone que, a la infinidad de diferencias individuales que conviven en una organización, se suman las diferencias propias de cada grupo de edad. Si estas diferencias se saben encauzar hacia la colaboración y el respeto, conseguirán sacar lo mejor de cada uno".
También Carme Castro, coach y socia fundadora de la consultora de recursos humanos Kainova, entiende que la relación intergeneracional en el trabajo puede resultar muy positiva. Advierte, sin embargo, de algunas situaciones atípicas que pueden aflorar en el seno de estas organizaciones. "A veces, lo que sucede en estos ambientes multigeneracionales, es que el directivo joven ve reflejado, de forma inconsciente, en los empleados de mayor edad la figura del padre, el tío o el hermano mayor, para bien o para mal. Lo mismo puede ocurrir a la inversa, cuando los mayores se atribuyen el papel de mentores o facilitadores. Todo dependerá de la madurez de las personas, un concepto que no va siempre ligado a la edad", aclara la coach.
Más joven y, además, mujer
María Badía, es una de las emprendedoras que se ve en esta situación. Impulsora de la plataforma online de crowdlending Grow.ly, asumió el cargo de CEO a los 23 años. Debajo, en el organigrama, figuran otros 5 profesionales, de los cuales 2 son prejubilados de banca. "La parte que más me cuesta es la de gestionar a las personas, porque tengo a profesionales con mucho talento, más inteligentes que yo en determinadas áreas y encima mayores, pero también es bueno porque aprendo de ellos y me dan mucha confianza", reconocía Badía en un encuentro organizado por la revista Emprendedores en el Centro de Innovación del BBVA.
Coincide Carme Castro en señalar que, la gestión de los recursos humanos, es una de las áreas que más difíciles parecen resultar a estos directivos nóveles. "Gestionar personas es un tema complicado a cualquier edad. Si a una decisión hostil, añadimos la falta de experiencia o madurez humana, lógica de la edad, lo normal es que puedan surgir situaciones de conflicto", advierte la coach.
Flexibilidad del organigrama
Por su parte, Javier Martín, CEO de Aluxion Labs, empresa de desarrollo de aplicaciones, prefiere quitar hierro al asunto. CEO desde los 20 años (ahora tiene 23) sostiene la democratización de las nuevas organizaciones empresariales, donde el liderazgo deja de estar vinculado a la imposición y la toma de decisiones se consulta a los profesionales. "Las startups han democratizado mucho las organizaciones empresariales y han flexibilizado el organigrama", manifiesta. La compañía cuenta con una plantilla de 21 personas "con perfiles que van desde los 24-25 años hasta seniors de 33-34. Hemos contratado a profesionales para cubrir áreas de conocimiento a las que nosotros no llegábamos y estamos encantados de contar con ellos", dice.
También a Adrián Barriuso le toca ejercer de CEO con 22 años en http://waitlesscompany.com/, cuyo equipo lo integran no sólo profesionales de distintas nacionalidades sino también de rango académico muy alto. "En nuestro equipo la relación es respetuosa y cordial, debatimos todo y actuamos con absoluta transparencia, pero alguien tiene que tomar y comunicar las decisiones, y eso me toca hacerlo a mí. Es algo que no me molesta porque considero que, cuando las cosas se razonan y se dicen con educación, no tienen por qué molestar".
