Por Notimex
El gigante japonés de la fabricación de vehículos, Toyota, advirtió hoy que la eventual imposición de un arancel a las importaciones automotrices podría impactar negativamente en los empleos en Estados Unidos, así como en el costo de los vehículos.
'En Estados Unidos, Toyota tiene 10 plantas, 136,000 empleados y 1,500 distribuidores que contribuyen a sus economías locales', señaló la empresa en su cuenta de Twitter, dedicada a plasmar sus posiciones en tema de política. 'Los aranceles sobre las importaciones automotrices podrían perjudicar los empleos estadounidenses y elevar los costos a los consumidores', remató.
La empresa japonesa se unió así a las armadoras estadunidenses, empresarios y políticos republicanos que han cuestionado la decisión del presidente Donald Trump de ordenar una investigación comercial que podría resultar en la imposición de aranceles a las importaciones de autos, camionetas y autopartes.
Trump ordenó el pasado miércoles al Departamento de Comercio iniciar una investigación de seguridad nacional bajo la sección 232 de la ley de expansión comercial, tal como lo había hecho recientemente en el caso de las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos.
Tras su decisión, la Alianza de Fabricantes de Automóviles hizo un llamado a la administración Trump para evitar que se imponga un arancel a las importaciones automotrices.
'Estamos seguros que las importaciones de vehículos no representan un riesgo de seguridad nacional para Estados Unidos', indicó el grupo, que aglutina a Fiat Chrysler, General Motors y Ford, además de Nissan, Hyundai y BMW.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos, el mayor organismo empresarial del mundo y un abierto partidario del libre comercio, se sumó también a las críticas contra la administración Trump.
'Si esta propuesta se consuma, sería un golpe brutal contra la industria que se supone quiere proteger, y amenazaría con detonar una guerra comercial global', advirtió el presidente de la Cámara, Thomas Donohue.
Un grupo de republicanos influyentes, incluidos los presidentes del Comité Judicial y de Asuntos Exteriores del Senado, Orrin Hatch y Bob Corker, de manera respectiva, ha expresado críticas similares.
Las acciones de la administración Trump tienen lugar en momentos que Estados Unidos, México y Canadá se encuentran en medio de las negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Los tres países han admitido que todavía subsisten diversas asignaturas pendientes dentro del proceso de negociación, pero el tema del comercio automotriz ha merecido una mayor atención.
El gigante japonés de la fabricación de vehículos, Toyota, advirtió hoy que la eventual imposición de un arancel a las importaciones automotrices podría impactar negativamente en los empleos en Estados Unidos, así como en el costo de los vehículos.
'En Estados Unidos, Toyota tiene 10 plantas, 136,000 empleados y 1,500 distribuidores que contribuyen a sus economías locales', señaló la empresa en su cuenta de Twitter, dedicada a plasmar sus posiciones en tema de política. 'Los aranceles sobre las importaciones automotrices podrían perjudicar los empleos estadounidenses y elevar los costos a los consumidores', remató.
La empresa japonesa se unió así a las armadoras estadunidenses, empresarios y políticos republicanos que han cuestionado la decisión del presidente Donald Trump de ordenar una investigación comercial que podría resultar en la imposición de aranceles a las importaciones de autos, camionetas y autopartes.
Trump ordenó el pasado miércoles al Departamento de Comercio iniciar una investigación de seguridad nacional bajo la sección 232 de la ley de expansión comercial, tal como lo había hecho recientemente en el caso de las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos.
Tras su decisión, la Alianza de Fabricantes de Automóviles hizo un llamado a la administración Trump para evitar que se imponga un arancel a las importaciones automotrices.
'Estamos seguros que las importaciones de vehículos no representan un riesgo de seguridad nacional para Estados Unidos', indicó el grupo, que aglutina a Fiat Chrysler, General Motors y Ford, además de Nissan, Hyundai y BMW.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos, el mayor organismo empresarial del mundo y un abierto partidario del libre comercio, se sumó también a las críticas contra la administración Trump.
'Si esta propuesta se consuma, sería un golpe brutal contra la industria que se supone quiere proteger, y amenazaría con detonar una guerra comercial global', advirtió el presidente de la Cámara, Thomas Donohue.
Un grupo de republicanos influyentes, incluidos los presidentes del Comité Judicial y de Asuntos Exteriores del Senado, Orrin Hatch y Bob Corker, de manera respectiva, ha expresado críticas similares.
Las acciones de la administración Trump tienen lugar en momentos que Estados Unidos, México y Canadá se encuentran en medio de las negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Los tres países han admitido que todavía subsisten diversas asignaturas pendientes dentro del proceso de negociación, pero el tema del comercio automotriz ha merecido una mayor atención.
