La calidad en toda actividad humana viene por la eficiencia, una cualidad que John D. Rockefeller exigía en sus colaboradores en la segunda mitad del siglo XIX, cuando figuraba como el zar del kerosene en Estados Unidos. La educación no es la excepción a esta fórmula de éxito y es lo que pretende la salvadoreña ESEN en una propuesta para mejorar ese rubro en El Salvador
Por: Alberto López - estrategiaynegocios.net
La Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) en El Salvador presentó ayer su estudio de política educativa para generar oportunidades en el país, la cual requeriría de un sólido y fuerte consenso entre docentes y otros sectores para hacerla posible, sobre todo al referirse a uno de los pilares de la misma que hace énfasis exactamente en apostarle a la calidad de los profesores. Una piedra en el zapato ya experimentada en México, donde todo parecía caminar sobre ruedas cuando el Presidente Enrique Peña Nieto lanzó su reforma educativa, una de sus principales propuestas de campaña, pero que al llegar a las bases magisteriales incendió a gran parte de los sindicatos de docentes, estos últimos días.
Las protestas paralizaron muchas ciudades principales en el territorio mexicano, al grado de intentar tomarse el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el emblemático Zócalo, de donde se desalojó a los manifestantes en la víspera del Grito de Independencia, el pasado domingo 15 de septiembre, encabezado por el mismo Peña Nieto y que sería su primera participación como mandatario, tras su toma de posesión el 1 de diciembre del año pasado.
Una variable imposible de ignorar en El Salvador, un país tan lleno de contradicciones legales y de acción, donde la Constitución permite la libre organización en sindicatos y solo restringe a los empleados públicos, pero son estos últimos los mejor organizados al respecto, salvo contadas excepciones en el sector privado, por lo que el amplio consenso en este tema es primordial, pues cualquier tipo de iniciativa que conlleve apostarle a la calidad exigirá resultados, capacitaciones, certificaciones y evaluaciones que pueden ser interpretadas como inestabilidad laboral, como ha sido el caso en México.
Precisamente, en ello se enfoca la propuesta de la ESEN que fue presentada a los candidatos presidenciales de las próximas elecciones de febrero del siguiente año, a cuya presentación solo asistió Norman Quijano, candidato de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena). No asistieron Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, el partido en el gobierno, y Elías Antonio Saca, de la coalición de partidos aglutinados en Unidad y ex Presidente en el período 2004-2009.
El diagnóstico de la ESEN en su estudio 'Educación: generando oportunidades, cinco pilares, 12 ideas' refleja estadísticas alarmantes en El Salvador, como la baja inversión en educación que el año pasado solo alcanzó el 3,74% del Producto Interno Bruto (PIB), un total para 2012 de US$46.050 millones.
Países cercanos como Costa Rica invierten al menos un 7% del PIB en su rubro de educación, por lo que la sugerencia de la ESEN es que se aumente en 1,5% esa inversión para alcanzar 5,25%, de forma constante, en los próximos siete años.
Mientras que este año, la inversión del presupuesto salvadoreño (de US$4.505,3 millones) contempló alrededor del 20% para educación, cerca de US$900 millones; sin embargo, hace una década era la misma proporción destinada, lo que refleja que no ha cambiado en 10 años.
Según el director general de la ESEN, Everardo Rivera, en la misma línea del estudio, 1,9 millones de niños entre los 14 y los 17 años reciben educación en El Salvador, mientras cerca de 800.000 no asisten a clases y solo uno de cada tres finaliza su educación superior.
'En 2006, el país obtuvo el segundo puntaje más bajo en Matemáticas en Latinoamérica, en un índice de medición académico de educación básica', recordó Rivera, lo que coincide con los resultados de la Prueba de Aptitudes para Estudiantes de Secundaria (PAES) que el Ministerio de Educación realiza cada año a estudiantes próximos a graduarse de bachillerato y que en sus últimas ediciones refleja serias deficiencias en Lenguaje y Matemáticas.
Además, de acuerdo con el estudio, existe una tasa bajísima de colegiatura (del 0,6%),en edades tempranas, entre cero y tres años, donde se requiere de la formación en estimulación temprana para adoptar las aptitudes necesarias que formarán al futuro individuo; mientras existe una tasa muy baja también en el segmento de bachillerato.
Pero no todo es negativo, en el segmento de primero a sexto grado, la tasa es casi del 100%, con el 93,7%, donde se potencia la lectura y la aritmética básicas.
Para el rector de la ESEN y presidente del Grupo Poma, Ricardo Poma, 'se necesita de un consenso mínimo para apostar por el desarrollo y el progreso del país y la educación es un tema medular para alcanzar esas metas, más que un tema de Gobierno es un tema de Estado'.
'La educación y el desarrollo deben ir de la mano, dentro de un esquema de garantía a las libertades que permitirán el desarrollo de cada ciudadano además de incorporar herramientas tecnológicas que posibiliten ese desarrollo', agregó.
El estudio fue elaborado por sobresalientes ex alumnos y actuales docentes y autoridades del centro de estudios superiores, como su actual director Everardo Rivera y la decana de Economía Carmen Aída Lazo, entre otros.
Otro detalle adverso es que las tres cuartas partes del presupuesto del Ministerio de Educación, al menos el correspondiente al 2010, se destinaron para remuneraciones o salarios y para la nueva modalidad de beneficio social de uniformes y útiles escolares, implementada por la administración del Presidente Mauricio Funes, desde el 2009.
De ahí que el tema de infraestructura, que no recibe la suficiente inyección de fondos del presupuesto estatal, es también un pilar fundamental en las recomendaciones del estudio de la ESEN.
Rivera es realista y reconoce que los consensos son vitales para lograr arrancar con esta iniciativa, al igual, aunque escuetamente, que el candidato arenero Norman Quijano al responder a Estrategia & Negocios sobre la piedra en el zapato de los posibles reclamos sindicales que puede acarrear el tema de mejorar la calidad de los docentes.
Rivera agregó que debe ser paulatino y parte de un proceso, no todo de la noche a la mañana, y por eso es que se han marcado un período de siete años, donde en los primeros tres años se prevé rehabilitar la infraestructura de escuelas que se encuentra deteriorada y en los siguientes tres años, para sumar ya seis de la iniciativa, agregar nueva infraestructura.
