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¿Qué implicará para la calificación de Guatemala la débil gobernabilidad?

S&P Global Ratings responde algunas preguntas frecuentes de los inversionistas sobre cómo las condiciones políticas podrían afectar al soberano y a las instituciones financieras locales.

2024-01-31

Por revistaeyn.com

Bernardo Arévalo, del partido político de centro izquierda Semilla, se convirtió en el nuevo presidente de Guatemala para un mandato de cuatro años (2024-2028). Se postuló con una plataforma anticorrupción que apelaba al descontento público hacia la élite gobernante.

Arévalo recibió sólo 11,8 % de los votos en las elecciones primarias de junio del año pasado, y luego obtuvo el 58 % de los votos contra la contendiente Sandra Torres en la segunda vuelta de las elecciones de agosto.

Varios acontecimientos políticos antes, durante y después de las elecciones han generado inquietudes con respecto al sistema democrático del país. Según críticos locales e internacionales, la autoridad electoral expulsó arbitrariamente a varios candidatos y partidos de la carrera electoral.

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¿Cuánto capital político tendrá el presidente Arévalo para aprobar e implementar reformas?

Junto con la primera vuelta de las elecciones presidenciales, los guatemaltecos también eligieron un nuevo Congreso. Debido a que la votación de la primera vuelta estuvo dividida, el partido Semilla del presidente Arévalo ocupa sólo 23 de los 160 escaños del Congreso, lo que debilita su gobernabilidad y limita su capacidad para aprobar leyes. Además, dado que el partido de gobierno se encuentra actualmente suspendido por la autoridad electoral, sus miembros del Congreso prestaron juramento como miembros independientes, no como miembros del partido.

"Por ello, esperamos que el mandato del presidente Arévalo se caracterice por una gobernabilidad débil, algo que ya se refleja en el hecho de que el Congreso anterior aprobó un presupuesto para 2024 que luego fue rechazado por la Corte Constitucional. Esto implica que el presupuesto anterior de 2023 se utilizará para el año fiscal actual (con algunos ajustes), imponiendo restricciones presupuestarias", señala S&P.

Sin embargo, las disputas entre el Congreso y la presidencia no son nuevas en la política guatemalteca. Los gobiernos anteriores han enfrentado obstáculos para aprobar los presupuestos a tiempo en el Congreso, lo que a menudo condujo a una reautorización automática del presupuesto del año anterior. Estas discusiones han debilitado la implementación de políticas públicas y, en ocasiones, han provocado descontento social y protestas violentas.

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¿La turbulencia política se ha traducido en condiciones de mercado más difíciles para Guatemala?

Algunos indicadores financieros muestran que los inversionistas parecen centrarse más en las prudentes políticas macroeconómicas de Guatemala que en la incertidumbre política. Por ejemplo, los diferenciales del índice de bonos de mercados emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés) se han comportado en línea con los de sus pares en la misma categoría de calificación, como Paraguay (BB/Estable/B). Ha habido algunas desviaciones menores entre los diferenciales de los dos países en los últimos meses, pero se redujeron el 14 de diciembre después de que la Corte Suprema de Guatemala dictaminó que el presidente Arévalo asumiría el cargo en enero de 2024, lo que tranquilizó a los inversionistas.

"Consideramos que el sentimiento de los inversionistas hacia Guatemala será clave porque esperamos que el país continúe emitiendo deuda en el mercado internacional. En un escenario externo más difícil de tasas de interés más altas durante más tiempo, las emisiones de deuda podrían encarecerse aún más y agravar los perfiles, fiscal y de deuda, del país", apunta la agencia.

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¿Qué se necesitaría para que S&P Global Ratings bajara la calificación soberana de Guatemala dada la situación política actual?

A pesar de la actual agitación política, Guatemala ha tenido un largo historial de políticas fiscales y monetarias cautelosas. Esperan que el gobierno registre déficits fiscales relativamente bajos y manejables de alrededor del 2 % del PIB durante los próximos tres años, en línea con su promedio histórico. Esto permitirá al gobierno mantener una deuda neta estable, de 20 % del PIB, entre las más bajas de la región.

El país también se beneficia de un fuerte perfil externo. Debido a que registra constantemente superávits de la cuenta corriente de alrededor de 1 % del PIB cada año, Guatemala ha podido acumular importantes reservas internacionales, que actualmente representan alrededor de 21 % del PIB y actúan como una protección externa contra posibles presiones sobre el quetzal guatemalteco.

Sin embargo, si la actualmente débil gobernabilidad exacerbara la incertidumbre política, podría provocar retrasos perjudiciales en la aprobación de legislación clave, como el presupuesto anual o las autorizaciones de endeudamiento. Esto, a su vez, podría afectar el compromiso del país con el servicio de su deuda, lo que podría derivar en una baja de la calificación.

¿Podrá Guatemala alcanzar una calificación de grado de inversión durante esta administración?

La calificación soberana de Guatemala (BB/Estable/B) todavía está dos niveles por debajo del umbral de grado de inversión de 'BBB-'. Podría subir si un contexto político y medidas favorables tomadas por el gobierno aumentan la confianza de los inversionistas, y generan un crecimiento económico mayor al esperado.

Un alza adicional de la calificación soberana a 'BBB-' desde 'BB+' probablemente dependería de un fortalecimiento significativo del marco regulatorio y legal del país para reducir la incertidumbre y las luchas políticas internas que disminuyen la confianza de los inversionistas y perjudican la gestión fiscal. Las reformas que fortalezcan el ejercicio de la ley, incluidos los esfuerzos constantes para controlar la corrupción, también reforzarían las instituciones, lo que podría llevarnos a subir las calificaciones en los próximos años.

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