El Nuevo Herald
Después de toda una noche en que cientos de viajeros del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) perdieron la conexión de sus vuelos debido a un serio desperfecto en el sistema de computadoras de la Aduana que afectó a varios estados, el martes las colas en el MIA y en otros aeropuertos del país avanzaban con toda tranquilidad.
"Ya regresamos a la normalidad", dijo Migdalia Arteaga, funcionaria de Asuntos Públicos del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) en el aeropuerto de Miami.
Pero fue un verdadero caos horas antes, cuando el problema con las computadoras obligó al CBP a procesar manualmente a los viajeros. Ello hizo mucho más lento el tiempo habitual de espera, que oscila entre media hora y una hora durante un tiempo normal, a varias horas, lo que provocó que cientos de viajeros perdieran la conexión de sus vuelos. La mayoría de los pasajeros volaban por American Airlines, dijo Greg Chin, portavoz del Departamento de Aviación del Condado Miami-Dade.
No sólo era una noche mala para vivir el problema -con miles de pasajeros moviéndose de un lado a otro luego de un fin de semana largo por las fiestas navideñas- sino que el aeropuerto era de por sí un lugar den pesadilla para que ocurriera algo semejante, ya que tenía el mayor volumen de viajeros internacionales que ningún otro aeropuerto de Estados Unidos, salvo el JFK de Nueva York.
Para poder acomodar a los viajeros desplazados, el aeropuerto abrió un auditorio en el Pasillo D para los que necesitaran un lugar donde pasar la noche.
En una declaración que dio a conocer, CBP dijo: "Durante la interrupción técnica, tuvimos acceso a bases de datos relacionadas con la seguridad nacional y todos los viajeros pudieron ser investigados según los estándares de seguridad regulares. Hasta el momento, no hay ningún indicio de que el trastorno haya tenido que ver con nada malicioso. Cuando ocurre un problema de este tipo, nuestros funcionarios implementan procedimientos alternativos para facilitar la llegada de los pasajeros que llegan al país".
Después de toda una noche en que cientos de viajeros del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) perdieron la conexión de sus vuelos debido a un serio desperfecto en el sistema de computadoras de la Aduana que afectó a varios estados, el martes las colas en el MIA y en otros aeropuertos del país avanzaban con toda tranquilidad.
"Ya regresamos a la normalidad", dijo Migdalia Arteaga, funcionaria de Asuntos Públicos del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) en el aeropuerto de Miami.
Pero fue un verdadero caos horas antes, cuando el problema con las computadoras obligó al CBP a procesar manualmente a los viajeros. Ello hizo mucho más lento el tiempo habitual de espera, que oscila entre media hora y una hora durante un tiempo normal, a varias horas, lo que provocó que cientos de viajeros perdieran la conexión de sus vuelos. La mayoría de los pasajeros volaban por American Airlines, dijo Greg Chin, portavoz del Departamento de Aviación del Condado Miami-Dade.
No sólo era una noche mala para vivir el problema -con miles de pasajeros moviéndose de un lado a otro luego de un fin de semana largo por las fiestas navideñas- sino que el aeropuerto era de por sí un lugar den pesadilla para que ocurriera algo semejante, ya que tenía el mayor volumen de viajeros internacionales que ningún otro aeropuerto de Estados Unidos, salvo el JFK de Nueva York.
Para poder acomodar a los viajeros desplazados, el aeropuerto abrió un auditorio en el Pasillo D para los que necesitaran un lugar donde pasar la noche.
En una declaración que dio a conocer, CBP dijo: "Durante la interrupción técnica, tuvimos acceso a bases de datos relacionadas con la seguridad nacional y todos los viajeros pudieron ser investigados según los estándares de seguridad regulares. Hasta el momento, no hay ningún indicio de que el trastorno haya tenido que ver con nada malicioso. Cuando ocurre un problema de este tipo, nuestros funcionarios implementan procedimientos alternativos para facilitar la llegada de los pasajeros que llegan al país".
