La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) cumple 10 años de labor, un camino en el que junto al Ministerio Público ha asestado duros golpes a la corrupción.
Su actual jefe, el colombiano Iván Velásquez, dijo a Prensa Libre que las investigaciones continúan, que del caso de Sinibaldi surgirán "muchos otros" y que pese a que señalan la labor de sesgada, manifiesta sí se ha tocado a la Unión Nacional de la Esperanza.
El exmagistrado hace un balance de los 10 años de operación de la CICIG y de su aporte a Guatemala. 'Ha sido un aporte importante. De un lado, lo que significa una experiencia tan novedosa como un mecanismo de contribución desde la comunidad internacional con un país en un tema específico de justicia, y que es, sobre todo, visto también desde la otra parte, desde el país, un país que llega a un punto de reconocer que sería adecuada una colaboración internacional para solucionar un problema de impunidad constante que mantenía'.
Sostiene que también ha contribuido en cuanto a avances legislativos, se ha modernizado la legislación, pero que todavía falta mucho.
Velásquez estuvo en el ojo del huracán en las últimas semanas tras una movida presidencial que buscó removerlo del cargo, las maniobras incluyeron una visita a la sede de la ONU en Nueva York, pero además de un intento de expulsión del país del mismo Velásquez (firmada por Jimmy Morales) decisión que abrió una profunda grieta entre el poder y la lucha anticorrupción y que fue frenada por la Corte de Constitucionalidad.
'Mientras exista la posibilidad de seguir trabajando de acuerdo con mis convicciones, y mis convicciones son de justicia, de no favoritismo, de no preferencia, de no ocultamiento de la verdad, mientras pueda seguir haciendo eso, yo voy a permanecer, es decir que yo no renuncio', dijo el jefe de la CICIG a Prensa Libre.
Velásquez destaca que los movimientos de las últimas tres semanas dejan claro que todavía no se ha llegado al punto de quiebre, que todavía es posible un retroceso en el tema de justicia.
'Había muchos sectores, de muchas especies, que tenían interés en que las investigaciones se frenaran o en que no se continuaran. Y decía que no solo eran los sectores del Mariscal Zavala, hay personas muy preocupadas por su situación que venían desde el pasado intentando frenar. Una manera de frenar es la campaña que fue tan fuerte, que ha sido realmente una campaña feroz, especialmente contra la Fiscal General y contra mí', sostiene.
Pese a la relevancia de la declaratoria de non grato, el exmagistrado prefiere no polemizar y añade que hablar del caso es innececario y que prefiere que sea su labor y la del equipo de la CICIG y el MP el que hable por sí mismo. 'Yo no voy a hablar del tema particular de la declaratoria del non grato, porque me parece en este momento realmente innecesario, aquí el problema no es de confrontaciones, no es de contradicciones, nosotros asumimos desde la Cicig nuestra labor de investigación, y hemos seguido a partir del 27 de agosto -día en que el presidente lo declara non grato y ordena su expulsión-, hemos seguido y el 28 y el 29 y hemos seguido hasta hoy haciendo el trabajo que nos corresponde', detalló.
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