Centroamérica & Mundo

Guatemala busca US$100 millones para reducir desnutrición infantil

Hambre ha crecido en el país centroamericano desde los años 90, pasando de afectar a 1,4 millones entonces, a 2,5 millones en la actualidad.

2017-01-26

Por: elperiodico.com.gt

Guatemala negociará con el Banco Mundial (BM) un préstamo por US$100 millones, que tendría como fin apoyar la lucha contra la desnutrición infantil en el país. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 40 por ciento de niños menores de cinco años sufren desnutrición de tipo crónico.

Esta operación se prepara con el Gobierno de turno "porque la desnutrición infantil es un tema crítico para el BM y un lastre para el futuro del país", según Humberto López, director para Centroamérica del organismo multilateral.

"Los niños que no están bien nutridos tienen deficiencias cognitivas, cuando asisten a la escuela no van al mejor nivel. Sin acceso a educación es difícil tener un instrumento para salir de la pobreza", comentó López.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) existen 66 millones de niños con hambre en edad escolar alrededor del mundo. De acuerdo con sus cifras, se necesitan US$3.2 millardos anuales para atender el problema. Señalan que el hambre causa el 45 por ciento de las muertes en niños menores de cinco años. A los que sobreviven les causa problemas de crecimiento.

En aumento

En el caso concreto de Guatemala, al revisar las cifras de desnutrición se observa que en los últimos años en vez de disminuir han aumentado. Según los datos de la FAO, en los años noventa el hambre afectaba a 1.4 millones de personas y actualmente la cifra llega a 2.5 millones.

Foto: Estrategia y Negocios

Al comparar con el resto de países de Centroamérica, se puede observar que las peores cifras en la región las muestra Nicaragua, con un porcentaje de desnutrición del 16.6 por ciento. Pero la diferencia es que ese país tenía 2.3 millones de personas en esa situación en los años noventa y actualmente solo un millón. Honduras y El Salvador tienen un porcentaje cercano al 12 por ciento y Costa Rica se sitúa abajo del cinco por ciento.

La mayoría de países con niveles de desnutrición muy altos, es decir arriba del 35 por ciento, se encuentran en áfrica. En ese grupo se encuentra la República Centroafricana, Zambia y Namibia. Pero también están Haití y Corea del Norte.

De acuerdo al PMA hay 795 millones de personas en el mundo que no tienen suficientes alimentos para una vida saludable y activa. Asia es el continente donde más personas padecen hambre, pero el áfrica Subsahariana es la región con mayor población desnutrida.

Poco impacto del gasto social

Desde la firma de los Acuerdos de Paz, el porcentaje del gasto público social (GPS) respecto al Producto Interno Bruto (PIB) ha ido en aumento, pasando del 3.18 por ciento en 1995 al 5.28 por ciento en 2005. En los siguientes diez años el promedio se situó en el 5.72 por ciento de acuerdo al informe publicado ayer por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) titulada Desafíos del Gasto Público Social.

Claudia García, coordinadora del Departamento de Investigación y Consultoría Económica de Asíes, opina que no se ha visto un efecto del gasto público social, algo que está ligado a la disponibilidad de recursos, pero también a una buena utilización de ellos. Añade que en los últimos años lo que se ha visto es un incremento de la tasa de pobreza y un alto grado de acumulación de la riqueza en pocas manos.

El estudio se centra en medir el GPS en los rubros de salud y asistencia social, educación, vivienda y seguridad. Y en sus conclusiones destaca que, aunque algunos años se "han logrado los objetivos presupuestarios planteados en materia social, el gasto público no ha logrado resultados esperados".

En ese sentido, Maynor Cabrera, analista de la Fundación Economía para el Desarrollo, considera que aunque el monto destinado al gasto social es considerable, quizás no es suficiente para prestar servicios sociales de calidad.

"También hay que ver que la ejecución pública se ha contaminado de corrupción y no ha habido objetivos claros que se quieran alcanzar. Predomina cierta inercia en la ejecución de programas, pero el punto es que no hay visión estratégica de la política social. Si uno quiere lograr ciertos resultados, sale más barato si se divide un poco en educación, en salud o en vivienda y no invertir todo a una cosa de forma desconectada. Y con este gobierno sigo sin ver una visión estratégica y se sigue haciendo lo mismo que se hacía hasta ahora", explicó Cabrera.

Una de las dudas que surge al revisar los resultados de la inversión social es si realmente los fondos destinados han servido de algo. En ese sentido, Andrés Navas, uno de los autores del estudio, no cree que se haya tirado el dinero, ya que muchas personas se vieron beneficiadas y tienen una mejor calidad de vida. Pero sí reconoce que no se tuvo el impacto necesario porque muchas personas siguen en condiciones de pobreza.

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