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Gobierno de Nicaragua condena por ciberdelitos a campesino que no tiene smartphone  ni computadora y no usa redes sociales

La justicia nicaragüese condenó al campesino Santos Camilo Bellorín Lira a 11 años de cárcel, seis por “conspiración”, y cinco por presuntamente propagar noticias falsas a través de las tecnologías de la información y comunicación

2022-02-21

Por Confidencial

Las manos de Santos Camilo Bellorín Lira son toscas, gruesas por los callos sobre callos que se le han formado por décadas de trabajo en el campo, sin embargo, el Ministerio Público describe al campesino como un ciudadano con "habilidades" en sistemas informáticos y redes sociales.

Bellorín, de 56 años, llegó hasta quinto grado de primaria. Abandonó los estudios para dedicarse al campo y apoyar a su familia. Casi todos sus años los ha vivido en la pequeña comunidad rural de Santa Teresa de Guasuyuca, en el municipio de Pueblo Nuevo, Estelí, a más de 230 kilómetros de Managua, la capital nicaragüense.

En su pequeña vivienda no hay computadoras, nunca ha poseído un teléfono móvil inteligente y no tiene cuentas en Facebook, Twitter, Instagram u otra red social.

No obstante, la Fiscalía lo acusó en noviembre pasado de usar las redes sociales para crear "alarma, temor y zozobra" entre los habitantes de Pueblo Nuevo.

El pasado martes 15 de febrero, el campesino fue condenado a 11 años de cárcel: seis años por el supuesto "delito de menoscabo a la integridad nacional (conspiración)", y cinco años por presuntamente propagar noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación.

Acusado por la Policía

La fiscal Auxiliadora Sequeira Suazo presentó como testigos a cinco oficiales de las delegaciones de Pueblo Nuevo y Estelí, zonas situadas al norte de Nicaragua, entre ellos jefes policiales, peritos y detectives.

Boanerges Fornos, exfiscal departamental del Ministerio Público y director del organismo Acción Penal, explicó recientemente que, en todos los juicios políticos, la Fiscalía "utiliza oficiales de la Policía que dicen lo que el régimen quiere que diga", por eso ningún civil ha sido llamado como testigo.

Para sustentar la acusación de ciberdelitos, la Fiscalía presentó capturas de unos tuits y post compartidos desde unas supuestas cuentas en Twitter y Facebook del campesino.

En Twitter, solo hay dos perfiles asociados al nombre de Santos Bellorín: una es @ocotal51, que nunca ha registrado actividad. La otra es @BellorinSantos, a nombre de Santos Rafael Bellorín, que tampoco muestra actividad.

La fiscal señaló además que el campesino publicó en Facebook, en marzo de 2021, un post desde el perfil Santos BOVG59, en el que supuestamente llamaba "circo" a las elecciones pasadas.

Según la defensa, la Fiscalía no presentó ninguna prueba de que esas cuentas y perfiles eran del campesino.

"El Ministerio Público lo acusa como Santos Bellorín, pero Santos Bellorín pueden existir muchos. Estamos ante un delito atípico, que no existe. Están acusando a una persona que no es la que difundió esos mensajes", detalló ‘Isabel’.

Abogados y especialistas en Derecho Penal han detallado que "publicaciones de Twitter, retuits a mensajes de otras personas u organizaciones internacionales, entrevistas a medios de comunicación en las que piden sanciones individuales, entrevistas a policías que se contradicen, mensajes en sus celulares", son algunas de las supuestas pruebas del Ministerio Público en los juicios políticos.

Detenido con engaño

"Han condenado a los presos políticos con unas pruebas ridículas que no comprueban nada, más que la sed de venganza del régimen hacía ellos. Son pruebas que en cualquier juicio real se caerían en dos segundos, lo que están haciendo roza la parodia", destacó una defensora, que por seguridad solicitó omitir su nombre.

Bellorín fue detenido el sábado 6 de noviembre de 2021, en una redada en contra de los ciudadanos críticos, en vísperas de las votaciones generales del domingo 7 de noviembre.

El campesino fue dejado en libertad el 9 de noviembre, pero dos días después oficiales de la Policía de Pueblo Nuevo lo citaron para firmar unos documentos, y nunca más volvió a su casa.

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