Parecía que todo se le podía perdonar a Donald Trump. Que no había ninguna decisión, ningún escándalo, ninguna crisis que pudiera encender las alertas en su partido y entre los medios de comunicación que le apoyan. Que, en sus propias palabras, 'podía disparar a alguien en la Quinta Avenida y no perder un solo voto'. Pero finalmente ha ocurrido: la rueda de prensa tras su encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, en el que atacó a la inteligencia estadounidense y al FBI para defender a Rusia de las acusaciones de influir en las elecciones de 2016 a su favor, ha desatado una catarata de mensajes de rechazo y de acusaciones de traición. Hasta la cadena ultraconservadora Fox News, en un acto sin precedentes, ha criticado al magnate por su actitud.
El encuentro ha sacudido los cimientos de Washington. Sobre todo porque nadie se esperaba algo así. Según contaron fuentes de la Casa Blanca al Washington Post, el magnate recibió un dossier de 100 páginas explicando por qué debía actuar lo más duramente posible con Putin- un dossier que ignoró completamente. 'Las declaraciones de Trump fueron muy en contra de lo planeado', dijeron esas fuentes al Post.
Según el New York Times, esos mismos ayudantes de Trump, 'en estado de shock', se pasaron el viaje de vuelta evitando acercarse al asiento de Trump en el Air Force One para evitar oir sus 'lamentos' sobre cómo los medios estaban recibiendo su rueda de prensa.
Porque, durante toda la tarde del lunes y este martes, políticos de todos los colores no han dejado de salir a criticar duramente a Trump. Destaca especialmente el senador John McCain, enfermo de cáncer, que lanzó un durísimo comunicado tachando las declaraciones del presidente de 'una de las actuaciones más vergonzosas de un presidente en la historia', de 'uno de los puntos más bajos de la presidencia', 'una paliza patética' y 'una humillación miserable ante un tirano'.
El exjefe de la CIA, John Brennan, le acusó de 'traición', y el expresidente del Partido Republicano Michael Steele le describió como 'un espía junto a su controlador'.
La prensa conservadora se rebela
Los periódicos son unánimes. 'Trump se alinea con Putin', dice el conservador Washington Times, rival del Post. 'Vergonzoso', titula el Arizona Republic, que ha apoyado a todos los candidatos republicanos a la presidencia en el último siglo. 'Loco por Vlad', encabeza el Chicago Sun-Times.El Wall Street Journal, uno de sus principales apoyos, describe el encuentro como 'una humillación nacional y personal': 'En el escenario con el dictador cuya intromisión ha hecho tanto daño a su presidencia, ni siquiera fue capaz de decirle que cree en sus servicios de inteligencia', dice en su editorial.
Los tabloides neoyorquinos son aún más duros, si cabe: el NY Daily News caricaturiza a Trump disparando al 'Tío Sam' en la Quinta Avenida, acusándole de 'Traición abierta'.
Pero lo más sorprendente -y duro de digerir para Trump- ha sido el rechazo de grandes figuras conservadoras de la cadena Fox News, el canal de cabecera del presidente.
Los presentadores de 'Fox & Friends', el programa que ve Trump cada mañana al levantarse, que comenta en Twitter y en el que interviene por teléfono cada pocos meses, se han atrevido a criticarle. 'Trump no ha sido lo suficientemente duro [con Putin] sobre la intromisión en las elecciones', dijo Abby Huntsman. Y su compañero Brian Kilmeade continuó: 'Esto es algo que tiene que corregir'.
El senador John McCain tachó las declaraciones del presidente de 'una de las actuaciones más vergonzosas de un presidente en la historia'.
Más duros fueron otros presentadores y figuras de la derecha mediática. Newt Gingrich, expresidente republicano de la Cámara de Representantes, urgió a Trump a rectificar 'inmediatamente' lo que considera 'el error más grave de su presidencia'.
Neil Cavuto, presentador de la Fox, dijo que su actuación había sido 'asquerosa'. Y el exportavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Trump, Michael Anton, canceló una entrevista con la cadena CNN alegando que 'era incapaz de defender al presidente', por primera vez en su carrera.
La reacción del magnate ha sido refugiarse en su cuenta de Twitter, agradeciendo al senador Rand Paul -una de las muy poquísimas voces que le defendió- su apoyo, y denunciando que 'las noticias falsas se están volviendo locas' para no hablar bien de la 'gran reunión con Putin'.
¿Qué se puede hacer?
La gran pregunta que sobrevuela Washington en este momento es qué, exactamente, están dispuestos a hacer los diputados y senadores republicanos para mostrar su desacuerdo con Trump.El medio conservador Weekly Standard sugirió aprobar una moción de censura simbólica contra el presidente para expresar su condena a las palabras del presidente, pero la situación política -hay elecciones legislativas en menos de cuatro meses- hace temblar a muchos legisladores que temen que sus votantes les castiguen si abandonan a su líder.
Paul Ryan, el presidente de la Cámara de Representantes, que dejará su escaño en noviembre, ha prometido que votará una declaración de apoyo a la inteligencia estadounidense y 'asegurarse de que nunca vuelva a ocurrir', mientras que el senador Bob Corker -otro que abandonará su escaño por sus desavenencias con Trump- pidió a sus compañeros 'aprobar leyes' para, entre otras cosas, derogar los aranceles impuestos por el presidente.
Pero la oposición demócrata va más allá: entre los diputados crecen las peticiones de abrir una comisión de investigación sobre sus finanzas, obligarle a publicar su declaración de la renta -Trump es el primer presidente que no la ha hecho pública en medio siglo- y aprobar un proyecto para blindar la investigación del fiscal Robert Mueller -la que Trump tachó de 'desgracia nacional'-.
Mientras tanto, los republicanos temen que una derrota en las legislativas traiga todo eso a partir de noviembre, arrastrándoles a ellos también por el camino. La tormenta no ha hecho más que empezar.
