El precio internacional del café sigue tocando fondo hasta su nivel más bajo desde octubre de 2006, tras 27 meses consecutivos de bajas.
En la jornada de ayer del parqué neoyorquino, el quintal del aromático se fijó en US$93,25 dólares, es decir, US$0,93 por libra.
En 1983, socios de la Organización Internacional del Café (OIC) acordaron un precio que recogía costos de producción y tasa de ganancia para los productores. Ese precio era de US$1,40 por libra.
En el presente, ajustado a inflación, el precio sería de US$3,61 la libra, sin embargo, es pagado a menos de US$0,90 por libra.
"Nosotros pensamos que hay que crear una organización de países exportadores de café que ordene el mercado. La única posibilidad que tenemos de hablarle en serio a las multinacionales es organizando una asociación que reúna el café que se envía a esos mercados", dice óscar Gutiérrez Reyes, director ejecutivo de la Dignidad Cafetera Nacional de Colombia.
Más de 5.000 cafetaleros colombianos liderarán hoy una movilización a Armenia y otras regiones del país suramericano en protesta por la situación que atraviesan por la continúa caída del precio internacional.
A criterio de Gutiérrez Reyes, la organización de países exportadores deberá manejar inventarios, retener excedentes de café de países productores y exigir precios dignos y justos a las multinacionales.
En las manifestaciones también participarán arroceros, maiceros, paneleros, plataneros, paperos, yuqueros, lecheros, palmeros de aceite, frijoleros, algunos productores de hortalizas y otros sectores.
En Honduras, según un reporte del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), las exportaciones a marzo pasado sumaron 3.876 millones sacos de 46 kilogramos, mostrando una baja del 14,47% comparado a los 4.532 millones sacos registrados en el mismo período de 2018.
Los contratos de venta registraron 4.807 millones sacos de 46 kilogramos, que refleja una baja del 21,5% comparado a los 6.124 millones sacos registrados a esta misma fecha en 2017-2018.
Ante la crisis de ingresos, productores de distintas regiones del país han encontrado en los cafés especiales una oportunidad de asegurar mercados.
"Nos enfocamos ahora en cafés especiales. Hace como tres años empezó a crecer el mercado y ahora es mucho más exigente y requiere un poco más de esfuerzo", cuenta Cecilia Quan, productora de La Paz.
La cafetalera, quien además es tercera generación en el rubro, lleva más de cinco años en la producción de cafés especiales.
"Tengo un mercado abierto y hay que seguir trabajando para esos clientes. Sé de muchos productores que están decepcionados e incluso quieren vender sus fincas o dejar de invertir en ellas. Esta es una crisis a nivel mundial, pero la ventaja de los cafés de calidad es que no están sujetos a los precios de la bolsa de Nueva York", relata Quan.
A nivel nacional, los cafetaleros hondureños están en constante comunicación con sus contrapartes de otros países.
